BIOGRAFIA DEL LIBRO DESARROLLE EL LIDER QUE HAY EN USTED DEL CAPITULO 6 AL 10
yeinicardenas20 de Octubre de 2012
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CAPÍTULO SEIS
LO EXTRA EN EL
LIDERAZGO:
LA ACTITUD
Cuando hablo sobre liderazgo en una conferencia, casi siempre pido que todos hagan este
ejercicio:
Escriba el nombre de un amigo a quien admire mucho
Escriba una de las cosas que más admira de ese amigo
Me gustaría que apartara un momento y meditara en este ejercicio antes de continuar
leyendo. Creo que obtendría una visión interesante e importante. Lo más probable es que lo
que más admira de su amigo se relaciona con la actitud. Después que todos los participantes
de la conferencia han hecho este ejercicio, les pido que me den sus respuestas. Proyecto las
primeras veinticinco respuestas en una pantalla para que todos las vean. Pongo AC junto a
las características que describen actitudes, H junto aquellas que describen habilidades, y AP
en las palabras que tienen que ver con apariencia. Cada vez que dirijo este ejercicio, el 95%
de las palabras descriptivas representan actitudes por las cuales se admiran a los amigos.
Chuck Swindoll dijo: «Mientras más vivo, más me doy cuenta del impacto de la actitud
en la vida. Para mí, la actitud es más importante que los hechos. Es más importante que el
pasado, que la educación, que el dinero, que las circunstancias, que los fracasos, que el
éxito, que lo que piensan, dicen o hacen otras personas. Es más importante que la 68
apariencia, las capacidades o la habilidad. La actitud prosperará o hará quebrar a una
compañía, a una iglesia o a un hogar. Lo más importante es que cada día podemos escoger
la actitud que vamos a tener ese día. No podemos cambiar nuestro pasado.Ni podemos
cambiar el hecho de que las personas actuarán de cierta manera. Tampoco podemos
cambiar lo inevitable. Lo único que podemos hacer es jugar con el único recurso que
tenemos, y que es nuestra actitud. Estoy convencido que la vida es en un 10% lo que me
sucede y el 90% cómo reacciono ante lo que me sucede. Y eso es lo que pasa con usted:
somos responsables de nuestras actitudes».
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Así como nuestras actitudes son lo extra en nuestras vidas, son también muy
importantes para dirigir a otros. El liderazgo tiene menos que ver con la posición que lo que
tiene que ver con la disposición. La disposición de un líder es importante porque influirá en
la manera como los seguidores piensan y sienten. Los grandes líderes saben que una actitud
correcta creará la atmósfera adecuada para que los demás respondan bien.
Nuestras actitudes son nuestro activo
más importante.
Puede ser que las actitudes no sean el activo que nos haga grandes líderes, pero sin
buenas actitudes, jamás llegaremos a desarrollar todo nuestro potencial. Nuestras actitudes
son las que nos dan ese pequeño margen extra sobre aquellos que piensan
equivocadamente. Walt Emerson dijo: «Lo que está atrás de nosotros y lo que está delante
de nosotros son cosas insignificantes comparadas con lo que está adentro de nosotros».
El Informe Cos de 1983 sobre los Negocios de Estados Unidos, decía que el 94% de
todos los ejecutivos de Fortuna 500, atribuían su éxito más a la actitud que a cualquier otro
ingrediente.
Robert Half International, una firma consultora de San Francisco, pidió, recientemente,
a los vicepresidentes y a los directores de personal de las cien compañías más grandes de
Estados Unidos que mencionaran la razón más importante para despedir a un empleado.
Las respuestas son muy interesantes y destacan la importancia de la actitud en el mundo de
los negocios.
• Incompetencia: 30%
• Incapacidad para trabajar con otros: 17%.
• Deshonestidad o mentira: 12%.
• Actitud negativa: 10%.
• Falta de motivación: 7%.
• Fallas o negativa para seguir las instrucciones: 7%.
• Otras razones: 8%.
Note que aunque la incompetencia ocupa el primer lugar en la lista, las siguientes cinco
razones fueron problemas de actitud.
No hace mucho, el Instituto Carnegie analizó los registros de diez mil personas y
concluyó que el 15% del éxito se debe a la capacitación técnica. El otro 85% se debe a la
personalidad, y el principal rasgo de personalidad identificado en la investigación fue la
actitud.
Nuestras actitudes determinan lo que vemos y cómo manejamos nuestros sentimientos.
