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EL LENGUAJE. DESARROLLO EN EL NIÑO, DESARROLLO GRAMATICAL

britgtman5 de Julio de 2015

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UNIVERSIDAD ALAS PERUANAS

FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD

ESCUELA ACADEMICO PROFESIONAL DE PSICOLOGÍA HUMANA

CURSO : PSICOLINGUISTICA

DOCENTE : PSICÓLOGA GLORIA NOHEMÍ RAMÍREZ VILLAFUERTE

TEMA : EL LENGUAJE.

DESARROLLO EN EL NIÑO, DESARROLLO GRAMATICAL.

LENGUAJE Y PROCESOS COGNOSCITIVOS

LO MÁS HUMANO

La facultad de hablar es una caracterís¬tica muy especial de la especie humana. Su naturaleza y desarrollo han desper¬tado, y siguen despertando, la curiosi¬dad e incluso el asombro de todos no¬sotros, los hablantes. En el siglo XX una moderna disciplina, la psicología, des¬de sus mismos albores se ha interesa¬do por el lenguaje, aportando su pers-pectiva particular. Ya en las primeras décadas del siglo Vigotsky, un ruso de corta vida —murió en la treintena—, es¬cribió sobre el lenguaje con la visión de un auténtico psicólogo. Para él, como para sus discípulos, el lenguaje es ante todo una actividad humana de rango su¬perior, que comparte muchas caracte¬rísticas con otras actividades psicológi¬cas, como la memoria o el pensamiento.

LA VISIÓN DE LOS PSICÓLOGOS

Aunque existen tendencias diversas, los psicólogos, en general, aportan una vi¬sión que subraya no tanto el estudio de la estructura del lenguaje sino su géne¬sis, su significado, sus cambios y sus usos individuales y sociales. Los psicó¬logos estudian el lenguaje que las per¬sonas reales utilizan cuando hablan y cuando comprenden lo que escuchan; por tanto, se ocupan del lenguaje vivo, cambiante, múltiple y concreto, que se modifica con los usos cotidianos, que se deforma para satisfacer las necesidades de diversos grupos sociales y que se re¬crea en prácticas artísticas y lúdicas, pú¬blicas e íntimas, individuales y colecti¬vas. En nuestros días, influidos por las teorías de Vigotsky, otros estudiosos han analizado el papel del lenguaje como mediador cultural e instrumento para conocer, comunicarse y crear mundos al mismo tiempo nuevo y compartido.

Cuando Osgood y Sebeok publicaron, en 1954, un libro llamado Psicolingüística, hacía ya una década que el término ve¬nía empleándose para dar nombre a un campo de estudio que aunaba intereses de lingüistas y psicólogos. Desde enton¬ces, la psicolingüística se ha interesado por una amplia variedad de temas cuyos límites pueden considerarse hasta cierto punto confuso, si bien la riqueza de los conocimientos que ha generado es indiscutible. Se ha ocupado, por ejemplo, de cómo percibimos el habla de nuestros congéneres y de qué manera esa percep¬ción se relaciona con la comprensión y producción del lenguaje; también ha es¬tudiado las relaciones entre conocimien¬to y lenguaje y, sobre todo, ha permitido incorporar una visión evolutiva, especí¬ficamente psicológica, del lenguaje. Así, ha surgido un nuevo ámbito de estudio, la llamada psicolingüística del desarro¬llo, que tiene por objeto estudiar la evo¬lución del lenguaje infantil, al tiempo que genera teorías y datos sobre el cambio lin¬güístico en general.

En los años cincuenta, B. F. Skinner sentó las bases de lo que los psicólogos conductistas entenderían por lenguaje y los métodos para analizarlo. Lo que más se recuerda hoy al respecto es la polémi¬ca desatada entre el autor de Comporta¬miento verbal y su famoso compatriota, el lingüista Noam Chomsky. Resulta interesante recordar que para Skinner la psi¬cología, por su propia naturaleza, debía orientarse preferentemente hacia el es¬tudio de los aspectos funcionales del len¬guaje.

Por su parte, el psicoanalista francés Jacques Lacan ha propuesto, a lo largo de su extensa obra, que el inconsciente postulado por Freud está estructurado como un lenguaje. Debido a la enorme influencia del pensamiento lacaniano, amplios sectores de psicoanalistas se in¬teresan en la actualidad por el estudio de la estructura del lenguaje.

En resumen, la psicología del lenguaje tiene como objetivos llegar a un enten¬dimiento cada vez más amplio de los procesos de producción, comprensión y evolución del lenguaje normal y pato¬lógico, y colaborar así mismo en el di¬seño de procedimientos clínicos y edu-cativos en este ámbito. Bajo su influen¬cia se ha empezado a considerar el len¬guaje infantil como objeto de estudio en sí mismo y no como una mera copia imperfecta del lenguaje adulto. Los cono¬cimientos que está generando la psicología del lenguaje afectan profun-damente a disciplinas aplicadas, como la psicopatología del lenguaje o la en¬señanza de segundas lenguas, y ayudan a una mejor comprensión de las situa¬ciones de bilingüismo.

