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Trabajo y sociedad


Enviado por   •  31 de Mayo de 2019  •  Informes  •  2.389 Palabras (10 Páginas)  •  470 Visitas

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INTRODUCCION

En este trabajo exponemos los conceptos de trabajo y salud, con el objetivo de contextualizarlos en dos corrientes de pensamientos diferentes, es decir, modernidad y posmodernidad. Asimismo, reflexionamos y opinamos sobre las diversas construcciones que le han otorgado mayor o menor importancia a estas dos nociones a lo largo de la historia. Trabajo deriva del latín tripalium, que era una herramienta parecida a un cepo con tres puntas o pies que se usaba inicialmente para sujetar caballos y así poder herrarlos. En la actualidad, el trabajo tiene un papel fundamental para el desarrollo y la supervivencia de los seres humanos, sin él, no se obtendrían los recursos necesarios para lograr un bienestar. Por ello, sabemos que, hoy en día no se puede vivir sin trabajar, el trabajo ocupa parte de nuestras vidas y es la pieza principal que nos garantiza formarnos como sociedad. Por otro lado, la salud del latín salus,-utises es un estado de bienestar o de equilibrio que puede ser visto a nivel subjetivo (un ser humano asume como aceptable el estado general en el que se encuentra) o a nivel objetivo (se constata la ausencia de enfermedades o de factores dañinos en el sujeto en cuestión). Se contrapone al de enfermedad, y es objeto de atención por parte de la medicina y de las ciencias de la salud.

DESARROLLO

MODERNIDAD

El trabajo es una actividad humana, mercantil y asalariada. Donde se debe cumplir o implementar cierto tiempo para desarrollarla. Meda sostiene “en el momento en el que el trabajo se volvía un valor fundamental al mismo tiempo en que se lo consideraba como el medio principal para acondicionar el mundo, haciendo de él un mundo para todos y en el momento mismo en el que la producción se transformaba en el lugar central del lazo social y de la expresión en sí. Ya que la “producción” se había vuelto el principal objeto de nuestra sociedad desarrollada”. (Meda 2007: 18) Poner en práctica el principio del buen rendimiento marca un antes y un después en el desarrollo conceptual de lo que interpretamos a la luz de la ética del trabajo, “según Bauman (2000) el principio del buen rendimiento estaría dado por el conjunto de actitudes que todo trabajador debía adoptar ante las nuevas reglas de producción”, “obedecer sin pensar”. Muchas veces sentimos que somos un “engranaje” dentro del sistema sanitario, ya que no siempre se nos da lugar dentro del equipo de trabajo, por ejemplo cuando nos solicitan realizar alguna exposición y nosotros la creemos innecesaria o errónea, e intentamos explicar nuestra postura y la respuesta es: “si el médico lo pide hay que hacerlo”.

Siguiendo a Bauman el trabajo en sí mismo establece una norma de convivencia, por la cual sería injusto que compartieran sus beneficios o ganancias con los demás, que pueden hacerlo pero por una u otra razón no lo hacen. Como consecuencia de esta tensión se instala la ética laboral, imponiendo una disciplina de obediencia y subordinación como valores morales, obligando a los trabajadores a cumplir un horario todos los días; claro es el  ejemplo de empleados que realizan un mismo trabajo cumpliendo la misma carga horaria y no logran acceder a los mismo beneficios (monotributista- relación de dependencia) bajo un mismo empleador .

 Según Bárbara Hammonds (2007), “los únicos valores que las clases altas les permitían a las clases trabajadoras eran los mismos que los propietarios de esclavos apreciaban en su esclavo”. En este contexto el trabajo a ritmo impersonal, inhumano y mecánico del trabajo en las fábricas, se da entre la mentalidad pre industrial y esclavista y la nueva visión del mundo de la producción moderna. Puesto que la dependencia de trabajadores hacia un sistema de producción los pre determina como seres sin libertad creadora con el sólo objeto de realizar tareas repetitivas, lo que Marx y Hegel calificaron como la dialéctica del amo y del esclavo. A veces nos sentimos, de esta manera, somos una mercancía para nuestro lugar de trabajo, no podemos valernos por si solos, necesitamos los equipos de diagnóstico para trabajar. A su vez, pongamos por caso, el ejemplo, que ocurre en algunos servicios tanto públicos como privados, donde no se respeta el hecho a enfermarse o el de estudiar, donde el jefe de servicio de diagnóstico por imágenes, responde ante esta situación, desentendiéndose de la causa y desligando responsabilidad “hacete cargo”.

Por tanto y por primera vez en la historia humana se inicia un período en donde el poder productivo alcanza un protagonismo en las sociedades y en sus sistemas económicos. En concreto, en varias ocasiones, sin darnos cuenta nuestro trabajo se vuelve impersonal y mecánico, se nos ordena atender “X” cantidad de pacientes en un cierto tiempo determinado, se nos reprime de cierto modo, nuestra propia vocación. En paralelo, -Hobsbawm, Eric (2012) sostiene que la revolución industrial es el triunfo del mercado exterior sobre el mercado interior y tuvo impactos directos tales como la mecanización de los oficios, el proletariado, demanda de metalurgia, hierro y la construcción de ferrocarril, desarrollo del estado y la urbanización. Dependiendo del predominio de cada uno de estos factores, surgieron otras modalidades de medicina social. Lo que -Foucault, Michel (1996)  analizó como desarrollo de la medicina moderna en las etapas de Medicina de Estado, Medicina Urbana y Medicina de la Fuerza de trabajo.

A modo de resumen, podemos decir, que hubo una primera etapa del proceso de formación que se da en Alemania en 1700, es un modelo muy precario, burocrático que controlaba el saber y el ejercicio médico.  La medicina Urbana surge en Francia a fines del SXVII, en plena urbanización tenía métodos de vigilancia y exclusión, se impone el modelo de cuarentena y la medicina del ambiente. Particularmente, esta realidad, la vemos reflejada con el foco del Hanta Virus en la ciudad de Epuyen, donde los ciudadanos fueron aislados. En Inglaterra en el SXIX, se considera a la medicina de los pobres, separándolos, mediante un cordón sanitario, para que puedan trabajar y para que no se enfermen los ricos, superponiendo 3 subsistemas: asistencial, administrativo y privado. Sin ir más lejos, en nuestra provincia se puede evidenciar la medicina laboral que demandan las petroleras como claro ejemplo de la fuerza laboral. Entonces podemos decir, que la medicina social, es un disciplinamiento del cuerpo en función de la fuerza productora o laboral, es heterogénea y le da soluciones a los problemas sociales.

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