El poder concreto
victor92113 de Mayo de 2013
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1. El poder concreto, el poder facto, el poder hecho carne de realidad tangible residía en el señor, en el castellano, quien era el que tenía el sentido más alto de la palabra. La monarquía se convierte de esta manera en una abstracción moral o jurídica, haciendo al soberano casi imperceptible y sumamente débil en los aspectos militares, políticos y jurídicos, lo que lo ponía en una actitud de defensa contra sus propios vasallos.
El localismo provincial o parroquial de la edad media constituyó una etapa necesaria y lógica dentro del proceso de la cultura occidental, trastornando espléndidas floraciones espirituales; en estos tiempos el feudo, el señor y el castillo desempeñan una función sicología y educadora de gran trascendencia. Con el hundimiento del sistema feudal comienza la era de los nacionalismos paralelamente con la verdadera era de la Monarquía. Cuando esta monarquía teórica y abstracta se hace tangible y concreta junto con el soberano que llega a una realidad política, económica y militar se dice que hay una congruencia biológica.
El nacionalismo Europeo destaca netamente en sus perfiles pero aún no ha rebasado el espíritu parroquial. De aquí pasamos al patriotismo centrándonos en el europeo, el cual no tiene aun otro sentido más que el de la restricción localista, este patriotismo es un patriotismo parroquial y lucha para convertirse en un patriotismo paneuropeo. Tenemos que mencionar también que el nacionalismo europeo, no solo era del tipo parroquial en el sentido político, económico o militar, sino también en el sentido geográfico, territorial o topográfico.
Llegamos a un punto en que nuestro patriotismo y nacionalismo tienen que ser continentales, pues nosotros no pertenecemos a la Edad Media y mucho menos somos siervos para rechazar esta idea, tenemos que tener claro también que del nacionalismo europeo al latinoamericano hay una distancia similar a la que hay entre la cuna y el sepulcro, del pasado al porvenir.
2. El hombre latinoamericano ha vivido hasta hoy regido dolo por el instinto que regula las ciegas fuerzas biológicas de su estructura orgánica, La América latina atraviesa quizás el instante más crítico y dramático de su vida y está en el trance de sus decisiones vitales que asumen su mayor trascendencia, todo esto no se trata más que de un imperativo y gravitante proceso dialéctico que surge, con limpia transparencia, de un análisis racional, verificado con todo rigor científico. Los hombres no pueden quedarse en una etapa infantil del instinto, detenerse es retorno al caos, es tanto como morir y disolverse, un sin número de factores todos llevados hacia el punto de confraternidad y agrupación sin duda llevara a la mancomunidad y a la unión que es lo que debemos buscar, si llegar por supuesto a la solidaridad romántica y discursiva.
3. La conciencia es una unión de respuestas al Universo, el diálogo que el hombre entabla con las cosas pues el alma del hombre no puede manifestarse si no lo hace cogiendo y absorbiendo el contorno material y síquico en que opera. La cultura es la capacidad dinámica de asimilación inmediata de conocimientos e ideas que el hombre pone en juego en el acto de conocer. La habilidad y capacidad para coger todo lo que percibe y es bueno para su “adiestramiento” dentro de su conciencia, es decir la rica y vasta multiciplicidad del Universo. Cultura es llegar a una sensibilidad es por esto que el cerebro se constituye como una antena fina y vibrátil traduciendo en pensamiento y en acción los mensajes múltiples del cosmos. Hablando genéricamente la cultura se da como la congruencia de un determinado orden de cosas ante la conciencia del hombre. Por todo esto existen 3 maneras de pensar, la primera: las cosas son. Sin relación ni choque posible; la segunda: las cosas son y no son en absoluto, si establece una dualidad irreductible; la tercera: las cosas
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