¿QUÉ ES EL LENGUAJE?

A pesar de ser muchos los cerebros que le han dedicado atención, desde San Agustín a Darwin, desde Aristóteles a Chomsky, todavía resulta una tarea extremadamente difícil contestar la pre¬gunta ¿qu é es el lenguaje? Y eso es así porque el lenguaje, como toda realidad compleja, admite e incluso requiere ser observado desde puntos de vista muy diferentes, sin que ninguna perspectiva pueda agotar toda su esencia. La neuropsicología rastreará, por ejemplo, los procesos cerebrales que permiten que los estímulos acústicos que llegan al oí¬do interno se conviertan en impulsos nerviosos y alcancen el cerebro para allí ser interpretados y traducidos, es decir, descodificados en palabras comprensi¬bles. Por su parte, la psicolingüística se ocupará de averiguar los procesos indi¬viduales y colectivos que hacen posible que las personas se comuniquen y usen el lenguaje. Algunos psicólogos se cen¬trarán en el estudio de la influencia de la experiencia sobre el desarrollo lin¬güístico, mientras que las ciencias cognitivas se interesarán por los procesos mentales que subyacen a la producción de mensajes orales.

Si se pidiera a personas de diferentes edades y formación una definición del lenguaje se encontrarían notables di¬vergencias, pero es muy probable que se hallara también una coincidencia im¬portante: muchas definiciones incluirían el concepto de comunicación como la función primordial del lenguaje.

Lenguaje y comunicación

No es difícil estar de acuerdo en que el lenguaje sirve para la comunicación y, sin embargo, es conveniente hacer algunas distinciones entre ambos conceptos. El lenguaje articulado humano muy a me¬nudo está al servicio de la comunicación, pero no a la inversa, ya que podemos co¬municarnos sin recurrir al uso de la pa¬labra; es fácil comprender que existen muchos tipos de comunicación que no requieren el uso del lenguaje. En general se reserva el término «lenguaje» para de¬signar una actividad humana organiza¬da como un sistema de signos de estruc¬tura compleja, que tienen la propiedad de representar o sustituir la realidad y sirven para comunicar un número prácticamente ilimitado de significados.

Con el término «comunicación», por otra parte, se hace referencia a un con¬junto más amplio de fenómenos, entre los que se incluyen todas aquellas ac¬tuaciones en las que una persona logra incidir sobre el entorno físico o social, a través de otra u otras personas: los in¬terlocutores. Por ejemplo, la comunica¬ción corporal es una forma de comuni¬cación, pero no un auténtico lenguaje, ya que sus componentes no se organizan en una estructura compleja y los contenidos que permite expresar son limitados.

Una complicada realidad

Todas estas opiniones y muchas más po¬drían acumularse de manera aparente¬mente paradójica para quien pretenda tener una única visión de la naturaleza del lenguaje; se podrían enumerar mul¬tiplicidad de campos de estudio, todos ellos relacionados con el habla humana y, sin embargo, aún quedaría en pie la misma pregunta: ¿qué es el lenguaje en realidad? Ocurre, sencillamente, que no es posible resumir en una sola defini¬ción la complicada realidad del lengua¬je humano, ni existe una disciplina que permita abarcarlo desde una única pers¬pectiva. Pero no por eso hay que re¬nunciar a describir y explicar, en defi¬nitiva a comprender, la maravillosa capacidad de hablar de la especie humana. A lo largo de este siglo se han consolidado toda una serie de conoci¬mientos, compartidos en mayor o me¬nor grado por disciplinas muy diversas, sobre qué componentes y características tiene el lenguaje, cómo se adquiere y evoluciona, o para qué se usa.

Al igual que una gran cordillera o una sinfonía romántica, el lenguaje es un fenómeno complejo y organizado y, como tal, está constituido por compo¬nentes múltiples, diferentes entre sí y al mismo tiempo interrelacionados. De ahí la dificultad de su estudio y la multiplicidad de perspectivas desde las que puede ser contemplado. Cuando la psi¬cología aborda el análisis del lenguaje suele distinguir entre sus componentes formales o estructurales (como los so¬nidos del habla o las leyes que rigen la formación de palabras, frases y textos), sus contenidos (de qué nos habla el len¬guaje) y sus componentes funcionales (de qué maneras se puede operar sobre el entorno a través del lenguaje).

La forma del lenguaje

El estudio de los componentes formales tiene una gran tradición. La primera gra¬mática de un idioma vulgar, el castella¬no, la publicó Antonio de Nebrija hace más de quinientos años, en 1492, si bien anteriormente ya existían gramáticas de lenguas clásicas como el latín.

El lenguaje humano, como una sin¬fonía, se apoya en un soporte sonoro: las notas en una sinfonía, los fonemas en el habla humana. Los fonemas son la uni¬dad

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