CIENCIA CONTABLE
ygranado4 de Marzo de 2015
3.586 Palabras (15 Páginas)316 Visitas
La Contabilidad se ubica en la historia como una ciencia de vieja data ya que su aparición se lleva a cabo desde el momento en que el hombre tuvo la necesidad de contar y anotar. Dicha actividad fue evolucionando conforme se perfeccionó la propiedad y el comercio, pero aunque sus antecedentes se pueden encontrar desde la época de los sumerios alrededor de 8000 a.C. no es sino hasta 1494 d. C. que Luca Paciolo expone en 36 capítulos “Métodos Contables” y desde allí quedarían impresos los fundamentos de la partida doble. La contabilidad se fue perfeccionando en las distintas etapas históricas y se dice que las bases del pensamiento contable nacen con la visión mecanicista de Newton y el positivismo de Augusto Comte. Dichas corrientes dejan por sentado la imperiosa necesidad de explicar el funcionamiento del mundo a través de leyes y principios, lo que sería el antecedente de la fundamentación contable a partir de los principios de contabilidad generalmente aceptados, que darían sustento, forma y difusión a la ciencia contable. Sin embargo con la llegada de la teoría de la relatividad de Einstein se derrumbó la linealidad cartesiana, que también fue base para el pensamiento contable, al igual que el mecanicismo y el positivismo, para dar paso a una visión más realista sobre el dinamismo que conllevan los estados financieros. Esto viene a acompañar la necesidad de interrumpir la llamada “parálisis paradigmática” que afronta la ciencia contable, producto de haberse reducido a la ecuación patrimonial: A=P+C, que sólo permite cuantificar un equilibrio aparente, porque está aislado del entorno, obteniendo entonces sólo cifras frías sin contexto, basadas en métodos y normas que le han producido un desmérito a la contabilidad por la escasa racionalidad y profundidad con las cifras son manejadas; lo cual lleva a la búsqueda de una teorización de la ciencia contable que responda al aspecto cuantitativo, al cualitativo y, a los requerimientos de la sociedad para la cual le es útil y se valga de la interdisciplinariedad y transdisciplinariedad como medios para crecer de forma holística y así complementar su base conceptual. Es por ello que la contabilidad se debe desarrollar con miras al cambio paradigmático que permita superar las limitaciones que el proceso histórico contable ha legado: el empírico, el de la aparición de la partida doble y el del desarrollo del positivismo, se sigue transmitiendo de teoría en teoría un engranaje básico de conformidad e inmediatez en el fin y utilidad de nuestra ciencia.
Filosofía y contabilidad
El pragmatismo y el materialismo han ejercido una significativa influencia en el pensamiento contable, en el cual lo verdadero está constituido por lo útil, práctico, concreto y productivo en el proceso de generación de bienestar y confort para el ser humano. Las posturas básicas asumidas por los investigadores y practicantes de la ciencia contable ante la construcción del conocimiento, han transitado desde el racionalismo del giro cartesiano y la máquina mundo de Newton, hasta la reacción empirista. Estas posturas dieron origen al positivismo de Augusto Comte o Concepción Heredada, que le dio fuerza a los principios, proporcionó métodos y formas de operar en la contabilidad; pero que, a su vez, la hizo parecer más como una técnica que como una ciencia. A esta concepción le debemos la excesiva objetivización, la cuantificación y la obsesiva medición. (Damian s/f).
La ciencia contable ha respondido fielmente a los paradigmas creados por el positivismo, a saber: el funcionalismo y el estructuralismo. Estos enfoques paradigmáticos le han dado la fisonomía que hoy tienen los sistemas contables, la clasificación y distribución de las cuentas en los estados financieros, las técnicas de registro utilizadas, el conjunto de tareas y tiempo del ciclo contable, los métodos de auditoria, las funciones de costos y utilidades, entre otros.
El método fundamental de la contabilidad ha sido la cuantificación de todas las magnitudes contables, en detrimento de la cualificación o explicación amplia y profunda. Todo ello producto de la objetivización positivista.
Como resultado de la incidencia de estos enfoques filosóficos y epistemológicos en la ciencia contable, su estado del arte o del conocimiento hasta mediados de la ultima década del siglo XX, era el de un oficio o artesanía contable, que la reducia al rol de técnica y no de ciencia, por lo que parecía empobrecida frente a otras ciencias que ocupaban sus espacios naturales;El ejercicio profesional era lo fundamental.
