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Padre Herreros


Enviado por   •  16 de Febrero de 2014  •  1.520 Palabras (7 Páginas)  •  284 Visitas

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García-Herreros, Rafael

Biografía:

Sacerdote nortesantandereano (Cúcuta, enero 9 de 1909 - Bogotá, noviembre 24 de 1992). Rafael da mucha guerra, era la queja que se escuchaba a doña María Unda Pérez durante la niñez y juventud de su hijo Rafael García-Herreros. Hijo del general Julio César García-Herreros Orbegozo, emparentado con Francisco de Paula Santander y con doña Juana Ranjel de Cuéllar, fundadora de Cúcuta, y de doña María Unda Pérez (según algunos historiadores, la familia Unda desciende, por línea materna, del alférez real y regidor perpetuo Francisco de Moctezuma, descendiente del antepenúltimo emperador azteca, Moctezuma II), el padre García-Herreros fue el tercero de siete hijos, bautizado en la iglesia parroquial de San José, hoy iglesia catedral, por el padre Elías Calderón. Hizo sus primeros estudios en el Colegio de las Hermanas de la Presentación, y el 3 de febrero de 1923 ingresó al Seminario Conciliar de Santo Tomás de Aquino, en Pamplona, dirigido por padres eudistas franceses. El padre Gaicía-Herreros recordaba cómo en ese claustro devoramos un puñado de años, como si fueran uvas, como si fueran ciruelas. Luego se trasladó al Seminario de San José de Usaquén, el 25 de enero de 1928. El rector era el padre Louis Bourdon; a quien de niño había sanado milagrosamente San Juan Eudes y, posteriormente, el padre Louis Fafin. Durante este período, García-Herreros mostró particular predilección por el estudio del idioma y literatura alemanas, el hebreo y la astronomía.

El 23 de septiembre de 1933 recibió las órdenes menores; en noviembre, el subdiaconado; el 17 de marzo del año siguiente, la ordenación diaconal; y el 19 de agosto de 1934, en la iglesia de Nuestra Señora de las Angustias de Bogotá, la ordenación presbiterial de manos de monseñor Paolo Giobbe, nuncio apostólico. El padrino fue monseñor Felipe Alvarez del Pino, director de las Obras Misionales. Durante sus primeros veinte años de ministerio sacerdotal, García-Herreros se consagró como formador de seminaristas en los seminarios de Santa Rosa de Osos (1934-1935), Jericó (1936-1938), San José de Miranda (1943-1945), Cartagena (1946-1950) y Cali (1952-1954). Durante estos años, escribió gran cantidad de cuentos y representaciones teatrales, como medio de formación de estudiantes y para compartir con ellos sus ideas. En el Año Santo de 1950 viajó a Europa como asesor de los grupos de Acción Católica. Salió de Barranquilla el 10 de octubre, y llegó a Roma el 17. Asistió a cursos de filosofía en la Universidad Gregoriana, y a conferencias del padre Marlion sobre el apostolado moderno en la prensa, la radio y el cine. En Friburgo (Suiza) continuó los estudios filosóficos en la universidad de los padres dominicos. Viajó por Alemania, Francia y España, y regresó a Roma. El 3 de diciembre de 1951 llegó a Cartagena y fue designado como profesor para el Seminario de Cali, donde trabajó hasta septiembre de 1954. Desde 1946, en la emisora Radio Fuentes de Cartagena, el padre García-Herreros comenzó a utilizar los micrófonos para su labor evangelizadora. La Hora Católica se mantuvo al aire por cuatro años, y continuó después en Medellín. García-Herreros escribió a su superior provincial, el 10 de febrero de 1950: He introducido en este año El Minuto de Dios, que es una corta radiación todos los días, a las 7:30 a.m. Eso está grabado, así que no tengo que ir a la emisora. El programa se emitió en Cartagena durante ocho meses y, tras el viaje a Europa, lo reinició en Cali. En él, además de los temas propios para la difusión de la fe, comenzó a abordar la labor social con realizaciones concretas. Su principal proyecto en el Valle fue la construcción del barrio de los pobres, mediante la aportación de $ 1 500 por parte de cien familias pudientes, y con la venta de la edición de algunos escritos del padre. El programa, un verdadero éxito radial (se transmitía por los altavoces de la plaza de mercado), era diariamente comentado por la prensa, pero pronto fue también duramente atacado por su claro sabor comunista, o por lo menos, socialista.

Estas críticas y otras dificultades hicieron que García-Herreros fuera enviado a Medellín en 1954. Tras una breve estadía, viajó a Bogotá. Invitado a los programas de televisión Fantasía navideña, El artista y su obra y Nuestro pan de cada día, se le abrieron las puertas de este novedoso medio. En marzo de 1955 se iniciaron las emisiones de El Minuto de Dios que, poniendo en manos de Dios este día que ya pasó y la noche que llega, se transmitió por más de 37 años, siendo tal vez el programa de televisión emitido por más tiempo

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