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Un día en mi vida


Enviado por   •  5 de Abril de 2016  •  Biografías  •  1.270 Palabras (6 Páginas)  •  192 Visitas

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CENTRO DE ESTUDIOS SUPERIORES

CARLOS A. CARRILLO

MAESTRÍA EN EDUCACIÓN

DIDÁCTICA Y PLANEACIÓN EDUCATIVA

FACILITADOR:

DR. GONZALO GUERRERO SÁNCHEZ

ALUMNA:

BIOL. MARÍA EUGENIA ROMAY CASTILLO

MAYO 2015

Semblanza de un educador del siglo XXI

Mis cambios Pedagógicos

Aún recuerdo las largas noches de mi quinto año en la primaria, a la luz de las lámparas de la calle repetía una y otra vez las respuestas de un inmenso cuestionario sobre historia, geografía, ciencias y otras asignaturas de aquel programa educativo; era el año de 1979 aquí en la ciudad de Coatzacoalcos, Ver., cerraba con fuerza los ojos tratando de imaginar cada uno de los hechos descritos en los párrafos de los libros de textos, en el mejor de los casos cuando la lección era referente a las ciencias (plantas y animales) acudía al jardín de mi abuela para que, con ayuda de una lupa buscará esas estructuras que el libro había descrito o en mi mascota, un  perro llamado Jerry, tocaba su columna tratando de identificar las vértebras; lo mejor vino después cuando los reyes magos me trajeron mi primer juego de química y biología, ahora no haría falta cerrar los ojos para imaginar, ahora podía “experimentar” y por supuesto que recuerdo nítidamente aquellas primeras observaciones del tejido de una planta o las esporas de un helecho, habían dado en el clavo los reyes magos, era la mejor forma de aprender para mí.

A mis once años, jamás pasaba por mi cabeza ser docente, eso ocurrió años después, cuando vivíamos en Villahermosa y en las vacaciones de verano jugaba junto a los cuates de la cuadra a la escuelita, nosotros los mayores atendíamos a los más pequeños, enseñándoles colores, números y formas, un día antes preparaba minuciosamente los recortes de objetos que tenían las figuras que deseaba que aprendieran, seleccionaba los colores en juguetes de mis hermanos y recortaba letras del periódico, para que los pequeñitos formaran palabras, era el año de 1982. No existían un teléfono celular, ni siquiera una computadora y ni hablar del internet o buscador, todo lo hacía consultando viejos libros o la gran enciclopedia Británica que mi mamá me había regalado, era leer y leer y seguir leyendo (no me quejo de eso, porque se formó en mi ese hábito).

Con el correr de los años mis gustos cambiaron, me decidí por la Biología y me traslade hasta Xalapa, para realizar mis estudios profesionales; un mundo completamente distinto, rodeada de viajes fuera de la ciudad, visitando altas montañas, lagunas sin fondo, escalando el cofre de Perote, recorriendo museos y jardines botánicos; también recuerdo a mis docentes junto a nosotros explicando todo cuanto era necesario y más si teníamos preguntas, dejándonos aprender con todos los sentidos y no solamente con los artículos en inglés que había que traducir, para analizar las nuevas investigaciones del mundo biológico.

Y por supuesto que en este andar académico, de vez en cuando había que exponer algún tema o el resultado de una investigación, para eso debíamos documentarnos y tener el dominio del tema, siempre me gusto hacerlo, por eso cuando mi asesor de tesis me dijo: _ Romay te vas al Congreso Nacional de Zoología en Mérida_ no lo pensé acepte de inmediato, no sabía en lo que me metía y cuando llegó mi turno expuse ante más de 600 asistentes, explicando con claridad aquel estudio citogenético en una especie de pez forrajero. Había descubierto mi facilidad para comunicar algo en público; sin embargo tampoco pensaba en ser docente.

El ser docente ocurrió por una necesidad; ya casada y con tres hijos regrese a mi natal Coatzacoalcos y después de cinco años de haber llegado y de haber dejado de trabajar, un día abrí el periódico y me encontré con esto:

IMPORTANTE INSTITUCIÓN EDUCATIVA SOLICITA:

BIOLOGO, QUÍMICO. INGENIERO, PEDAGOGO

LLEVAR CURRICULUM A REVOLUCIÓN 413

No lo podía creer, era a la vuelta de mi casa y era Julio, el mes en que había nacido; pensé esto es para mí, así que decidí acudir al día siguiente, prepare mis documentos aunque en realidad no tenía muchas constancias de cursos o certificaciones, o algo que me avalara como docente, pero había algo en mí,  algo muy importante: la necesidad de trabajar y en algo que ya había hecho antes, la necesidad de compartir mis experiencias y conocimientos, finalmente en casa llevaba dos años dando clases a niños de kínder y primaria, y ayudando a mis hijos con sus tareas, pensé entonces que no sería difícil hacerlo en una escuela de nivel medio superior.

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