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Caso practico: nivel morfológico hombres y mujeres


Enviado por   •  14 de Agosto de 2022  •  Tareas  •  2.007 Palabras (9 Páginas)  •  159 Visitas

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Nombre: César Andrés Valenzuela Castillo

Juan y Maria son hermanos de 19 y 20 años, que quieren empezar a entrenar en el gimnasio ¿conseguirán las mismas adaptaciones?

Antes de poder entregar una respuesta concreta, es fundamental observar los factores diferenciales que poseen ambos sujetos de estudio y luego, llevarlos al caso práctico con sus particularidades (diferencia de edad y sexo). Para cumplir con tal objetivo, a continuación, se analizarán 3 escalas para determinar si a priori existen diferencias entre hombres y mujeres y con ello resolver la interrogante que, si en el caso particular, los hermanos obtendrán la misma adaptación al iniciar su entrenamiento en el gimnasio.

Los niveles seleccionados para determinar si existe diferencias en la adaptación en el ejercicio son:

  • Nivel morfológico
  • Nivel hormonal
  • Nivel cardiovascular

  1. Nivel Morfológico:

A nivel morfológico hombres y mujeres poseen diferencias importantes. Dentro de las diferencias que encontramos tenemos la talla, masa grasa y fuerza. Al respecto, los autores Wilmore y Costill refieren lo siguiente

aspecto importante a considerar sobre esta diferencia, es el relacionado con el tamaño corporal asociado a cada género, a partir del cual se ha reportado que cuando la fuerza de la parte inferior del cuerpo se expresa en relación con la masa corporal de las mujeres, éstas son entre un 5 y 15% más débiles, pero cuando dicha relación se expresa en términos de la masa magra tal diferencia desaparece, indicando que las cualidades innatas de los músculos y sus mecanismos de control motor son similares para uno y otro sexo. (Wilmore y Costill, 1998, como se citó en García Avendaño et al., 2008).

La acotación anterior nos da un primer indicio, que hay diferencias entre ambos sexos, pero son mínimas, a tal punto que si nos situamos en la esfera de la masa magra esta se vuelve irrelevante. Si bien con ello podemos intuir que los mecanismos de control motor son similares -sino iguales- para ambos sexos, la relación de masa grasa nos arroja otra relación que debemos tener presente para saber más sobre la posible adaptación al ejercicio, ya que

La mujer tiene una talla entre 7 y 10 cm inferior al hombre, posee entre 4 y 6 kg más de grasa y pesa cerca de 10 kg menos. Además, los hombres tienen más masa muscular, extremidades más largas y un tren inferior (torso) más amplio, al tener sus hombros más distanciados. (López, 2015)

Es decir, no basta con considerar un aspecto único como es la masa, sino que morfológicamente hablando hay que evaluar cuestiones innatas de cada organismo que influyen en la expresión corporal de la persona.

Con lo mencionado anteriormente podemos obtener dos conclusiones sobre este aspecto: a) Una persona de sexo masculino puede comenzar con una carga mayor de peso que una persona de sexo femenino, ya que su estructura morfológica le permite un entrenamiento inicial a un nivel mayor y, b) Que si bien idealmente se puede construir una rutina de ejercicios diferenciada desde el inicio, por ejemplo, en cuanto al peso, en caso de que se estableciera la misma rutina de ejercicio para dos personas de distinto sexo, la adaptación será más favorable para la persona de sexo femenino, ya que al exponerla a una resistencia inicial más grande de lo que su musculatura puede levantar, la brecha que recorre la hipertrofia es más extensa que la que puede alcanzar la persona de sexo masculino, toda vez que en este último caso la resistencia que debe ejercer su musculatura es menor.

  1. Nivel hormonal:

A nivel hormonal, las personas de sexo masculino y femenino tienen diferencias importantes y obvias. Está la distribución hormonal de cada uno, siendo la de las personas de sexo masculino más elevada en cuanto a testosterona (o por lo menos es lo esperable) y para las personas de sexo femenino más elevada en cuanto a estrógenos (que se hará énfasis en este trabajo) y progesterona -esto último en ciertos periodos del mes-.

Esta diferencia tiene gran incidencia por los resultados que se pueden obtener dada la mayor cantidad de hormonas de uno u otro tipo en un cuerpo. Por ejemplo, la testosterona ayuda directamente con el aumento de la fuerza y la masa muscular “El músculo expresa receptor de testosterona, sobre todo si hacemos ejercicio de fuerza, y eso produce hipertrofia muscular.” (Cruz, 2021); En cambio, el estrógeno limita el crecimiento muscular y ayuda a regular el colesterol, aunque aumenta las grasas a medida que un cuerpo de sexo femenino envejece.

Los estrógenos Influyen en el metabolismo de las grasas y el colesterol de la sangre. Gracias a la acción de los estrógenos, los niveles de colesterol se mantienen bajos e inducen la producción del “colesterol bueno” .... Por este motivo, la falta de estrógenos puede afectar directamente al metabolismo. En las fases de la vida de una mujer en que sufre un descenso de esta hormona, es posible que se gane peso, que la grasa se redistribuya y que aumente la tensión arterial. (Barnaclínic+, 2017).

Con lo expuesto anteriormente podemos concluir lo siguiente: los efectos de la adaptación, desde el punto de vista hormonal, serían más elevados en los cuerpos de sexo masculino, convirtiéndose así en el factor más preponderante a la hora de evaluar la adaptación en el ejercicio. El Dr. David Suarez Rodríguez lo grafica de la siguiente forma “La respuesta hormonal es uno de los principales factores en la adaptación al entrenamiento. La testosterona y la hormona del crecimiento tienen una respuesta diferente en función del estímulo mecánico y metabólico” (Suarez, 2016).

En conclusión, el factor hormonal juega un rol fundamental en la adaptación al ejercicio, siendo factores que ayudan o interfieren propiamente tal con la adaptación como se desarrollo anteriormente.

  1. Nivel cardiovascular:

A nivel cardiovascular entre hombres y mujeres podemos encontrar 2 diferencias principales: a) “se observa que la fisiología cardiopulmonar es distinta entre los géneros. El volumen cardíaco de una mujer promedio es menor en un 25%; asimismo ocurre con su rendimiento cardíaco.” (García Avendaño et al., 2008); b) por otro lado, las mujeres a diferencia de los hombres “presentan menor concentración de hemoglobina en sangre (15% menos) y del número de hematíes, lo que equivale a una menor capacidad de transporte del oxígeno sanguíneo” (López, 2015).

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