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TUTORIA

MIGUELLUISTesis22 de Agosto de 2013

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ORIENTACIÓN ESCOLAR Y TUTORÍAS

ORIENTACIÓN ESCOLAR Y TUTORÍAS

Índice

Introducción

Parte primera: Orientación y Tutoría

Capítulo I: Principios de orientación e intervención educativa

Aspectos de la orientación

Refuerzo y apoyo educativo

Orientación y currículo

Objetivos de la orientación

Capítulo II: La acción tutorial

El tutor de grupo y sus funciones

Actividades tutoriales

Bibliografía

Capítulo III: El Departamento de Orientación

Estructura del sistema de orientación

Apoyo especializado: el Departamento de Orientación

La intervención desde el Departamento de Orientación

Parte segunda: algunas líneas de acción tutorial y orientadora

Capítulo IV: Enseñar a pensar

Dificultades de aprendizaje

Papel de los profesores

Papel del tutor

Técnicas de estudio

Recursos: bibliografía y programas

Capítulo V: Enseñar a ser persona

La identidad personal

Papel de los profesores

Papel del tutor

Bibliografía

Capítulo VI: Enseñar a convivir

El desarrollo social en la adolescencia

Papel de los profesores

Papel del tutor

Bibliografía

Capítulo VII: Enseñar a comportarse

Enseñar a adaptarse

Papel de los profesores

Papel del tutor

Bibliografía

Capítulo VIII: Enseñar a decidirse

Madurez vocacional y elección profesional

El asesoramiento vocacional

Papel de los profesores

Papel del tutor

Programas de orientación profesional

Recursos: bibliografía y programas

Introducción

Esta guía de Orientación y Tutoría está destinada:

a) a los profesores de Enseñanza Primaria y Secundaria, cualquiera que sea el área de su docencia;

b) a los tutores, a quienes se ha asignado la responsabilidad educativa de un grupo de alumnos de Secundaria.

c) a los Departamentos de Orientación creados en los centros.

En ella se habla de orientación y tutoría en dos sentidos: uno de ellos amplio, que corresponde a la acción educativa de todo profesor (cap. 1.°), y otro más especializado, en el que la acción tutorial corresponde al tutor de grupo (cap. 2.°) y las actividades orientadoras se encomiendan a un Departamento de Orientación (cap. 3.°).

Por otro lado, mientras los capítulos de la parte primera presentan funciones en un marco global, los de la parte segunda lo hacen de modo mucho más específico y analítico, exponiendo posibles líneas de orientación educativa o, lo que es igual, de educación orientadora, líneas en las que han de converger la acción de tutores, Departamentos de Orientación y profesores de Secundaria en general.

En un solo principio puede resumirse el contenido principal, de este libro, en el de que la educación no se reduce a mera instrucción. El profesor no es - no ha de ser- un mero instructor, que enseña a los alumnos unos conocimientos. Es - ha de ser- un educador en el sentido más completo e intenso. Este es el mensaje que trata de transmitir este libro: que el profesor de Secundaria está llamado no sólo a instruir o enseñar, sino, desde luego, a educar, lo que significa, entre otras cosas, guiar a sus alumnos, asistirles, orientarles.

Es un mensaje, por otra parte, claramente contenido en el currículo establecido para la Educación Secundaria Obligatoria en varios de sus elementos, principalmente:

- Al insistir en que los objetivos de la educación consisten en capacidades para desarrollar en los alumnos y alumnas.

- Al destacar contenidos educativos no sólo de conceptos, sino también de procedimientos, o modos de saber hacer, y de actitudes, que incluyen normas y valores.

- Al recordar algunos ejes o dimensiones transversales del currículo, que atraviesan las distintas áreas, y que se refieren precisamente a líneas de desarrollo personal de carácter general, como lo es, principalmente, el desarrollo moral y cívico.

Por consiguiente, los capítulos que siguen se limitan a desarrollar otro punto de vista sobre el currículo, un punto de vista complementario del que se presenta en las Orientaciones didácticas de la etapa. Lo que hacen es destacar de manera unitaria y sistemática aquellos aspectos del desarrollo curricular, es decir, de la docencia, que tienen que ver con el carácter propiamente educativo - y no meramente instruccional- de las experiencias que la escuela ha de proporcionar.

