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Violencia En El Futbol


Enviado por   •  1 de Agosto de 2013  •  3.309 Palabras (14 Páginas)  •  292 Visitas

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Análisis y soluciones para la violencia en el fútbol PDF Imprimir Correo electrónico

El Secretario Ejecutivo de la Presidencia de la Asociación del Fútbol Argentino fue uno de los principales disertantes en el Seminario realizado el 3 y 4 de julio en el Salón Dorado de la Municipalidad de La Plata organizado por el Instituto de Estudios Políticos y Sociales y el Observatorio para la Prevención de la Violencia y la Discriminación en Espectáculos Deportivos.

I Seminario Internacional “El rol del Estado frente a la violencia y la discriminación en Espectáculos Deportivos”.

A continuación, los extractos más sustanciales de la exposición de José Luis Meiszner.

"En la actualidad, frente a un lamentable y desgraciado hecho de violencia en el fútbol aparecen inmediatamente las colas por el sí o por el no, importan muy poco los fundamentos, mucho menos los atenuantes, ni siquiera los agravantes, y se ponen en funcionamiento diferencias jurídicas como la de las responsabilidades penales objetivas. Entonces, ha muerto alguien en ocasión de un partido de fútbol y un dirigente es un asesino. Esto, muy lejos de propiciar un camino que nos conduzca de una vez por todas a tratar, cuanto menos paliar, las consecuencias de un flagelo social como lo es la violencia, nos aleja cada vez más de intentar una búsqueda para modificar conductas colectivas, sociales, que, sabemos absolutamente en plenitud, está muy lejos del alcance de una gestión breve, efímera. Pero por lo menos empezar a trabajar para atenuarlas, a partir de que el ideal debe ser siempre posible cuando hablamos de cuestiones trascendentes en la vida.

Cuando se produce un hecho de estas características, todo el mundo sale corriendo a ver quién se saca el lazo con una pata y se lo pone al de al lado para hacerlo depositario de una desgracia de semejante magnitud. Entonces, esto de hablar de fútbol y de violencia no alcanza si no es serio y no tiene un sustento de razonabilidad. Mucho menos puede fundar la reflexión de ser un colaborador para mitigar las consecuencias de este flagelo, que no es del fútbol sino del hombre y en consecuencia de la sociedad.

Quita de puntos

Puntualizando en un hecho lamentable y violento que haya ocurrido en una cancha de fútbol, si el organizador ha pagado la policía, si la gestión policial está siendo llevada a cabo por los funcionarios policiales, si ha habido un cacheo, si se ha cumplido con todas las normas, si se inspeccionó el estadio y el organizador cumplió con todo, aquello de la responsabilidad penal objetiva y de sancionar con quita de puntos a alguien que no tuvo la posibilidad de evitar lo que iba a ocurrir, no parece ser un argumento para quedarse muy tranquilo. Ahora, cuando sí aparece manifiesta, por acción o por omisión, la responsabilidad del organizador sí puede ser pertinente el descuento de puntos.

No obstante, hay que tratar de restringirlo al máximo posible porque no pareciera ser justo que una institución pague por esos diez delincuentes en detrimento de muchos otros miles de personas de comportamientos ajustados a la convivencia, al derecho y las buenas costumbres. Siempre es preferible aprehender y sancionar a los malos. De lo contrario, es mucho más aproximado a la justicia militar. En cambio, la justicia civil merece el esfuerzo de la paciencia, la aprehensión y el juzgamiento y en lo posible no hacer pagar a un justo por pecador. Ese también es un bien jurídico a recuperar.

La reducción al 50 por ciento de la capacidad de las tribunas

En realidad no se redujo la capacidad sino que se instalaron asientos. La obligación ya casi universal e indiscutida del público sentado ha llegado a nuestro país y en algunas jurisdicciones estamos a menos de un año de que todo el mundo esté sentado. En aquellos lugares donde todavía el público estaba de pie, la reducción de la capacidad más allá de los beneficios para la individualización, lleva el propósito que todo aquel que esté de pie tenga la posibilidad de sentarse. Porque un hombre sentado ocupa el doble de cm2 que un hombre de pie. Esa es la razón fundamental del 50 por ciento.

Los clubes y su colaboración para erradicar a las barrabravas

No hay dos clubes que sean iguales. En algunos clubes existen extorsionadores que les quitan la mejor calidad de vida a los dirigentes para pasarla bien o tener una ventaja en un partido de fútbol. Esto es cierto, como es verdad que existen extorsionadores que limpian un vidrio en el cruce de una calle y de mala manera le piden a uno cinco pesos, así como existen extorsionadores en la puerta de un club que si no le pagan diez pesos no está el auto a la vuelta. Eso existe.

Ahora, saquemos el hipotético caso de una asociación ilícita entre directivos de un club y barrabravas que, sinceramente, de esa característica no conozco ninguna. Pero que el dirigente de fútbol vive preocupado por estos hechos, que en definitiva son los que ocurren en muchos órdenes de la vida, sí, vivimos preocupados. No todos tienen la posibilidad de poder contar con medios suficientes como para poder enfrentarlos y combatirlos. Aquella respuesta que “el que no tenga valor y que no lo haga se tiene que ir a la casa”, me parece otra respuesta fascista. En todo caso, habrá que hacer lo posible para que el extorsionador no llegue al dirigente. Porque si todo hombre bueno que no quiere convivir con delincuentes se tiene que ir a la casa, las calles van a estar cada vez más pobladas de delincuentes y los hombres buenos se quedarán dentro de sus casas.

Aquella barrabrava tradicional, llegada hace 30 años, de manos de algunas organizaciones gremiales, que iba a los clubes y pintaban paredes, ya no existen. Ahora, hay muchos que de forma absolutamente ilegítima, repudiable, viven alrededor del fútbol sacando la pequeña ventaja, cobrando el estacionamiento, tratando de sacar cuatro entradas de protocolo para venderla, intentando organizar un viaje juntando de cualquier manera un recurso, etc., Todas esas porquerías existen. Pero están presentes en un club de fútbol como en la esquina de un club o en la otra cuadra de un club. Pero no son organizaciones gestadas, alimentadas, ni mucho menos, que le signifiquen el menor de los réditos a aquél que tiene la desgracia de tener que soportarlos.

La trascendencia que el fútbol le otorga a un hecho violento o discriminatorio

Cualquier acto de violencia en ocasión de un partido trascendente de fútbol, se multiplica por millones y el conocimiento

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