Análisis de los resultados
malenaitaInforme21 de Septiembre de 2014
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4.2 Análisis de los resultados
A continuación se presenta el análisis de los resultados de las variables estilo de vida y factores biosocioculturales de la persona adulta en la UPIS Villa Mercedes – Piura, 2013.
En la tabla Nº 01:
Se reporta que el 75.66% de las personas adultas tienen un estilo de vida no saludable, mientras que el 24.34% tienen un estilo de vida saludable.
Resultados casi similares son los que obtuvo Neira, J. (44), quien realizó un estudio titulado: Estilos de vida y factores biosocioculturales de la persona adulta en el Asentamiento Humano Malacasi-Piura, 2010, En este estudio se encontró como resultado que el 78,38% de la muestra tiene un estilo de vida no saludable y el 21,62% saludable.
También se aproximan a los obtenidos por Estrella, E. Ramos, A. (45), en su estudio titulado estilos de vida y factores biosocioculturales de la persona adulta del Puesto de Salud San Francisco, Huancayo, 2010, obteniéndose que el 88,3% presentan un estilo de vida no saludable y el 11,7% presentan un estilo de vida saludable.
Así mismo se aproximan a la investigación realizada por Zapata, B. (46), en su investigación realizada sobre los estilos de vida y factores biosocioculturales de la persona adulta en el Asentamiento Humano Chiclayito Sector IV – Piura, 2012. Donde obtuvo que el 63,20% de los adultos presentan estilos de vida no saludables, mientras que el 36,80% presento estilos de vida saludable.
Los resultados del presente informe difieren a los obtenidos por Mija, C. (47), quien investigó los estilos de vida y factores Biosocioculturales de mujer adulta en el Asentamiento Humano Las Capullanas- Piura, 2012 y encontró que el 69,96% de su muestra tenía un estilo de vida saludable y un 30,04% no saludable.
Estos resultados también difieren con a investigación de Vega, M. (48), quien realizó un estudio titulado: Estilos de vida y factores biosocioculturales de la persona adulta en el Asentamiento Humano Túpac Amaru II-Piura, 2011, quien obtuvo como resultado que el 63,40% de su muestra tienen un estilo de vida saludable y el 36,60% no saludable.
Estilo de vida es una categoría socio-psicológica empleada para describir el comportamiento humano en su medio social, cultural y económico. Es decir, se define por la conducta individual de cada individuo, su personalidad y los medios que utiliza para satisfacer sus necesidades básicas. El estilo de vida de una persona lo refleja su forma de vida y está determinado por todas esas variables mencionadas anteriormente. De este modo, los estilos de vida no pueden ser aislados del contexto social, económico, político y cultural al cual pertenecen y deben ser acordes a los objetivos del proceso de desarrollo. Es decir, esto dignifica al individuo dentro de la sociedad a través de mejores condiciones de vida y de bienestar (49).
Al describir la variable estilo de vida de las personas adultas los resultados obtenidos en la UPIS Villa Mercedes – Piura, nos indican que la mayoría de las personas adultas tienen un estilo de vida no saludable. Ya que practican hábitos inadecuados en la alimentación los que conllevan a presentar el riesgo de enfermar y no poder así desarrollarse en su potencial máximo.
Los estilos de vida no saludables obtenidos como mayor porcentaje en la población en estudio nos demuestran que las diferentes dimensiones que se estudian en esta investigación se encuentran en déficit; como por ejemplo en la dimensión alimentación existe una forma errada de consumir alimentos nutritivos y saludables, dicha población prefiere la comida chatarra antes del consumo de frutas y verduras. Otro por ejemplo en la dimensión actividad y ejercicio, no realizan ningún tipo de ejercicio muy aparte viven una vida muy sedentaria. Y por último en la dimensión responsabilidad en salud, no acuden al médico al menos que se sientan muy enfermos, solo prefieren auto medicarse porque manifiestan que ir a sacar una consulta médica es una pérdida de tiempo.
Se reconoce la importancia de desarrollar comportamientos y hábitos saludables para mantener nuestra salud. Por conductas saludables se entiende “aquellas acciones realizadas por un sujeto que influyen en la probabilidad de tener consecuencias físicas que repercuten en el bienestar físico, psicológico o social”. Llevar a cabo conductas saludables implica desarrollar un estilo saludable que propenda por nuestro bienestar (50)
Por otra parte los estilos de vida dependen en parte de diversos factores no solo personales, sino además sociales; aspectos como: el ambiente social (vivienda, alimentación, vestuario), los grupos de apoyo primarios y secundarios (familia, sistemas de soporte); las creencias personales, los valores, entre otros, van a determinar el cursos y desarrollo de hábitos o estilos de vida (50).
