DE LA CLASE MAGISTRAL A UN DEBATE ABIERTO, RELAJADO, DINÁMICO Y TOLERANTE

DE LA CLASE MAGISTRAL A UN DEBATE ABIERTO, RELAJADO, DINÁMICO Y TOLERANTE

El Estado Colombiano  tiene uno de los marcos legales “más avanzados del mundo” y en su Constitución Política y  norma de normas, de las más hermosas y mejor escritas, estructuradas y garantes del interés general en el mundo, se encuentra contemplado en el art 67 que la educación es un derecho y que el Estado garantizará el acceso a ésta por parte de todos los ciudadanos, además de corresponderle “regular y ejercer la suprema inspección y vigilancia de la educación con el fin de velar por su calidad, por el cumplimiento de sus fines y por la mejor formación moral, intelectual y física de los educandos; garantizar el adecuado cubrimiento del servicio y asegurar a los menores las condiciones necesarias para su acceso y permanencia en el sistema educativo”; pero, a pesar de esto presenta una gran  discordancia entre lo escrito y la realidad, basta dar un vistazo a las escuelas, sus instalaciones y como en la mayoría de éstas  los niños estudian y aprenden “con lo que se puede”, guiados por maestros poco motivadores, y nos daremos cuenta que tanta belleza solo está en el papel, pues la educación ya no parece un derecho, sino más bien un producto y de los más caros del mercado si buscas algo de “calidad”. Ciertamente, recibir una educación de escasa calidad es lo mismo que no recibir educación alguna, tiene poco sentido brindarle a un niño o niña la oportunidad de matricularse en la escuela si la calidad de la educación es tan precaria que no le permitirá alfabetizarse, adquirir las habilidades aritméticas básicas o prepararse para la vida.

Es  necesario replantearnos la idea que tenemos de educación y como ésta influye en nuestros niños y  jóvenes. Una educación de calidad  asegura a los mismos la adquisición de las capacidades destrezas y aptitudes necesarias para formarles y garantizarles una vida adulta plena, en la que puedan hacer uso de las herramientas dadas por el sistema educativo en el que se formaron para  servir de multiplicadores, hacedores del saber, y disminuir ciclos de pobreza y brechas de desigualdad de su país.

Para mejorar la calidad educativa en Colombia hay que apuntar primero a cambiar el modelo pedagógico magistral, repetitivo y agotador para nuestros niños. Esto se lograra dotando de medios físicos y tecnológicos nuestras escuelas y capacitando a nuestros maestros en contenidos y procesos educativos motivadores, didácticos y tecnológicos.  

Para la UNICEF, uno de los elementos claves que afecta a la calidad de la educación y que sirve como una base que permite supervisar que ésta se dé, son los contenidos y proceso educativos; ante estos, todo sistema educativo debe plantearse preguntas como: ¿Son pertinentes los materiales didácticos y los programas de estudios? ¿Imparten destrezas básicas, especialmente en lo que se refiere a la alfabetización y la aritmética elemental?  ¿Promueven técnicas para la vida y aprendizaje sobre cuestiones tales como el género, la salud, la nutrición, la paz, u otras prioridades de ámbito nacional y local?  ¿Los métodos que los profesores emplean facilitan el aprendizaje y reducen las disparidades? ¿Los métodos de enseñanza, aprendizaje y apoyo mejoran o disminuyen la capacidad de los niños y las niñas?

Al hablar de calidad educativa, no pasa desapercibido el sistema educativo finlandés que a partir de la encuesta internacional PISA sobre los sistemas educativos de la OCDE, recibe regularmente las mejores calificaciones a escala mundial. Este es un sistema igualitario en el que la escolaridad es obligatoria de los 7 a los 16 años, es gratuita a tiempo completo para los estudiantes y esta gratuidad incluye la asistencia sanitaria y el comedor para las escuelas primaria y secundaria, todos los libros y materiales escolares son gratuitos y dados por el mismo centro.

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