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VIVIENDA Y ENTORNO URBANO SUSTENTABLE

alexaramburuDocumentos de Investigación9 de Febrero de 2017

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VIVIENDA Y ENTORNO URBANO SUSTENTABLE

Los programas de vivienda plantean promover la sustentabilidad, lo que representa una gran oportunidad para el desarrollo de las ciudades mexicanas, aunque también enfrentan algunos desafíos: la fragilidad social y financiera de las familias para asimilar el uso de eco tecnologías en sus viviendas e impulsar prácticas más sustentables; las características del entorno urbano; así como el insuficiente esfuerzo de eco innovación para promover un sistema de normas e incentivos orientados a los distintos actores que confluyen en la construcción de la ciudad, bajo la perspectiva de modificar el diseño de la vivienda y las prácticas de consumo de las familias. En materia de sustentabilidad urbana, las políticas públicas en México habían pasado por alto el impacto ambiental de la vivienda en el proceso de habitar.

La sustentabilidad es una responsabilidad compartida que requiere un progresivo aprendizaje para que todos los ciudadanos participen en su adecuada gestión. Propongo sensibilizar a los ciudadanos en relación con la sustentabilidad y el medio ambiente. En la mayoría de los investigadores, arquitectos, urbanistas aparece la preocupación por controlar la expansión urbana, fomentar la recuperación de la ciudad, la gestión sostenible de recursos y residuos, la protección al patrimonio natural y cultural, la mejora de la accesibilidad y la eficiencia del transporte, etc. dentro de un enfoque integrado.

Para conseguir que las ciudades cumplan su función como centros de desarrollo y de bienestar es necesario que éstas sean sustentables. Debemos considerar a la sustentabilidad de una ciudad en un sentido amplio y no sólo como la convivencia armónica de ésta con su entorno; la ciudad es sustentable cuando considera factores sociales, económicos y ambientales.

Una ciudad sustentable socialmente es cuando su tejido social es fuerte, sus ciudadanos se apropian del espacio público y la estructura urbana facilita la convivencia armónica de una sociedad diversa. Es sustentable económicamente cuando todos sus habitantes tienen acceso a oportunidades de desarrollo sin importar sus condiciones socioeconómicas y sus fuentes de empleo son robustas y diversas; y es sustentable ambientalmente cuando su desarrollo no compromete la disponibilidad de recursos naturales para las próximas generaciones y se da en armonía con el ecosistema.

La sustentabilidad de la vivienda en la agenda gubernamental en México refleja el esfuerzo de los organismos internacionales, que se traduce en la firma de acuerdos entre las diversas naciones, como el Mecanismo de Desarrollo Limpio del Protocolo de Kyoto; la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático; el Convenio de Viena para la Protección de la Capa de Ozono; la Declaración de Estocolmo sobre el Medio Ambiente Humano y el Protocolo de Montreal Relativo a las Sustancias Agotadoras de la Capa de Ozono, entre los más importantes.

Como consecuencia, los programas de vivienda en México han promovido esquemas de financiamiento para incentivar la incorporación de algunos dispositivos que tratan de reducir el impacto ambiental de la vivienda, llamados eco tecnologías. Sin embargo, la política de vivienda está fincada cada vez más en el mecanismo de mercado, que impulsa procesos de regulación y expansión del crédito hipotecario. Ello ha originado una crisis financiera inmobiliaria de grandes proporciones que pone a las familias en una situación de riesgo.

De esta manera, los programas de vivienda van perdiendo la naturaleza social y pública, porque deberían garantizar el acceso equitativo a la vivienda, en cuanto derecho humano fundamental reconocido en la Carta Mundial por el Derecho a la Ciudad.

El sustento teórico lo constituye la eco innovación, proporciona elementos para la comprensión de los procesos urbanos, ambientales, socioeconómicos y tecnológicos e institucionales. Ello supone también el análisis de la interacción de los diversos agentes que intervienen en la construcción de la ciudad: los organismos de vivienda, los agentes financieros, el Instituto de Ciencia y Tecnología y las familias.

En el caso de entornos urbanos, a su vez la ecología urbana es una visión integradora del conjunto de disciplinas que intervienen sobre los sistemas urbanos. La adaptación de conceptos provenientes del campo de la física, como materia (el consumo y producción de materia por los sistemas urbanos), energía (el balance energético de la ciudad) e información u organización, al caso de las ciudades ha permitido un inicial conocimiento y diagnóstico del grado de eficiencia ambiental de las mismas en relación a otros ecosistemas en el marco del desarrollo sustentable.  

