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Cuento Clinico


Enviado por   •  11 de Noviembre de 2013  •  2.925 Palabras (12 Páginas)  •  296 Visitas

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“El intelecto y la intuición en la Medicina Humanista”

Si, aún recuerdo vagamente lo bien que se sentía: correr tras los autos, pidiendo que nos llevaran a donde fuere su destino. El destino, ¿Qué importaba el destino? ¿Qué importaba el lugar en que nos quedaríamos, hasta que de nuevo nos dieran el ray?

“Juventud, divino tesoro,

¡ya te vas para no volver!

Cuando quiero llorar, no lloro...

y a veces lloro sin querer.”

De los pocos recuerdos, que conservo intactos, la frase que cambió el rumbo de mi vida, aun me pregunto, ¿Cómo sería mi vida si no hubiera entendido y aplicado esta frase a mi manera? Cuando cumplí 18, estaba harta cansada de que mama no me dejara salir, divertirme y vivir mi vida ¿Acaso no se da cuenta que mi juventud no será para siempre? –Era mi excusa- recuerdo vagamente mi primera noche de parranda, lo linda que me veía y el dinero que tuve que ahorrar para poder comprar la ropa que estaba usando; el cosquilleo del que fui presa cuando mi cintura fue tocada y mis oídos escucharon –Quieres bailar linda- fue ahí, en ese momento en que mis ojos se toparon con el chico más lindo de la fiesta Asís, más de la mitad de las chicas tenían sus ojos puestos en mí y en el guapo chico que se me acerco ignorándolas. –Oh, si tan solo pudiera volver a ver esos ojos ahora- Bailamos toda la noche e iniciamos un tórrido romance, en tan solo unas semanas estábamos fugándonos a vivir nuestro sueño dorado, aquel que sería el camino que habíamos elegido para nuestra juventud. Ser trotamundos.

Solo éramos un par de adolescentes, buscando aventura. Pedíamos ray y conocíamos muchos lugares nos encantaba conocer, disfrutar, descubrir las cosas nuevas: costumbres, ritos, creencias, leyendas urbanas, trajes típicos, pero, sobre todo amábamos probar las comidas de cada lugar que visitábamos, porque, como Asís siempre decía –“cuando muramos, lo único que nos llevaremos será la comida de ese día”.- era sorprenderte como un mismo platillo cambiaba de sabor e incluso de nombre en pueblos que solo estaban a 10km de distancia. Cada viaje, cada destino que tuvimos fue inolvidable. Pero, si Michoacán, es sin duda el viaje que marco mi vida. Asís y yo teníamos ya 21 años y nos encontrábamos disfrutando de las bellas playas Guerrerenses, cuando se hizo amigo de un turista cuyo destino era Michoacán y a las dos horas siguientes ya nos encontrábamos en su auto con miras a la cultura Purépecha. Ricardo era un gran tipo se portó a la altura con nosotros y ayudo a Asís para que me diera la mejor sorpresa de mi vida. Así es llegando a Michoacán Asís me pidió que nos casáramos con un anillo con los colores tan marcados que en mi vida había visto una joya más linda. Y esto marco el fin de nuestro ambulantaje.

Ricardo, ofreció empleo a Asís en la cd de México, en su empresa exportadora de artesanías mexicanas. Así que disfrutamos Michoacán como nunca. Comimos, en cada puesto, restaurant y tienda que encontrábamos a nuestro paso, la delicia del lugar “carnitas al estilo Michoacán” un verdadero placer culinario. Termino nuestro viaje y nos mudamos al estado de México a establecernos tuvimos una boda encantadora y vivimos muy felices durante algunos meses.

(DESDE EL DOCTOR)

Esta tarde, fue agotadora. Tuve dos guardias seguidas y apenas tuve tiempo de llegar a la universidad a tomar la clase de hoy para la especialidad. Estoy tan desanimado, lo más probable es que tenga de desistir de la especialidad. –Doctor Narváez tiene una consulta esperándolo ¿La hago pasar?- siempre es la misma rutina después de asentir la enfermera se va y minutos después entra el paciente, sin embargo, esta joven se ve realmente afectada en su cara puedo notar el dolor pero en sus labios hay una sonrisa dirigida hacia el joven que cuidadosa y con una delicadeza inigualable le ayuda a entrar y tomar asiento. Da inicio el interrogatorio.

-¡Buenas tardes! Soy el doctor Narváez y estoy para atenderlos. Dígame ¿Que le sucede?

-¡Buenas tardes doctor! soy Galilea y él es mi esposo Asís, realmente estoy aquí porque hace una semana que soy víctima de fuertes dolores de cabeza, acompañados por alucinaciones, visión borrosa e incluso estoy perdiendo el equilibrio y ya no puedo coordinar bien mis movimiento además de que me he desmayado un par de veces..

-¡Oh! Ya veo, y dígame ¿porque hasta ahora ha venido al médico?

- Doctor he estado con 3 medico distintos y me han dado el mismo diagnóstico. Una migraña con Aura.

-Entiendo señora, dígame ¿ha estado sometida a presiones o estrés últimamente, es decir, en los últimos 6 meses?

-A decir verdad, tiene 8 meses que me case, y dejamos una vida ambulante de trotamundos, para asentarnos aquí en la Cd de México y casarnos.

- Señora, mis colegas han sido asertivos en su diagnóstico las migrañas tienden a desencadenarse después de cambios tan drásticos y estresantes. Dígame ¿Le lastima la luz? ¿El ruido le parece irritante?

- Demasiado, la luz me resulta insoportable y el ruido hace que quiera enloquecer.

-Señores, si me permiten y me proporcionan la información hablare con mis colegas y entre los cuatro tratare de llegar a un diagnostico final, que sea el más acertado para ustedes.

(DESDE ASIS)

Llevamos ya 1 hora esperando a que el medico termine de hablar con sus colegas, estoy empezando a desesperarme, no puedo creer que en una semana 3 médicos no hayan podido hacer nada por mi esposa, es tan frustrante verla esforzarse por sonreírme y decirme que está bien, que el dolor es relativamente soportable, cuando puedo observar en sus ojos como se refleja el dolor. El doctor Narváez está acercándose, puedo notar en su rostro una seguridad del diagnóstico que nos dará solo espero que no se sume a sus tres colegas con su diagnóstico erróneo, sé que es erróneo porque no está funcionando.

- Señores mis colegas y yo estamos convencidos de que es una migraña con aura, y que debe seguir el tratamiento que se le indico.

- Doctor, con todo respeto opino que están en un error, mi esposa ha tomado el tratamiento al pie de la letra y no hay mejorías en lo absoluto. ¿Podría rectificar su diagnóstico por piedad?

- Señora, ¿ha tenido algún golpe, o accidente que le haya afectado la parte de la cabeza durante el último año?

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