Hoy como todos los días de mi vida he decidido escribir algunos pensamientos que frecuentan a menudo por mi mente y de los cuales surgen numerosas intrigas.

30-05-2015

Mis ensayos:

Hoy como todos los días de mi vida he decidido escribir algunos pensamientos que frecuentan a menudo por mi mente y de los cuales surgen numerosas intrigas. Una de ellas, la que en reiteradas veces me pregunto es ¿Quién soy yo? y ¿quién es dios?, son preguntas extensas de responderse y de las cuales surgen innumerables incógnitas, que puede que estén ligadas a conceptos básicos que rodean a nuestras creencias, ideologías, o percepciones del mundo material  que van creciendo a lo largo de las vida y cuya construcción surge de nuestras experiencias propias. En todo caso son estas experiencias las que dan cuenta o las que nos cuentan acerca de la “idea”  de uno mismo así como la de Dios y en la que cada persona participa activamente cada momento de existencia dando a cada suceso o acontecimiento una explicación que sacie nuestras expectativas  en base a nuestra inclinación religiosa, culto o simple aprehensión  a conocimientos adquiridos en un día corriente de reflexión con los amigos donde hacemos populismo.

Es frecuente escuchar numerosas ideas sobre Dios y su manera de obrar, siendo un tema en todos los estratos sociales y un motivo de preocupación por aquellos que consideran la posibilidad de un ·”castigo eterno” si no cumplo con los mandatos divinos que desde tiempos remotos fueron establecidos (que ha a criterio personal aclaro), no solo para que fueran obedecidos, también para que exista un orden en todas aquellas decisiones que tomemos. Claramente, debemos  obedecerlos  porque realmente queremos hacerlo con plena conciencia  y voluntad de seguir sus preceptos, porque eso nos puede ayudar a ser dignos de él. Ser digno de Dios es el trabajo más duro que mi mente puede llegar a imaginar,  pues se trata de tener más allá de todo lo que logremos en esta vida, la Paz al fin de nuestro camino. Es muy importante esto que digo, y cabe dejar claro, que al Dios al que me refiero es al mismo al que todas las personas dirigen su Fe, sin discriminar la forma o apariencia que le hayan dado pues absolutamente todo lo observable por nuestros ojos y percibido por nuestros sentidos es Dios en acción.

La cuestión que discrimino, no en sentido estricto de la palabra sino de diferenciar una cosa de otra, es que, así como un ente,  existe el bien y también el mal, siendo la Fe el motor que alimenta estos dos extremos. Y en donde nosotros mediamos todo el tiempo, retroalimentando estas manifestaciones una y otra vez con nuestros pensamientos y acciones.

En todo esto, el pensamiento es el origen  y el fin en donde posteriormente precipitan nuestras acciones personales.

                                                                                14-07-2015

Actualmente vivimos en un mundo colmado de apariencias que nublan u opacan la realidad, que está en todo momento manifestándose pero que ignoramos  a diario de tal manera, que creemos que estamos viviendo la vida y por el contrario participamos teatralmente en una sociedad llena de banalidades que nos dan dosis de “felicidad” de a momentos.

Retomando la cuestión del ¿Quién soy YO?, considerando el hecho mismo de que, si esta “parte” de  nosotros fuera tangible, podría experimentarse de manera diaria sin exigir más de nuestras experiencias personales, por así decirlo ante cualquier estimulo placentero o dictamen social que nos exija el modelo de vida en el que decidimos vivir. Para dejar más claro lo anteriormente expresado,  considero muy importante y en el que tarde o temprano vamos a recaer ineludiblemente es que, estamos acostumbrados a actuar todos los días y hacer nuestra rutina diaria. Pero ¿qué pasa cuando del día a la mañana dejamos de estar en ese “cuadro” en el estábamos incluidos y en el que nos sentíamos seguros de estar?¿a dónde se van esos dictámenes sociales “me visto así porque.” tengo que ser ”para quien”, “tengo que tener esto porque..” y de la misma manera para los dictámenes del placer, “Tengo que hacer esto porque si no soy un..”, ojala pudiera tener. Todo esto...” y así se podría hablar de tantas cosas, que las dejare de lado por ahora, pues sería un tema interminable de concluir.

Pienso como si estuviera remando en el océano, días, rema y rema. De pronto me encuentro con una isla, una botella de agua, una sola palmera y un GRAN tesoro. El agua me ayuda a sobrevivir, la palmera me brinda su sombra y cualquier brisa es refrescante, y el tesoro…me lo quiero llevar. Y ¿Que es el tesoro? Para cada persona representara algo diferente, quedando a criterio personal.

Todos queremos algo, ya sea reconocimiento de otros, más cosas materiales o un simple aprecio de alguien. Ahora, ¿qué es realmente importante y que hay que atender de manera inmediata? De qué depende nuestra elección?  Eso es algo que cada persona en su momento y tiempo tiene que determinar. Como aquella persona en la isla, una vez que se refresco con el agua y la sombra, decide llevarse el tesoro o solo unas monedas.

...