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Violencia En El Futbol


Enviado por   •  27 de Mayo de 2013  •  3.655 Palabras (15 Páginas)  •  421 Visitas

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Violencia en el futbol

Mi elección del tema sobre la violencia en el fútbol, surgió debido a los frecuentes casos que aparecen todos los domingos en los encuentros de fútbol en MEXICO. Es una enfermedad que azota a este deporte muy seguido últimamente, a pesar de todos los intentos que se han llevado a cabo para terminar definitivamente con la violencia. Hoy en día ir a ver un partido no es tan fácil como décadas atrás, ahora hay que entrar al estadio mirando para todos lados y agarrando fuerte la billetera, por eso queremos que el fútbol vuelva a ser un espectáculo digno de disfrutar.

Historia:

Los comienzos de los brotes de violencia en el fútbol mexicano

El fútbol ha calado muy hondo en la población mexicana y se lo vive con mucha pasión. Clara demostración de lo dicho se pudo ver con el Mundial de Alemania 2006, en el que se multiplicaron los sponsors de las transmisiones del seleccionado azteca, así como los televisores en restaurantes y bares, ansiosos de atraer más clientes. Y también la violencia, como en otros lugares del mundo, no deja afuera a este deporte.

Seguramente tiempo atrás los mexicanos no se planteaban la situación de hechos violentos dentro y fuera de los estadios. Salvo la tragedia del túnel 29 del Estadio Olímpico de México 68, donde murieron aplastados 7 espectadores y hubo más de 70 heridos, en el encuentro del 27 de mayo de 1985 entre Pumas y América por el título, el país de los charros no registra mayores antecedentes de violencia.

El fútbol era un espectáculo familiar al que podían asistir adultos y niños sin temor alguno. Hoy en día las cosas cambiaron y se encendió la luz de alarma. El novelista mexicano Juan Villoro, en su libro Dios es Redondo, dice al respecto:

“En México, los estadios aun no son cadalsos con asientos numerados, pero las golpizas, los botellazos, las agresiones a periodistas y la violencia verbal suben de tono como en una canción del grupo Molotov”.

Las porras, como se llama a los hinchas en México, dieron lugar en los últimos años a grupos violentos que insultan, intercambian golpes y realizan desmanes.

Algunos ubican el nacimiento de estos grupos a finales de los años ochenta con la aparición de los grupos Plus y Ultra, que alentaban a los Pumas mediante gritos con insultos y arrojaban objetos contundentes. Pero en realidad fue a mediados de los noventa cuando aparecieron las primeras barras. En 1994 aparece la “ultratuza” del equipo Pachuca, que contrató a tres lideres de barras, entre ellos un argentino, de acuerdo al informe que realiza Cecilia Mercado sobre las barras mexicanas.

En 1998 se crea la barra “51”, del Atlas, cuyos cánticos incitan a la violencia. Otra barra es la “Legión 1908” del Guadalajara, que está integrada en su mayoría por jóvenes que encienden bengalas y beben cerveza. Más allá de que la especialista Cecilia Mercado expresó que en México no se castiga a los futbolistas con golpes y martirios si se pierde un partido como en Irak, es importante no perder de vista que en la Argentina tampoco se castiga con golpes y martirios y sin embargo la violencia en el fútbol produjo más de un centenar de victimas. De ahí que México debería atender bien estas problemáticas y aunar esfuerzos para que las canchas no se conviertan en territorios dominados por inadaptados. A partir del año 2001 comenzó a notarse un incremento notorio de la violencia.

En enero de 2003, en un partido entre Guadalajara y Chiapas, un artefacto explosivo fue lanzado por un sujeto anónimo. Un joven de 21 años perdió su ojo izquierdo a raíz de la agresión. Ese mismo día, Daniel Pasarella, entonces técnico de Monterrey, fue agredido con un objeto de plástico. El periodista Alejandro Blanco, de Deportes Telemundo, dijo: “Mucha pólvora, alcohol, drogas y violencia es lo que han engendrado”. Gabriel Sánchez Salinas, director de Seguridad Publica de la Delegación de Coyoacán, entre cuyas responsabilidades se encuentra mantener el orden en estadios importantísimos de México como el Azteca, el Olímpico, el Universitario y el Azul, dice que por lo menos en el DF se tienen detectadas a tres de las barras bravas más conflictivas: “La Rebel”, que apoya a los Pumas; “La Monumental”, que apoya al América; y “El Ritual del Kaos”, también del América. Además considera que “estas barras tienen una composición social muy amplia. Hay jóvenes de buenas familias, agitadores disfrazados de estudiantes, juniors, gentes de todos los estratos sociales. Son tan diversos los integrantes, que por ejemplo en La Monumental tenemos detectado a un psicólogo y en la Rebel a chavos que no tienen nada que ver con la UNAM, que nunca han estado inscriptos y que son líderes”.

Sánchez Salinas también analiza las formas de obtener ingresos económicos por parte de los barras. Parecería que aprendieron bastante de las barras argentinas y encontraron un negocio muy lucrativo. De acuerdo al director de Seguridad Publica, “muchos han visto en las barras una forma de desarrollarse económicamente, han publicado revistas, tienen talleres de serigrafía y viven de la impresión de playeras con leyendas alusivas a las barras, se han convertido en mini empresarios, han creado su propio monopolio”.

Ya existen señales de alerta que tienen que ser tenidas en cuenta. El año pasado, en el torneo de ascenso del país azteca, un jugador fue amenazado de muerte. El argentino Héctor Jiménez, delantero de San Luis, fue amenazado de muerte con un arma por un hincha, al llegar a los vestuarios. Periodistas que se encontraban cerca del jugador y grabaron lo sucedido fueron amenazados y golpeados por allegados al hincha.

Por otra parte, Alfonso Ortiz Álvarez, director general del Estadio Azteca del DF, expresó lo complicado de manejar a los hinchas exaltados: “Cuando nosotros entramos a la administración del estadio, grupos como La Monumental ya estaban perfectamente constituidos como barras, y les llamamos barras porque así se manejan, pero todavía no adquieren el nivel de los que se tiene en Sudamérica”, expresó Ortiz Álvarez. Claro está que si no se ponen “las barbas en remojo” en estos temas, la violencia puede aumentar y traer las secuelas que se ven en el fútbol argentino y que tan difíciles son de erradicar. Hasta el día de hoy, no se han presentado muertes de hinchas por enfrentamiento, dentro o fuera de la cancha. Al margen de ello, la problemática está instalada.

En julio de 2002, los líderes de las porras Ultra, Plus, Orgullo Azul y Oro y la Rebel, con el fin de erradicar la violencia y limpiar su imagen, convocaron al primer Congreso Nacional de Barras. En dicho encuentro acordaron: la tolerancia entre los distintos

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