Cazadores De Microbios Capitulo II Resumen

Capitulo III

Lazzaro Spallanzani

Los microbios nacen de microbios.

Después de la muerte de Leewenhoek, encontramos al pequeño Spallanzani quien vivía en Scandiano, pueblo del norte de Italia, nacido en 1729. Spallanzani, futuro cazador de microbios, tenía un gran interés por la naturaleza, aunque al igual tenía discusiones y distintas formas de ver todo a su familia, a pesar de escuchar los relatos mágicos del cura y de sus padres, Spallanzani, esperaba algún día poder explicar los hechos desde un punto de vista diferente. Su padre, quería que estudiara leyes, a lo que Spallanzani, accedió, siempre con el pensamiento de llegar a la ciencia. Un día Spallanzani, visitó a Vallisnieri, un hombre de ciencia quien escuchó todas las investigaciones de Spallanzani e inmediatamente se dio a la tarea de convencer a su padre, del científico que sería una pena no aprovechar, a causa de esto, Spallanzani, fue enviado a la Universidad de Reggio para emprender la carrera de ciencias.

Para este tiempo, la sociedad aún estaba llena de ignorancia y Spallanzani, se dio a la tarea de recoger los conocimientos más diversos, a poner a prueba toda clase de teorías, a descartar todas las autoridades por famosas que fueran y frecuentó a toda clase de personas, como vemos, era un hombre en busca de la verdad ante todo. Antes de cumplir 30 años Spallanzani, fue nombrado profesor de la Universidad de Reggio, allí comenzó sus estudios sobre los animalillos descubiertos por Leeuwenhoek, los cuales causaban mucha polémica entre los científicos y la sociedad, las personas apoyaban, la teoría de que los animalillos nacían de un momento a otro, espontáneamente, apoyados por infinidad de creencias y relatos; Spallanzani dejando atrás sus propios prejuicios y creencias, negaba la posibilidad de la generación espontánea de la vida, una noche, pensando en cómo persuadir estas creencias, tropezó con un libro, que hablaba sobre la superstición de la generación espontánea en moscas y de manera práctica, demostraba la mentira en ello, en un experimento Redi (autor del libro) dejando en dos tazones, carne, una al descubierto y otra tapada por una gasa, observó como a la carne destapada, acudían las moscas, aparecían larvas y posteriormente más moscas, mientras que en la carne cubierta, no apareció nada. Spallanzani, crédulo y fascinado por el experimento, comenzó a estudiar a los pequeños bichejos de Leeuwenhoek, aprendió a cultivarlos y a usar el microscopio. Por esos tiempos Needham, un clérigo, dio a conocer a la Real sociedad sus experimentos, los cuales explicaban y apoyaban a la generación espontánea, Needham había puesto en una botella caldo de carnero, lo cerró con corchos y lo calentó, esperando que los huevos o animalillos que pudiesen entrar a la botella murieran, lo dejó reposar y al abrirlo después de varios días y observarlo en el microscopio, pudo ver infinidad de animalillos, “había nacido vida espontáneamente”

Spallanzani, lejos en Italia, deploraba completamente la verdad en este experimento, para contrarrestar al experimento de Needham, y llegar a la verdad, tomó unas cuantas redomas, limpiándolas muy bien y les puso semillas, guisantes y almendras y posteriormente, agua pura, pensó en la forma de cerrar las redomas de tal manera que nada entrara,

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