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Comunicación Y género

22 de Febrero de 2013

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Comunicación y género: el cuerpo femenino en el tratamiento mediático del aborto.

Palabras preliminares

Durante el período 2011/2012 desde el Observatorio de Medios con perspectiva de Género de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social (Universidad Nacional de La Plata) iniciamos un trabajo exploratorio y descriptivo en torno a las significaciones presentes en los relatos periodísticos sobre el cuerpo femenino y las diversas formas en las que el poder se manifiesta, como el ejercicio del dominio y la violencia machista y las diversas visiones acerca del cuerpo de la mujer naturalizado, objetivado, violentado.

De esta manera, trabajamos desde el análisis de dos categorías nodales interrelacionadas en la construcción del discurso público sobre la mujer: cuerpo y poder. Abordamos el cuerpo de las mujeres víctimas en casos de femicidios y violencia y el aborto en el tratamiento mediático que da cuenta de lógicas corporales a partir de una mirada biológica y un saber biomédico.

Nuestra tarea consiste en monitorear sistemáticamente ciertos medios gráficos, desde una perspectiva teórica anclada en la comunicación/cultura y desde un enfoque de género, que implicaría una ampliación epistemológica para pensar lo medios de comunicación. Esta perspectiva aporta un enorme poder transformador en la producción, circulación y expresión de la palabra.

Los medios de comunicación, en sus distintos formatos y dispositivos, actúan en relación con la producción de sentido y la configuración de representaciones sociales, de allí radica la importancia de revisar sus enunciados, en reflexionar y develar los mecanismos discursivos de dominación y discriminación existentes en el tratamiento mediático de estas temáticas, dar cuenta de sus características, formas de presentación, identificación de mitos, prejuicios y estereotipos que luego se tornan una explicación posible de los hechos sociales.

Durante el año 2011, la cuestión del aborto en Argentina adquirió visibilidad en la trama pública a la luz del debate iniciado en el Congreso de la Nación, ante la presentación del Proyecto de Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE). Esta discusión se trasladó, entre otros espacios, al escenario de los principales periódicos nacionales.

Uno de los objetivos de esta ponencia apunta a problematizar el campo de la comunicación desde un enfoque de género mediante interrogantes más profundos y abarcadores sobre el papel de los medios en el abordaje de la temática del aborto.

La metodología como camino político

La investigación llevada adelante desde el Observatorio tiene un carácter exploratorio y descriptivo, sobre un recorte significativo de noticias de diarios nacionales y locales (La Nación, Página/12, Clarín, Tiempo Argentino y El Día) a partir de una metodología cualitativa. El análisis de contenido aparece como una técnica que permite obtener significados desplegados en un soporte material específico, en este caso el diario, ofreciendo un modo de procesar la información y categorizarla en datos analizables.

Nuestra actividad académica de investigación está orientada a construir una metodología de análisis de medios desde una perspectiva de género en el campo de los estudios de comunicación, que a su vez, contiene un componente político.

En tal sentido, apuntamos a promover un área de formación de comunicadoras y comunicadores especializados en la temática género/comunicación y a incidir, desde este enfoque, en la producción de conocimiento y en la formulación de políticas públicas (en particular universitarias).

Esta experiencia comienza a desarrollarse en tanto los medios de comunicación interpelan a la mujer preponderantemente como objeto del deseo masculino desde una lógica que mercantiliza su cuerpo, y aún la sitúa en un rol reproductivo y doméstico como madre abnegada o como víctima. Estas imágenes tienden a presentarse como creencias, saberes a modo de manual de instrucciones que configuran nuestra identidad, participan en la construcción y estructuración de subjetividades, pero también actúan desde un orden ideológico y simbólico que hace posible el sostenimiento del orden patriarcal, un orden excluyente por antonomasia.

Desde este marco, entendemos a la comunicación como producción de sentidos, prácticas y diálogos de saberes que nos permite pensar cuál es el rol que se le asigna a las mujeres y en particular, a partir de los debates en torno al aborto en nuestro país. Es preciso señalar la presencia de fuerzas instituyentes y emergentes que nos posibilitan sumar nuevas miradas como por ejemplo, el discurso de género promovido por los movimientos de mujeres que comienza a instalarse en la narrativa mediática.