La poca actividad física o sedentarismo, la nutrición inadecuada caracterizada por ingesta excesiva de alimentos como grasas y azucares, patrones de sueños alterados, abuso de alcohol, tabaco y drogas ilegales, generan una mayor probabilidad de desarrollar diversas enfermedades degenerativas como: diabetes, enfermedades cardiacas, hipertensión arterial, elevación de los niveles en la sangre de colesterol, triglicéridos, sobrepeso, dolo articular y muscular. (51).
El estilo de vida, son un conjunto de comportamientos o actitudes que desarrollan las personas, que unas veces son saludables y otras son nocivas para la salud. En los países desarrollados los estilos de vida poco saludables son los que causan la mayoría de las enfermedades puesto que se desarrollan más factores de riesgo, estos son aquellos que aumentan las posibilidades de que una persona desarrolle una enfermedad específica. Algunos factores de riesgo incluyen edad, estilo de vida (fumar, por ejemplo), antecedentes médicos familiares y enfermedades previas. Una forma de vida rutinaria también refleja las actitudes, los valores o la visión del mundo de un individuo (52).
Así mismo al seguir analizando específicamente la variable estilos de vida encontramos que menos de la mitad de la población en estudio presento estilos de vida saludables, lo cual puede deberse al conocimiento o al hecho de que han tomado consciencia sobre la importancia que existe entre el estilo de vida y el efecto benéfico en su salud física, psicológica y mental.
Dichas personas adultas que presentan estilos de vida saludables han aprendido a manejar las situaciones estresantes que contienen el diario vivir actual, lo que repercute beneficiosamente, pues este tipo de estrés afecta el mundo interior y las relaciones interpersonales, permitiéndoles tener una comunicación alturada y ecuánime con sus seres más cercanos o entorno social.
Los estilos de vida están determinados porción procesos sociales, tradiciones, hábitos, conductas y comportamientos de los individuos y grupos de población que conllevan a la satisfacción de las necesidades humanas para alcanzar la calidad de vida (53).
La estrategia para desarrollar estilos de vida saludables radica esencialmente, en el compromiso individual y social que se tenga, sólo así se satisfacen necesidades fundamentales, se mejora la calidad de vida y se alcanza el desarrollo humano en términos de la dignidad de la persona. Cuando se habla del consumo de alimentos para la subsistencia, por lo general se hace alusión a dos términos de manera indistinta: alimentación y nutrición, los cuales, aunque tienen una relación estrecha, encierran significados diferentes (54).
El estilo de vida saludable se define como aquel comportamiento cercano a un desarrollo humano óptimo y gratificante. El deporte y el ejercicio permanente, las buenas prácticas nutricionales y de higiene adecuada, los comportamientos de seguridad, el no consumo de drogas y sustancias nocivas y contaminantes, serían algunos ejemplos de este tipo de conductas saludables. En definitiva, un estilo de vida saludable es el que contribuye positivamente en la salud de la persona y por lo tanto, en su calidad de vida (55).
En la tabla Nº 02: Se Observa que el 55.92% de las personas adultas encuestadas tienen una edad comprendida entre 36 y 59 años, el 70.39% son de sexo femenino. Respecto al grado de instrucción se observa que el 44.08% tienen grado de instrucción secundaria incompleta, se observa también que el 94.74% profesan la religión católica, además el 33.55% son de estado civil unión libre, el 36.84% son amas de casa, mientras el 48.08% de las personas adultas tienen un ingreso económico entre 100 y 599 soles.
Estudios casi similares son los que obtuvo Mija, N. (56), en su investigación sobre estilos de vida y factores biosocioculturales de la persona adulta en La Urbanización de Las Mercedes, Piura, 2012. Donde concluyo que el 48,44% son adultos maduros, el 57,09% son de sexo femenino, el 69,90% son católicos, el 44,96% son amas de casa y el 59,17% perciben un ingreso económico de 100 a 599 nuevos soles; por otro lado difiere cuando concluye que el 40,14% presentaron secundaria completa y el 42,21% son casados.
Otro resultado casi similar es el encontrado por Valladolid, F. (57), en su estudio estilos de vida y factores biosocioculturales de la persona adulta en el Caserío Laynas- La Matanza Piura, 2011, donde concluye que el 50,68% de las personas adultas encuestadas tienen una edad comprendida entre 36 y 59 años, el 61,15% son de sexo femenino, se observa también que el 90,88% profesan la religión católica, el 54,39% son amas de casa, además el 48,31% son de estado civil unión
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