El punto de vista de la orientación destaca que:

1. Educar es más que instruir o adiestrar.

2. Se educan personas concretas, individuales, con particularidades propias que la educación ha de respetar, aprovechar, enriquecer y contribuir a desarrollar.

3. Se educa la persona entera, y no sólo una parte suya, no sólo la inteligencia o su identidad social.

Educar de acuerdo con esos principios es responsabilidad de todo profesor. El tutor de grupo, sin embargo, tiene una especial responsabilidad en esa educación: ha recibido formalmente el encargo de hacer que la educación sea realmente educación, integral y personalizada. Ese encargo ha de cumplirlo en su docencia ordinaria, con el grupo entero de alumnos y con todos y cada uno de ellos. Por otro lado, ante determinadas situaciones que han llegado a presentarse, o que pueden llegar a presentarse en algunos alumnos durante algún tiempo - desde problemas de adaptación escolar hasta dificultades de aprendizaje- , ha de tomar medidas educativas, anticipatorias de los problemas o de afrontamiento de éstos. Estas medidas, que en algún sentido son "extraordinarias", en realidad son "ordinarias", puesto que se precisan realizar en toda aula y con todo grupo de alumnos, y caen dentro de la intervención educativa que cabe pedir a todo profesor. A veces, sin embargo, esa intervención educativa requiere la participación de profesionales especializados, como puedan ser los profesores especialistas del Departamento de Orientación. El adecuado desempeño de la tarea tutorial requiere a veces que el tutor comparta su responsabilidad con alguno de estos profesionales, que sea ayudado por ellos, o que se traslade a alguno de ellos parte de la intervención educativa.

Este libro se divide en dos partes. La primera de ellas presenta el marco de la acción orientadora. La segunda expone algunas líneas de desarrollo de esa acción. Se trata de responder a las siguientes preguntas:

Capítulo I.

Principios de orientación e intervención educativa

La orientación educativa atiende al carácter personalizado de la educación. Ese carácter personalizado, consiste, a su vez, en dos elementos:

- De individualización: se educa a personas concretas, con características particulares, individuales, no a abstracciones o a colectivos genéricos.

- De integración: se educa a la persona completa, y, por tanto, hay que integrar los distintos ámbitos de desarrollo y las correspondientes líneas educativas.

La educación personalizada se contrapone a la parcelación de los conocimientos, tal como han solido impartirse en la enseñanza tradicional. También se contrapone al descuido de la personalidad concreta de los alumnos, cuando éstos no son más que una abstracción o un número dentro de la clase. Destacar la función orientadora de la docencia es poner en primer plano aquellas características de la educación, por las que ésta no se reduce a mera instrucción y constituye, en verdad, educación individualizada de la persona entera.

En consonancia con la profunda unidad existente entre educación y orientación, todo profesor en algún sentido es también orientador, aunque, desde luego, lo es más cuando tiene encomendada la tutoría formal de un grupo de alumnos.

Aspectos de la orientación

Ahora bien, no basta decir que la orientación se identifica con la educación o forma parte esencial de ella. Es preciso un análisis más detallado en el que se pongan de manifiesto los componentes de esta dimensión educativa. Son elementos que conviene hacer explícitos para incorporarlos de manera intencional y sistemática a la práctica docente:

a) Un primer elemento es el concepto de la propia educación como orientación para la vida. La educación, toda ella, puede verse bajo el prisma de la orientación: la educación es orientación en tanto que preparación para la vida, la cual se desarrolla en un itinerario personal que determinan circunstancias externas, pero que, en alguna medida, las opciones propias de cada persona contribuyen también a determinar. En este sentido, la orientación es la propia educación bajo el aspecto de maduración de la personalidad de cada alumno concreto y de la concreción de su camino en la vida. Bajo este punto de vista, el énfasis en la orientación destaca que los aprendizajes han de ser funcionales, estar en conexión con el entorno de los alumnos y guardar relación con el futuro previsible que a éstos les aguarda o que, más bien, activamente llegarán a elegir. El proceso orientador articula los aspectos sociales e individuales de la educación y ha de contribuir a entroncar la función socializadora del centro educativo en el desarrollo personal de los alumnos.

b) La orientación puede verse, por otra parte y además, como asesoramiento sobre caminos diferentes y sobre las correspondientes opciones que pueden emprender las personas. Hay casos en que el alumno ha de elegir entre alternativas

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