TERCERIZACIÓN EN COLOMBIA

TERCERIZACIÓN EN COLOMBIA

Entendiendo la tercerización como una figura en la cual el empleador acude a terceros para que ellos le brinden servicios o le ejecuten labores que tienen nexo con las que son sus actividades productivas, trátese de labores neurales o simplemente complementarias de las que forman parte del giro ordinario de su negocio1, tomare como referencia para abordar este ensayo la contratación por horas propuesta en Colombia.

Podríamos considerar la contratación por horas en Colombia como una especie de tercerización, pues una de las “características” de este es que no se establece un salario mínimo mensual, meramente se hace el pago al empleado de acuerdo a la cantidad de horas por las que prestó sus servicios, medidas que Colombia espera adoptar.

El trabajo es un derecho complejo cuya materialización implica el cumplimento de otros derechos (derechos humanos de orden constitucional)2, una de sus finalidades es que es la fuente primigenia del lucro y la dignidad humana, a pesar de que esta es una definición global, en Colombia la realidad es otra.

Según la Confederación Sindical Internacional en 2018 Colombia ocupaba el cuarto puesto entre los peores países en derechos laborales para los trabajadores, a pesar de los diferentes Convenios, la creación del Ministerio del Trabajo entre otras medidas que ha adoptado el país nos hace pensar que solo han servido de fachada para beneficiar a las empresas y con esto a la minoría que ha contenido el poder en Colombia.

Enrique de la Garza3 manifiesta que la tercerización ha sido ventajosa para las empresas, pues les ha permitido optimizar costos de producción y reducir riesgos de las relaciones de trabajo. Colombia no puede someterse a este modelo, pues si lo que busca es regirse como un Estado Social de Derecho, el fin de adoptar esta medida sería aumentar la brecha de desigualdad económica y social y operar por el principio de probabilidad con la disminución del desempleo, pues no satisfaría las aspiraciones individuales de los trabajadores.  

Concluyo reiterando la idea de que sería un gran error adoptar la tercerización en Colombia, pues, ¿qué nos hace pensar que si un sueldo mínimo legal vigente ($980.657) no basta para cubrir los gastos básicos para una vida digna, un “sueldo” diario intermitente lo hará?, ¿cuál será el sustento para lograr una pensión digna en un futuro? ¿quién me brindará seguridad social?, ¿cómo podre crear o hacer parte de un sindicato?, estas y muchas preguntas deben ser analizadas antes de incluir la contratación por horas en la nueva reforma laboral, pues el proletariado debe contar con unos derechos laborales básicos que no puedo imaginar como aumentaría su tasa de vulnerabilidad adaptando medidas como estas.  

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