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PERDER LA COMIDA TRADICINAL


Enviado por   •  30 de Septiembre de 2013  •  14.259 Palabras (58 Páginas)  •  249 Visitas

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PORQUE PERDEMOS LA IDENTIDAD ALIMENTARIA:

A lo largo de la historia, el papel de la alimentación ha ido cambiando: al principio el hombre buscaba Alimentos tan sólo para satisfacer las necesidades biológicas pero ha habidoprofundas transformaciones en el acto de la alimentación: aspectos como el lujo, la religión, el estatus social, el placer y la interacción social han sido elementos clave en el desarrollo de la cultura alimentaria.

Lo que se come, cómo se come, dónde se come y lo quese siente cuando uno come son elementos integrantes de la identidad cultural alimentaria.

Dependiendo de las culturas y de las religiones existen ciertas restricciones alimentarias. Por ejemplo, solo los alimentos Kosher son permitidos por el judaísmo, mientras que los alimentos Halal/Haram son los aceptados por los creyentes del Islam.

La selección de alimentos en diferentes países, regiones o culturas suele tener diferentes características. Por ejemplo, los americanos comen más carne roja que otros países, los japoneses consumen más pescado y arroz. El arroz y los frijoles son alimentos típicos de la dieta en países latinoamericanos, mientras que las lentejas y el pan de pita son típicos en Oriente Medio. Esto se halla estrechamente relacionado con la cultura culinaria en cada país o región. Incluso el hecho de relacionar la dieta con la aparición de enfermedades agudas y crónicas, ha ocasionado cambios constantes en los hábitos dietéticos. Se cree que esta podría ser ser la base de las restricciones alimentarias en algunas religiones. Por otro lado, la gran movilidad que han permitido los medios de transporte, así como los nuevos métodos de conservación de los alimentos han favorecido la instauración de una globalización a gran escala y también en la cultura alimentaria. El interés por probar nuevos alimentos existe en las culturas más conservadoras pero a su vez los hábitos alimentarios se hallan muy arraigados y son muy difíciles de cambiar (pensemos, por ejemplo, en arroz en China, o el pan negro en Rusia).

HÁBITOS ALIMENTARIO S LOCALES Y GASTRONOMÍA

Los hábitos alimentarios de un determinado grupo poblacional están condicionados por gran variedad de factores. En primer lugar, la posibilidad de disponer de un determinado alimento en una zona geográfica concreta facilita que se instaure una tradición en su consumo. Pero existen otros factores igualmente importantes como condicionantes religiosos y culturales que determinan en gran manera el consumo de un alimento e incluso cuándo va a ser consumido. La gastronomía se define como el placer por la cocina. Va más allá de los mismos hábitos alimentarios y nace como expresión de una cultura. Se busca mucho más que el interés por alimentarse y cubrir las necesidades de una serie de nutrientes y se centra en el disfrute de los sentidos.

Esto puede hacerse realidad, por ejemplo, en el momento de elegir un restaurante, que puede ser de una cocina

diametralmente opuesta a la nuestra –incluso exótica– y quedar muy lejos de nuestros hábitos alimentarios habituales.

Las características que definen un determinado comportamiento alimentario están condicionadas por muchos factores. Muchos de ellos pueden ser más o menos identificables por su evidencia, pero otros tantos pueden pasar inadvertidos a simple vista. No es de extrañar que con frecuencia algunos estudios científicos pongan de manifiesto circunstancias que en principio son poco palpables, pero que condicionan en gran medida el resultado de un determinado estilo alimentario y, por ende, influyen en la salud.

Compañía durante las comidas

La ingesta no es la misma si se come solo o bien acompañado. Esto es especialmente importante en gente mayor que vive sola. Se ha comprobado que muchos de ellos pueden tener riesgo de malnutrición por el mero hecho de realizar sus ingestas sin compañía. También es muy importante el carácter de este acompañamiento en las comidas. Está comprobado que se tiende a comer más entre amigos y familiares que entre desconocidos.

Por otro lado, comer con personas delgadas o con sobrepeso podría influir en la elección de los alimentos que se van a consumir. Se ha demostrado que observar a una persona delgada mientras come una comida copiosa otorga un permiso implícito para imitarla. Se piensa que si una persona delgada puede comer así y seguir delgada, cualquier individuo puede hacerlo.

Se ha visto que las influencias sociales son el factor que más puede afectar el comportamiento alimentario personal. Los miembros de familias con personas obesas tienden a hacer mayores ingestas y, por tanto, es más probable que desarrollen sobrepeso. Existe, por tanto, una pauta de comportamiento imitadora demostrada en los hábitos alimentarios.

Presentación de los platos

Un condicionante en los hábitos alimentarios es la presentación de la comida. Cuidar la presentación de los platos puede ser muy útil en alimentación. Si queremos favorecer la ingesta de una persona mayor inapetente, si vamos a introducir un alimento nuevo en la dieta de un niño o incluso si estamos siguiendo una dieta de adelgazamiento y no queremos caer en la monotonía o en la repetición, la manera en que se presenta un plato es muy importante.

Por ejemplo, una crema de verduras puede servirse en un bol especial y espolvorearse con frutos secos. Comer mientras se ve la televisión Comer es una actividad imprescindible, necesaria y debería resultar gratificante. Si el acto de alimentarse se hace frente a la televisión pasa a ser una acción secundaria y accidental. Con ello conseguimos tomar distancia respecto de la alimentación y perder conciencia de su importancia.

Es comprensible e inevitable que, en ocasiones, los padres se ayuden de la televisión –o de un reproductor de imágenes– para lograr que los hijos coman, que premien un buen comportamientoy permitan ver los dibujos durante la cena o que dejen a los niños delante de la tele para que los adultos puedan disfrutar de una comida.

Pero comer y ver la tele a la vez de manera habitual es una mala costumbre. Lo es, entre otras razones además de las ya citadas, porque comer no es una actividad lúdica para momentos de ocio. En cambio, viendo la tele el sujeto asume la televisión y la comida como elementos de un mismo acto. Si se contempla así, se establece como hábito pasivo en el que el sujeto se deja alimentar sin prestar atención a qué hace, porque su interés está ajeno a ese acto y no interactúa en un proceso importante como es su nutrición En definitiva, aunque en principio ayudarse de la tele, para introducir

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