Acerca de la muerte. Bert Hellinger

“ACERCA DE LA MUERTE”

BERT HELLINGER

La muerte es algo miserable -es la última reducción del ser humano- en cualquier

aspecto. Creo que sin este punto de vista no le haríamos justicia. La glorificación de

la muerte y de la muerte heroica; sacrificarse. Es un poco ridícula frente a esta última

reducción, a la cual cada uno está expuesto, y la muerte es la medida de todas las

cosas. Y esta medida es pequeña. Y al reconocer la muerte como nuestra última

reducción al final de la vida, la vida recibe un cierto esplendor; mientras dure esta

vida. Y puede brillar todo ese tiempo para que la muerte solamente aparezca

cuando haya llegado su momento; eso es lo adecuado.

Esto le da lugar a ambos: le da su lugar a la muerte y le da su lugar a la vida. Una

actitud básica ante la muerte es –sería la adecuada- que nos inclinemos ante ella,

cuando nos llega o cuando aparece. Entonces podría suceder que se queda

alejada, parada, un poco de tiempo más; cuando uno hace esto. Y es, en este

sentido importante, para la terapia imaginarse ver a la muerte como algo personal,

en el sentido de: cada uno tiene su propia muerte. Por eso, también puedo

inclinarme ante la muerte de otra persona, sin que yo pueda interferir. Por ejemplo,

no puedo relacionar la muerte de otra persona con mi vida, sólo en el caso de que

realmente haya yo matado a alguien; en un caso así, sí tendría que relacionar con

la muerte de la otra persona. Si no, sería el colmo de la arrogancia si una persona

relacionara estos dos hechos. Por ejemplo, en el ámbito terapéutico puede ayudar

el hecho de imaginarse la muerte de la otra persona y dejarme aconsejar por la

muerte. Ahí puede surgir una indicación sobre cuánto tiempo queda, y si aún vale la

pena. Es una pregunta importante en la terapia. Cuando se acerca el final,

entonces uno se entromete ...sería contra la dignidad de la otra persona.

Hay que actuar en sintonía con estas leyes dentro de los límites que la muerte nos

establece. Hay un lindo ejemplo para esta situación, y viene de parte de un médico

en el campo: durante cierto tiempo estuvo con él una persona en entrenamiento

que trabajó cuatro semanas con él en el consultorio y ella le estaba diciendo todo el

tiempo, cómo hacer las cosas mejor. Él ya estaba totalmente desesperado.

Entonces, se fue con ella al cementerio y le dijo: “Mira, todos los que yacen aquí,

fueron mis pacientes. Hice lo mejor que pude, pero todos se murieron, y algún día,

yo también yaceré con ellos. Y a partir de este momento, las cosas salían bien. De

repente, se había reconocido la medida -totalmente humana-; este hombre estaba

en sintonía.

También existe una muerte doble: la muerte misma cuando una persona muere,

pero el muerto sigue vivo dentro de la persona, por algún asunto no finiquitado. O

las personas piensan: “Ah, eso es algo que yo recibí de él”. Y con esto, queda vivo

en nuestra alma. Y si aquél muere prematuramente, antes de tiempo, entonces será

una pérdida importante en la vida del vivo. Entonces el vivo es debilitado en su vida.

No importa cuánto viva el dolor de la muerte, simultáneamente, la muerte nos ubica

en su alma. Esto también fue descrito por Freud: que en estos casos, los muertos

prácticamente resurgen en el alma del vivo.

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Sin embargo, existen dos maneras de resurgir dentro del alma. Una es a través de

la identificación. Esto sucede frecuentemente cuando se le tiene miedo al muerto.

Como se puede ver en un sistema: la identificación se da cuando uno tiene miedo.

Y la identificación imposibilita

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