Muy pocos contadores públicos creían en la contabilidad como una ciencia. En los congresos, jornadas, seminarios y otros espacios de difusión, se tendía a incrementar las destrezas para fortalecer el ejercicio; pero estos eventos no constituían el escenario para presentar y discutir nuevos conocimientos o avances científicos de la contabilidad con sólidas bases epistemológicas. Es cierto que os nuevos métodos, procedimientos y técnicas contables resolvían problemas, pero no podían ser calificados como aportes científicos, puesto que carecían de la debida racionalidad e hilemorfismo ontológico, epistemológico, teleológico, axiológico y metodológico; elementos que le darían rigor científico, validez y confiabilidad a los procesos mediante los cuales se produce cualquier conocimiento derivado de la contabilidad.
Visión global de la ciencia contable a inicios del siglo XXI
En este comienzo de siglo, la vorágine del cambio ha impactado todas las dimensiones de las geoestructuras, tecnoestructuras y socioestructuras creadas y percibidas por el hombre. La contaduría como ciencia no ha sido una excepción. En nuestro país (Venezuela), como en otros países vecinos, cobran gran fuerza estos cambios, producto de nuevas formas de ver al mundo. (Zaá, 2000).La globalización ha traído consigo nuevos paradigmas frente a los cuales se derrumban los antiguos. Las fronteras que antes nos dividían, ahora nos unen; lo parcelado pasa a ser complemento. En lo simple se observan sus estructuras caóticas y complejas. Se vuelven pequeñas las distancias por el hilo de la teleinformática. Los grandes organismos se atomizan; se reunifican e integran las naciones; se aplican los nuevos principios de la física en la explicación de la realidad, como la complementariedad y la incertidumbre. Ante esta nueva realidad, la contabilidad como ciencia tiende a transformarse, a través de la investigación, para responder a estos rápidos y profundos cambios.
Esta realidad formada por multifacéticos escenarios, ha sido posible gracias a la incidencia de las obras Kuhn (1992) y Stafford Bear (1959), quienes dieron origen a la teoría de la formación de nuevos paradigmas y al modelo sistémico, respectivamente. De aquí se alimenta y enriquece la operación de los sistemas contables y toda la practica profesional e investigativa de los últimos años.
Los cambios paradigmáticos han sido acelerados por la significativa participación y contribución de la teleinformática, la cual ha evolucionado con una vertiginosa rapidez, producto de la aplicación de la teoría de sistemas, el avance de la microelectrónica y la utilización del chip de silicio.
Los avances de la ciencia y la tecnología de la información le han permitido a la contabilidad proyectar y consolidar el ejercicio profesional. En este contexto, muchos profesionales de la contaduría pública en Venezuela, visualizando los retos profesionales y científicos del nuevo siglo, han iniciado una cruzada por la construcción de la ciencia contable a través de la investigación.
El camino a seguir es sembrar la semilla y adquirir el compromiso de darle a la contabilidad su carácter de ciencia para colocarla en el sitio que bien merece en el contexto de las ciencias sociales.
La ciencia contable y la sociedad del conocimiento
La actividad de investigación hoy y siempre ha revestido gran importancia; pero, en esta nueva sociedad, denominada sociedad del conocimiento, se hace indispensable la generación de nuevos saberes. “El creciente volumen de nformación producido por la investigación, los descubrimientos y los inventos, somete a la enseñanza académica a las fuerzas siempre cambiantes y dinámicas que dominan la estructura del conocimiento mismo” (Mattessich, 2002, p. 5). De lo anterior se desprende que son las universidades (como uno de los representantes fundamentales de dicha sociedad), las que deben comprometerse con los actores del proceso educativo, a través de programas y estrategias institucionales que garanticen y cimienten las bases, que avalen la continuidad y permanencia de la generación y producción de conocimientos a través de la investigación. Ésta debe constituir una actividad primordial en nuestras universidades. La responsabilidad de la misma recae en el profesor universitario, quien debe ser un investigador, productor y revisor de conocimientos, y proyectarse como un líder capaz de dirigir procesos educativos que ayuden a los estudiantes a encontrar el camino cognitivo que se les presenta a lo largo de su vida académica, estimulándolos, además, en el proceso de “aprender a aprender”. Así, resulta importante formar a ese docente dentro de la cultura de la investigación. En un mundo donde el conocimiento es poder, potenciar la investigación es imprescindible para el desarrollo de un país. Las sociedades más avanzadas están conscientes de los beneficios generados al apoyar los esfuerzos científicos e intelectuales de su población. Ante esta realidad, es importante promover el espíritu crítico y constructor de profesores y estudiantes de pre y postgrado para repensar al hombre, la sociedad y la ciencia, característica propia
...