Anatomía De Dientes Temporarios

MORFOLOGÍA DE LOS DIENTES TEMPORARIOS

Entre los 7 y 26 meses aparecen en los maxilares los dientes temporarios, que a partir de los 7 años han de ser reemplazados por los permanentes, co¬menzando por los incisivos centrales, puesto que el primer permanente en erupcionar, el primer mo¬lar a los 6 años, lo hace distalmente con respecto al arco temporario, cuando aún ningún diente del mismo ha caducado.

La terminología clásica los denomina tempora¬rios, caducos o deciduos (del latín decidere, caer). Tal como en los permanentes, la erupción de estos dientes se produce cuando aún no se ha calcificado por completo el tercio apical, el cual se integra pasado aproximadamente de medio a un año de su aparición en la cavidad bucal.

Vale decir que aun cuando en el arco aparezcan las coronas de las diversas piezas temporarias, ello no significa que en todos los dientes exista integri¬dad anatómica. Siendo el segundo molar tempo¬rario el último diente en erupcionar, a los 26 me¬ses, sólo completa la calcificación apical a los 3 años. Entre este momento y la primera manifesta¬ción de resorción en el ápice de un temporario, generalmente a los 4 años (el incisivo central inferior), el niño presenta todos sus dientes erupcionados y totalmente calcificados. Esta situación es la que se denomina período de estado de la dentición temporaria.

Importante destacar que la mayor parte de los dientes primarios son más pequeños que sus análogos de la dentición definitiva. Las coronas de los dientes deciduales son de un color blanca lechoso, el esmalte es más delgado que en la dentición definitiva y la cámara pulpar es relativamente mayor. Por otra parte, comparadas con las coronas de los dientes definitvos, las de los dientes primarios son relativamente cortas, si se tiene en cuenta la longitud de la raíz y la corona. Además, en sí mismas, las coronas son de poca longitud, el diámetro mesiodistal de la corona de un diente decidual en relación con su altura es mayor que en el diente permanente que le sucederá. Las superficies labiales y linguales de los dientes deciduales anteriores presentan abultamientos denominados crestas cervicales, lo que origina una constriccion característica de estos dientes a nivel de su línea cervical. Las superficies vestibulares de los molares primarios presentan abultamientos denominados crestas vestibulocervicales. Las raíces de los molares primarios son largas y delgadas y tienden a arquearse hacia afuera, lo cual hace que se cree un espacio amplio entre las mismas, que es ocupado por las coronas de los premolares de la dentición definitiva. Por otra parte, las raíces de los molares salen directamente de la corona.

Se ha establecido que los dientes temporarios cumplen funciones biológicas y fisiológicas.

Las funciones fisiológicas corresponden a:

1. Acción masticatoria.

2. Establecimiento de una línea y plano de oclu­sión.

3. Mantenimiento de la dimensión vertical.

4. Iniciación de la fonación.

5. Mantenimiento del espacio requerido para la correcta erupción de los dientes permanentes.

Las funciones biológicas son las siguientes:

1. Relación de proximidad con los permanentes.

2. Actuación en el proceso de erupción de los permanentes.

DIFERENCIAS ENTRE LA DENTICIÓN TEMPORARIA Y LA PERMANENTE

1. Número de dientes. La dentición permanente se compone de 32 dientes, en tanto que la temporaria sólo tiene 20, de acuerdo con la siguiente fórmula dentaria:

(M.S )/(M.I ) = (2I.)/(2I.) + (2C.)/(2C.) + (2M.)/(2M.) = 5/5 x

x 2 = 20 dientes

2. Grupos dentarios. La dentición permanente está compuesta de 4 grupos, de los cuales falta en la temporaria la serie de los premolares, pese a que autores como Choquet y Herpil consideran como tal al primer molar temporario. En apoyo de ellos consta el parecido de la forma de estos dos dientes en el maxilar superior.

3. Falta de correspondencia de los grupos. Mientras los incisivos y caninos son reemplazados por los homólogos permanentes, la inexistencia de premolares temporarios determina que los molares sean sustituidos por los premolares, que coinciden con ellos sólo en el número y en la ubicación. En cambio, la serie de los molares permanentes ocupa un espacio exclusivo y se presentan con tres piezas por hemiarco, a cambio de las dos que forman en la dentición temporaria.

4. Desigual longitud de los arcos. Consecuentemente con la menor cantidad de piezas, los tem­porarios ocupan un arco de longitud menor.

5. Discontinuidad del arco. El arco dentario permanente se dispone de tal forma que no existe separación entre sus distintas piezas. En cambio, en el arco temporario, dado que la suma de los diámetros mesiodistales es menor que la de los dientes que lo han de reemplazar, se producen, en los últimos años de la dentición, separaciones o diastemas, que hacen al arco discontinuo, en razón del crecimiento de los maxilares.

6. Tamaño de la serie molar. En el hombre blanco, el tamaño de los molares es decreciente en el arco permanente. Es decir, que el primer molar es mayor que el segundo, el cual a su vez lo es con respecto al tercero. En la dentición temporaria el molar más grande es el segundo. Aquellos que sostienen que el primer molar corresponde en realidad a un premolar, hacen de éste uno de sus argumentos.

DIFERENCIAS ENTRE DIENTES TEMPORARIOS Y PERMANENTES

7. Evolución. La evolución de los dientes temporarios presenta un período más que la de os permanentes. Corresponde a la resorción que sufren, aproximadamente desde tres años antes de la aparición en la cavidad bucal del diente desti­nado a reemplazarlos; resorción que comienza por donde terminó la calcificación, es decir, en el ápice.

8. Color. Los temporarios muestran una calcificación menor que la observada en los permanentes. Por ello el color de los caducos es de un tinte blanco azulado, en tanto que los permanentes más amarillentos.

9. Volumen. Referidos a sus homólogos, los temporarios son de menor volumen que los permanentes. Si se establece una relación entre las dimensiones de los dientes permanentes y temporarios, dividiendo los diámetros de los definitivos por los de sus homólogos caducos —haciendo exclusión, por supuesto, de los premolares—

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