Estos dos factores determinan en gran medida nuestro éxito. 69
Lo que vemos: La Sicología 101 me enseñó que vemos lo que estamos preparados para
ver. Un hombre que vivía en un suburbio, al no poder encontrar su sierra, sospechó que el
hijo de su vecino, que siempre estaba haciendo trabajos de carpintería en el vecindario, la
había robado. Durante la siguiente semana, todo lo que el muchacho hacía parecía
sospechoso: la manera de caminar, el tono de voz, los gestos. Pero cuando el hombre
encontró la sierra detrás de su banco de trabajo, donde por accidente la había dejado caer,
nunca más pudo ver algo sospechoso en el hijo del vecino.
Nell Mohney, en su libro Beliefs Can Influence Attitudes, ilustra muy acertadamente
esta verdad. Mohney cuenta de un experimento doble-ciego realizado en la bahía de San
Francisco. El director de una escuela llamó a tres maestros y les dijo: «Porque ustedes tres
son los mejores maestros en el sistema y tienen la mayor experiencia, vamos a entregarles
noventa estudiantes con alto coeficiente intelectual. Queremos que ustedes trabajen con
estos estudiantes, durante todo el próximo año, a su propio ritmo, y vean cuánto pueden
aprender».
Todos se sintieron contentos, la facultad y los estudiantes.
Ese año los maestros y los estudiantes disfrutaron mucho los unos de los otros. Los
maestros enseñaron a los estudiantes más brillantes; los estudiantes se beneficiaron de la
atención especial y de la instrucción de maestros altamente capacitados. Al final del
experimento, los estudiantes habían logrado un aprovechamiento en 20 a un 30% más que
el resto de los estudiantes de toda el área.
El director llamó a los profesores y les dijo: «Debo confesarles algo: ustedes no
tuvieron a noventa estudiantes de alto nivel intelectual, eran estudiantes comunes y
corrientes. Tomamos a noventa estudiantes al azar de entre todo el grupo, y los entregamos
a ustedes».
Los maestros dijeron: «Eso quiere decir que somos maestros excepcionales».
El director continuó: «Tengo otra confesión que hacerles: ustedes no eran los maestros
más brillantes. Sus nombres fueron simplemente los primeros que salieron al azar de un
sombrero».
Los profesores preguntaron: «¿Qué fue lo que causó la diferencia entonces? ¿Por qué
noventa estudiantes se desempeñaron en un nivel tan excepcional durante todo el año?»
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La diferencia, por supuesto, eran las expectativas de los maestros.
Nuestras expectativas tienen mucho que ver con nuestras actitudes.
Y estas expectativas pueden ser totalmente falsas, pero determinarán nuestras actitudes.
Cómo manejamos nuestros sentimientos: Observe que no dije que nuestras actitudes
determinan cómo nos sentimos. Hay una gran diferencia entre cómo nos sentimos y cómo
manejamos nuestros sentimientos. Todos tenemos momentos en que nos sentimos mal.
Nuestras actitudes no pueden detener nuestros sentimientos, pero pueden impedir que
nuestros sentimientos nos detengan. Desgraciadamente, muchas personas dejan que sus
sentimientos las controlen hasta que terminan como el pobre Ziggy en la tira cómica.
La vida es en un 10%
lo que me sucede y
el 90% cómo reacciono ante lo que me sucede. 70
Ziggy está sentado bajo un árbol contemplando la luna y dice: «He estado aquí y he
estado allí. He estado arriba y he estado abajo. He estado adentro y he estado afuera. He
estado cerca y he estado lejos. ¡Pero ni una sola vez, ni siquiera una vez, he estado “en el
lugar preciso”»!
El liderazgo tiene menos que ver con la
posición que lo que tiene que ver con la
disposición.
Todos los días veo a personas que se sienten controladas. Una encuesta reciente indica
que las personas con problemas emocionales tienen el 144% más de probabilidades de tener
accidentes automovilísticos, que los que son emocionalmente estables. Un hecho alarmante
revelado en este estudio es que una de cada cinco víctimas de accidentes fatales tuvieron
una disputa dentro de las seis horas anteriores a su accidente.
Es improbable que una persona
con una mala actitud pueda tener
éxito continuamente.
Norman Vincent Peale relata esta historia en su libro Power of the Plus Factor:
«Caminando por las serpenteadas callejuelas de Kowloon en Hong Kong, llegué a un
estudio de tatuajes. En la vitrina se exhibían las muestras de los tatuajes disponibles. En el
pecho o en los brazos podían grabar el tatuaje de un ancla o bandera o sirena o cualquier
cosa. Pero lo que me impactó hondamente era ver que había tres
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