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Acumulacion De Nutrientes En Arandanos


Enviado por   •  7 de Octubre de 2014  •  2.925 Palabras (12 Páginas)  •  286 Visitas

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Acumulación de nutrientes en frutos de arándano

El especialista en nutrición de INIA Quilamapu, Juan Hirzel, advierte sobre los peligros de aplicar nutrientes en huertos de arándano con parámetros desarrollados en otros países, que no consideran el largo período de poscosecha que debe soportar la fruta chilena. Entrega curvas de acumulación de N, P, K, Ca, Mg y S para las variedades O’Neill, Brigitta y Duke, según las condiciones de Chile

El manejo nutricional del arándano es un factor de mucha importancia en la productividad de cada huerto y en la calidad de la fruta producida. Elementos asociados a rendimiento, calibre y firmeza de fruta, como el potasio (K); a firmeza, sanidad y vida de postcosecha, como el calcio (Ca); o a crecimiento, productividad, exceso de vigor de la planta y ablandamiento de fruta, como el nitrógeno (N); deben ser cada vez más ajustados en los programas de manejo nutricional pero en función del conocimiento existente a nivel nacional e internacional.

A modo de ejemplo, el manejo del N en arándano ha sido a la fecha solo parcialmente entendido, dado que en muchos huertos se emplean dosis que en muchos casos superan en más de 2 veces las necesidades reales (Ver foto 1). Uno de los ‘distractores’ que inducen a este error son los análisis foliares, para los que se utiliza estándares extranjeros, principalmente de Estado Unidos. Estos estándares apuntan a la obtención de plantas de alto crecimiento y productividad, y no consideran aspectos relacionados a la vida de postcosecha de la fruta, debido a que gran parte de la producción no debe enfrentar viajes largos o no requiere de una extendida vida de postcosecha como es el caso de la fruta chilena. Al emplear como referencia estándares altos de N en hojas se puede generar la necesidad de aumentar las dosis de N con el fin de conseguir la concentración sugerida como adecuada. Pero en muchos casos se afecta negativamente la vida de postcosecha de la fruta.

Otro distractor que lleva a errar la dosis de N es la búsqueda de mayor crecimiento y desarrollo en las plantas, cuando se atribuyen los problemas a la falta del elemento, situación que puede responder a otros factores limitantes como un mal manejo de la humedad (riego) y del oxígeno (infiltración y drenaje interno) en el huerto, sanidad de las plantas, desbalances nutricionales, manejo de poda, u otros, que no han sido debidamente diagnosticados.

De mayor importancia aún es el uso del concepto de ‘eficiencia’ de la recuperación del N aplicado como fertilizante. Este concepto muchas veces es mal entendido por quienes formulan programas de manejo nutricional, dado que una gran parte del N aplicado se atribuye a “pérdida”, siendo que la fertilización es una ‘reposición anticipada’ de las necesidades nutricionales del huerto para diferentes escenarios de fertilidad química del suelo. Además de que un adecuado manejo agronómico estimula una mayor mineralización de N del suelo y, por tanto, un mayor aporte natural hacia el cultivo. Cabe cuestionarse ¿qué sucede con el N aplicado en dosis mayor a la necesidad de la planta?, ¿a dónde se dirigen las “pérdidas”?, ¿qué efecto generamos en el medioambiente con dichas “pérdidas”?, ¿cómo se afecta la huella del agua y la huella del carbono?

Por otra parte, el exceso de N dentro de la planta debe seguir una cadena de reducción que deriva en la formación de aminoácidos amidados como la glutamina, con el respectivo consumo de esqueletos carbonados provenientes de la fotosíntesis que, de una u otra forma, afectan la productividad por competencia de azúcares. El exceso de compuestos nitrogenados puede -bajo ciertas condiciones climáticas, en variedades cuya brotación es posterior a la floración o compite con ella- ser exudado al exterior de la flor o del fruto, causando daño en éstos o gatillando la aparición de desórdenes nutricionales, los que se pueden traducir en fruta blanda. Adicionalmente, el N dentro de los tejidos contribuye a aumentar la actividad del etileno en tejidos maduros o en senescencia, y con ello la actividad de enzimas que degradan pectinas, y que afectan la vida de postcosecha de la fruta.

Foto 1. Huerto de arándanos variedad O’Neill en el valle central de la Región de O’Higgins con un rendimiento de 10 ton/ha y fertilizado con una dosis de N de 130 kg/ha.

Nota: La concentración de N en las hojas fue de 2,1% para el muestreo a fines de enero. Se puede observar la alta presencia de malezas gramíneas (indicadores de la alta disponibilidad de N generada con el exceso de N) y a nivel de plantas se presenta retardo en la maduración de brotes (no apreciable en esta foto).

En la medida que se disponga de mayor conocimiento respecto de las necesidades nutricionales del arándano, para diferentes escenarios de producción y ambientes productivos, como también de las diferencias varietales que existen, se podrá precisar los programas de manejo nutricional y con ello mejorar e incluso optimizar la relación ‘producción * calidad’ (P * Q).

Por esto se realizó un estudio de seguimiento de evolución en la concentración y acumulación de nutrientes en frutos de tres variedades de arándano representativas de la realidad chilena: O’Neill, Brigitta y Duke. Los elementos estudiados fueron nitrógeno (N), fósforo (P), potasio (K), calcio (Ca), magnesio (Mg) y azufre (S).

Características del estudio

El estudio fue realizado durante la temporada 2009-2010 en el predio Valle del Sol de la empresa Driscoll’s, ubicado en la Región del Bío Bío, para huertos de O’Neill, Brigitta y Duke en plena producción, con rendimiento de 10, 15 y 10 ton/ha, respectivamente. El suelo es de textura franco arenosa, profundo, y el riego es por goteo. La fertilización empleada fue determinada por reposición de nutrientes en función del rendimiento y ajustada a las propiedades químicas del suelo.

Desde floración hasta cosecha se colectaron muestras de frutos cada 14 días, considerando un tamaño de muestra variable, desde 100 a 50 frutos según el peso de ellos, para conseguir una cantidad de materia seca de al menos 150 gr, para realizar los análisis químicos correspondientes. Los nutrientes analizados fueron N, P, K, Ca, Mg y S. También se determinó la producción de materia seca en los frutos para cada momento de evaluación, lo que asociado a la concentración de nutrientes permitió determinar la acumulación de dichos nutrientes en los frutos.

Los análisis nutricionales de flores y frutos se realizaron en el laboratorio de análisis de suelo y tejidos del Instituto de Investigaciones Agropecuarias, Centro Regional de Investigación Quilamapu, Chillán.

Concentración de nutrientes en los frutos

Los resultados de la evolución en la concentración de nutrientes

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