La articulación entre comunicación y género (en tanto construcción cultural de las sexualidades) es constitutiva de las relaciones sociales y comunicacionales mediadas por el poder.

A partir de un proceso de identificación, selección, descripción y análisis de ciertas marcas discursivas que fueron emergiendo de la lectura del material, construimos categorías en relación a la mujer y a lo femenino: cuerpo, salud, política, poder, violencia. Estos nodos analíticos son tópicos recurrentes de los diarios en la formulación de representaciones sociales estereotipadas de género y al mismo tiempo, se configuran como continuums en las cadenas significantes “cuerpo/poder/violencia”, “cuerpo/poder/política”, “cuerpo/poder/salud”.

La articulación Género –Comunicación

Los aportes de los estudios culturales, las teorías de género y la línea de investigación sobre comunicación para la transformación social resultan ser sumamente pertinentes para leer e indagar la articulación género/comunicación atendiendo, entre otras cosas, a la (re)producción mediática de representaciones estereotipadas existentes en la trama social y que a la vez, se van moldeando y reconstruyendo ante una visión acrítica.

En los medios gráficos de comunicación, la mujer sigue siendo interpelada por ejemplo, como madre o como víctima. En este tipo de discursos reduccionistas se pone de relieve la conformación de subjetividades, de ahí que es necesario señalar la construcción identitaria en base a una multiplicidad de variables entre las que el sexo biológico y el género son sólo algunas de entre varias posibilidades.

Estas formaciones discursivas restringen la posibilidad de pensar en términos de identidades múltiples y de campos experienciales más amplios. De esta manera, la reproducción y reactualización de prejuicios culturalmente arraigados respecto del género y la sexualidad de las personas impacta en las diversas formas de violencia que vemos en la vida cotidiana y que se materializan por ejemplo, en los cuerpos de las mujeres.

La dimensión género en el discurso informativo

La perspectiva de género es una opción política para poner en evidencia la posición de desigualdad y subordinación de las mujeres en relación a los varones, pero también permite ver y denunciar los modos de construir y pensar las identidades sexuales desde una concepción de heterosexualidad normativa y obligatoria que excluye otras formas de sexualidad que no adscriben a esa norma.

Se trata de tomar en cuenta la construcción de la realidad a partir de premisas genéricas al momento de elaborar determinados contenidos mediáticos y a su vez, reflexionar sobre cómo los estereotipos de género están presentes en las rutinas y prácticas de la producción de noticias y otros productos comunicativos.

En este marco, el lenguaje y por ende, los discursos de un momento dado, reflejan y a la vez construyen ideologías, manteniendo, reproduciendo y modificando las relaciones de poder y las estructuras de dominación en la sociedad. De aquí se desprende que, ningún uso del lenguaje es neutral, objetivo, carente de valores e inocente.

“Entendemos los discursos producidos por una sociedad y dentro de ella (…) como un lugar donde, por una parte, se reflejan las tensiones y conflictos de aquélla y, por otra, se proponen modelos de representación normativos que encajan con las necesidades del desarrollo social de una época, necesidades que son definidas y elaboradas por los grupos sociales dominantes” (Sánchez, 1999: 66).

En tal sentido, el género es un elemento importante a la hora de establecer relaciones de poder y constituye las relaciones sociales basadas en las diferencias.

En la medida en que los estereotipos son usados para afirmar la aparente regularidad de una situación, limitan a los sujetos a un espectro restringido de actuaciones, acciones o profesiones que luego se naturalizan como “lo real” (Elizalde y otros, 2004). Por ejemplo, los medios perpetúan la representación de las mujeres como cuidadoras y servidoras fijando, en un espesor temporal, los modelos de feminidad que no rompan con la tradición patriarcal del mito de la servidumbre y la abnegación.

Según estas consideraciones, nos resulta imprescindible la formación integral del/la comunicador/a desde una mirada desnaturalizadora y crítica de los lugares comunes que tienden a reproducir prejuicios, estereotipos y enunciados discriminatorios desde una perspectiva de género. En tal sentido, propiciamos un trabajo tendiente a la libertad de expresión, el derecho a la información, la educación y esparcimiento sin restricción ni diferencias, promoviendo la conformación de políticas públicas que garanticen estas acciones.

La configuración del cuerpo de la mujer en el discurso periodístico

De acuerdo a lo desarrollado hasta

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