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FACTORES CRIMINO-IMPELENTES Y CRIMINO-REPELENTES


Enviado por   •  24 de Septiembre de 2013  •  1.153 Palabras (5 Páginas)  •  45.592 Visitas

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FACTORES CRIMINO-IMPELENTES Y CRIMINO-REPELENTES.

Los factores crímino-impelentes, estimulan una conducta antisocial; mientras los factores crímino repelentes, van a servir como inhibidores. Enunciamos aquella ley que expresa que a toda acción corresponde una reacción; en Criminología, para llegar a la conducta antisocial, tenemos dos hipótesis:

1. Cree que el sujeto tiene activantes comunes, casi normales, pero comete una conducta antisocial porque los inhibidores son muy escasos, y al no tener obstáculo, el sujeto llega a la conducta desviada.

2. Se presenta cuando los inhibidores son varios y suficientes, pero el sujeto está tan activado, tiene una enorme predisposición a la conducta antisocial, que pasa por encima de los inhibidores, los anula, y llega al delito.

Los inhibidores pueden ser jurídicos, políticos, económicos, físicos, morales, religiosos, etc., es más, un mismo factor puede ser al mismo tiempo o en diferentes sujetos un impelente o repelente.

El factor religioso es inhibidor y debe funcionar y operar como repelente, en ocasiones se convierte en un activante. Pensemos en la santa inquisición: los católicos, en nombre de dios, mataron a mucha gente.

Nosotros creemos en la eficacia de los factores crimino-repelentes; por ejemplo, cuando el vértigo de la velocidad (factor crimino-impelente) se apodera de nosotros y vamos a un exceso de velocidad, al ver una patrulla de la policía, inmediatamente bajamos la velocidad. Observamos, entonces como funciona el inhibidor y nos desactiva.

Para un adecuado dictamen criminológico, debemos tener en cuenta tanto factores crimino-impelentes como los crimino-repelentes. La peligrosidad del sujeto sólo puede fijarse conociendo, valorando y comparando ambas fuerzas.

Para el tratamiento es fundamental considerar qué inhibidores se refuerzan y qué activadores deben eliminarse. La terapia no puede reducirse simplemente a desactivar los crimino-impelentes y crear o reforzar los inhibidores.

En ocasiones los factores crimino-impelentes no son eliminables (pensemos en enfermos incurables), hay casos en los que no conviene eliminarlos, pues no todos los activantes son en sí nocivos; así, la agresividad bien encaminada es benéfica, el impulso sexual es normal, etc. En estos casos, toda la energía debe canalizarse hacia algo útil.

Por otra parte, no siempre es adecuado reforzar o crear inhibiciones, pues podemos lograr un efecto contrario al deseado; pensemos por ejemplo que una violenta represión policiaca puede llevar a una escalada de violencia.

La sociedad presiona en tal forma al delincuente, tratando de inhibirlo, que produce el efecto contrario, es decir lo lanza al delito.

Mientras más violentamente es presionado el infractor, reacciona con mayor violencia; y mientras es más violento, la reacción social es peor, llegándose a un mecanismo de retro-alimentación y a una escalada de violencia.

FACTORES PREDISPONENTES, PREPARANTES Y DESENCADENANTES

La comprensión de estos factores nos permite conocer la secuencia seguida hasta llegar a cometer un hecho y saber la dinámica criminal. A los factores criminógenos se los ha dividido de acuerdo a su función, en predisponentes, preparantes y desencadenantes.

Factores Predisponentes.- Predisponer quiere decir disponer anticipadamente algunas cosas o el ánimo de las personas para un fin determinado. Los factores predisponentes son de naturaleza endógena, y pueden ser biológicos o psicológicos.

Factores Preparantes.- Estos factores son generalmente exógenos, vienen de afuera hacia adentro, como la provocación en una pelea, el alcohol, etc.

La influencia del alcoholismo en los delitos violentos, es evidente. Este factor realiza una doble función que es importante conocer: acentúa los activantes, además tiene la fundamental característica

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