Nos remite al tema de la habitabilidad, es decir, la vivienda y su entorno, los espacios públicos, los hábitos de movilidad y los severos impactos ambientales que en las ciudades que quieren una complejidad mayúscula que escapa a los alcances de este trabajo, aunque a la vivienda, se analizan los obstáculos derivados específicamente del rezago habitacional: el hacinamiento y el deterioro de la vivienda.

La sustentabilidad se ha instalado con gran fuerza en la agenda económico ecológica de la globalización; sin embargo, sus impactos son desiguales y los espacios locales enfrentan con frecuencia la problemática ambiental más severa. El impacto ambiental del proceso de habitar la vivienda constituye un problema, un objeto de estudio y de intervención institucional. Las emisiones de gases efecto invernadero (GEI) se originan en actividades y servicios domésticos, como el consumo de electricidad en iluminación y electrodomésticos, bióxido de carbono (CO 2).

Se prevé que la participación de la vivienda en el inventario de emisiones de México irá creciendo a la par que las necesidades de vivienda. Para el periodo 2006-2012 se estima que la necesidad de nueva vivienda ascenderá a poco más de 4,4 millones 427 mil y más de 2 millones 930 mil viviendas requerirán mejoramiento.

 En el siglo XXI, la eco innovación ha cobrado gran importancia en el diseño de políticas públicas en el ámbito urbano y, recientemente, en la política de vivienda, especialmente en los países con mayor grado de desarrollo. La producción científica en el tema de la eco innovación es muy vasta y ofrece diversas acepciones, pero siguiendo la pista de las interacciones entre economía, tecnología y medio ambiente.

La crisis ambiental refleja justamente el deterioro de las condiciones de habitabilidad.

Así, con el objeto de reducir el impacto ambiental de la vivienda, la eco innovación supera, con mucho, las apuestas eminentemente técnicas, pues supone la innovación en tres dimensiones: institucional, social y ambiental.

 En primer lugar, la acción institucional debe garantizar el funcionamiento de un sistema de normas e incentivos que promueven la sustentabilidad de la vivienda. En su dimensión social, se debe apelar a la capacidad económica de los hogares para incorporar algunas tecnologías que permitan reducir el consumo de agua o energía, así como para promover el uso de fuentes alternativas de energía, en el marco de los derechos a la vivienda y a la ciudad.

El uso cotidiano de tales dispositivos permitirá modificar las pautas de consumo en los hogares, así como aportar en la construcción de una racionalidad ambiental. Se trata finalmente de modificar la forma de habitar el hábitat.

Se espera que los programas de vivienda aporten un sistema de normas e incentivos a todos los agentes involucrados en la construcción de la vivienda y de la ciudad. Generalmente, el fomento a la eco innovación se fundamenta en el establecimiento de sistemas normativos con criterios técnicos, ya sea en un régimen de control o en uno de acuerdos voluntarios que se negocian entre el gobierno y los empresarios.

El problema es que el cumplimiento de la normatividad ambiental puede no resultar rentable para las empresas o implicar una carga significativa sobre el ingreso disponible de las familias, por lo que se tienden a generar sistemas de incentivos.

Las medidas dirigidas a los desarrolladores de vivienda se pueden resumir en construir el mayor número de viviendas con criterios de sustentabilidad, incorporar tecnologías y materiales que contribuyan al uso eficiente de los recursos, involucrar a todos los agentes que intervienen en el proceso de producción de vivienda y aplicar incentivos fiscales, económicos y financieros.

El impulso de la colaboración entre los agentes inmobiliarios, los centros de investigación, el Instituto de Ciencia y Tecnología y las empresas productoras de este tipo de dispositivos es ya una realidad, toda vez que se canalizan recursos de ciencia y tecnología para desarrolladores de eco tecnologías.

 Existe un arreglo institucional para promover la innovación tecnológica sin menoscabo de la productividad de la edificación habitacional, ya que el fondo de investigación Conavi-Conacyt apoya proyectos de investigación científica y tecnológica.

En total se han construido cerca de cinco mil viviendas bajo este esquema de gestión ambiental y tecnológica con los desarrolladores de vivienda, los organismos estatales y locales de vivienda, los productores de dispositivos ecológicos y la banca.

El primer desarrollo en la Zona Metropolitana del Valle de México es el de Los Héroes Tecámac, de la empresa Sadasi, en el 2008.

Los dispositivos ecológicos que se promueven atienden a las características climáticas de las ciudades, y el Programa Federal estipula diez regiones. Ciudad de México pertenece a la región 2 de clima semifrío. Los dispositivos promovidos son variados: se incluyen aquellos orientados a reducir el consumo de electricidad y combustible (gas), como alerones de ventanas, aislante térmico en plafones y muros con recubrimiento refractivo, ventilación cruzada, chimeneas de calor, aislamiento térmico, lámparas fluorescentes (focos ahorradores).

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