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Conversion De Una Granja Agricola A Ecologica


Enviado por   •  28 de Junio de 2013  •  2.496 Palabras (10 Páginas)  •  376 Visitas

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Introducción

Existen diferentes formas de entender y definir la producción ecológica ya que existen diferentes enfoques. La visión de las asociaciones de consumidores ecológicos, de los técnicos del sector o de las empresas certificadoras será posiblemente distinta y la definición producción ecológica será un compendio de todas ellas.

La producción ecológica nace desde el consumo como alternativa a la producción industrializada de alimentos y persigue una alimentación más natural y la producción de alimentos a partir de técnicas respetuosas con el medioambiente.

Desde este punto de vista, la producción ecológica surge como una opción saludable, de respeto hacia el medio ambiente y hacia las personas. En este sentido, el campo no solo tiene la función de producir alimentos, también tiene funciones sociales, paisajísticas, ambientales y de economía rural. Lo que producción ecológica trata es de armonizar todas estas funciones y de alcanzar un equilibrio entre ellas.

Conversión de una granja de granos y hortalizas a una granja ecológica

La simplificación florística y faunística promovida por los sistemas de producción agrícolas "modernos" han creado un creciente desequilibrio biológico y ecológico. Los sistemas ecológicos son contrarios a las explotaciones en monocultivos y preconizan la diversificación y la integración de las actividades vegetales y animales, incluyendo la forestal.

La diversificación de las explotaciones, contribuye a la manutención y recuperación de la materia orgánica y de la productividad de los suelos, reduce la incidencia de plagas y enfermedades, así como la presencia de plantas invasoras proporcionando una mayor estabilidad biológica de los sistemas agrarios. Por otro lado la diversificación reduce los riesgos económicos de los productores y los ayuda a equilibrar los gastos y a distribuir el esfuerzo de trabajo disponible de forma más homogénea a través del año.

Protección de las plantas cultivadas.

En la agricultura ecológica, la base de la protección de las plantas es que éstas sean nutridas correctamente, lo que les permitirá desarrollar un metabolismo equilibrado y saludable. Unido a esto, es indispensable mantener un suelo biológicamente activo y equilibrado, así como sistemas de cultivos y manejo de la vegetación natural que permitan la existencia de una fauna variada donde abunden los organismos llamados controladores biológicos.

En este sentido y complementando los principios anteriores, la agricultura ecológica utiliza una serie de prácticas, como el control biológico, el empleo de sustancias naturales procedentes de plantas o minerales, el uso de variedades resistentes, y diferentes prácticas culturales, para lograr un control ecológico de plagas, enfermedades y adventicias.

La diversificación de la producción, incluyendo la forestal, la asociación y rotación de cultivos, las características alelopáticas1 de las plantas para controlar adventicias o favorecer el desarrollo de otras, el uso de plantas repelentes o atrayentes de insectos o de plantas nematicidas, el empleo de controles biológicos y métodos de controles físicos, son las principales técnicas utilizadas por la agricultura ecológica.

Para el agricultor ecológico, las categorías de malas hierbas y plagas se reducen, al comprender que la presencia de éstos no es más que una señal de la ruptura del equilibrio biológico y de un mal manejo de los sistemas por el agricultor.

Conservar la naturaleza y restablecer los equilibrios naturales es fundamental.

La agricultura ecológica se orienta según los fenómenos que rigen la naturaleza en sus distintos ecosistemas. Los agricultores ecológicos tratan de preservar los elementos del medio natural y de restablecer los equilibrios biológicos en sus campos de cultivos.

En este sentido las fincas ecológicas deben ser arborizadas de forma conveniente así como mantener vegetación natural en las lindes de los campos, principalmente con especies que florezcan durante el mayor tiempo posible, ya que constituyen refugio, zonas de reproducción y alimento para la fauna benéfica, que será la que tendrá bajo control a aquellos organismos que se pueden transformar en plagas.

Conversión

El proceso de conversión de sistemas convencionales caracterizados por monocultivos con alta dependencia de insumos externos a sistemas diversificados de baja intensidad de manejo es de carácter transicional y se compone de tres fases (Gliessman, 1998):

1. Eliminación progresiva de insumos agroquímicos mediante la racionalización y mejoramiento de la eficiencia de los insumos externos a través de estrategias de manejo integrado de plagas, malezas, suelos, etc.

2. Sustitución de insumos sintéticos por otros alternativos u orgánicos.

3. Rediseño de los agroecosistemas con una infraestructura diversificada y funcional que subsidia el funcionamiento del sistema sin necesidad de insumos externos sintéticos u orgánicos.

A lo largo de las tres fases se guía el manejo con el objetivo de asegurar los siguientes procesos (Altieri, 1991):

- aumento de la biodiversidad tanto sobre como debajo del suelo.

- aumento de la producción de biomasa y el contenido de materia orgánica del suelo.

- disminución de los niveles de residuos de pesticidas y la pérdida de nutrientes y agua.

- establecimiento de relaciones funcionales y complementarias entre los diversos componentes del agroecosistema.

- optima planificación de secuencias y combinaciones de cultivos y animales, con el consiguiente aprovechamiento eficiente de recursos locales.

La mayoría de las prácticas que promueven los entusiastas de la agricultura sustentable caen en las fases 2 y 3. Aunque estas dos fases ofrecen ventajas desde el punto de vista económico al reducir el uso de insumos agroquímicos externos y porque tienen un menor impacto ambiental, estos manejos dejan intacta la estructura del monocultivo y no conducen a que los agricultores realicen un rediseño productivo de sus sistemas (Power, 1999). En realidad, ambas fases contribuyen poco para que los agricultores evolucionen hacia sistemas alternativos autorregulados. En la mayoría de los casos el MIP se traduce en “manejo inteligente de pesticidas”, ya que consiste en un uso más selectivo de pesticidas de acuerdo a umbrales económicos

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