DINÁMICA DE GRUPO

Proceso Grupal

El Proceso Grupal Según El Modelo NTL

Rogers se interesó en el estudio del individuo en sí mismo. Para esto desarrolló una teoría de la personalidad centrada en el yo, en la que se ve al hombre como un ser racional, con el mejor conocimiento posible de sí mismo y de sus reacciones, proponiendo además el autoconocimiento como base de la personalidad y a cada individuo como ser individual y único. Según Hall (1975), Rogers en su teoría de la personalidad le otorga una importancia fundamental a dos constructos, que serán la base de ésta, tales constructos son el organismo y el sí mismo.

El organismo, sería el centro de cualquier experiencia que incluya todo aquello que ocurre internamente en el organismo. Esta totalidad experiencia constituye el campo fenoménico que es el marco de referencia individual conocido solo por la persona. De hecho el modo como el individuo se comporta depende del campo fenoménico, es decir, la realidad subjetiva y no de las condiciones estimulantes (realidad externa), este campo fenoménico sería entonces para Rogers la simbolización de parte de las experiencias de cada persona. Es posible, sin embargo, que la experiencia no se represente de un modo correcto, en dicho caso la persona se desempeñará inadecuadamente.

Según la teoría de Rogers todas las personas tienden a confrontar sus experiencias simbólicas con el mundo objetivo, esta verificación de la realidad le proporciona al sujeto un conocimiento confiable del mundo el cual le permite conducirse adecuadamente en la sociedad, sin embargo en algunas ocasiones estas verificaciones pueden ser incorrectas, lo cual conlleva al individuo a tener un comportamiento carente de realismo.

El sí mismo por otra parte sería una parte del campo fenoménico que poco a poco se va diferenciando y que en definitiva representa lo que la persona es. Además del sí mismo como tal, existe un sí mismo ideal que representa lo que la persona desearía ser.

EL PROCESO GRUPAL

El proceso de desarrollo de un grupo es muy parecido al desarrollo psicosocial del individuo. Ambos pasan a través de momentos semejantes en lo que se refiere a sus líneas de socialización, maduración e integración social. Este es el motivo por el se pueden encontrar en cualquier grupo muchas situaciones de coincidencia con todo el proceso evolutivo por el que va pasando el sujeto desde que es bebe hasta que llega a la edad adulta.

Según afirma Bion (1978) un grupo en movimiento hacia su objetivo pasaría por dos fases que también podrían ser estudiadas como pasos progresivos en el camino hacia lo que se viene a denominar como «personalidad grupal madura»:

Fase de la dependencia

Fase de la independencia

FASE DE LA DEPENDENCIA

Se caracteriza por la fijación de los miembros del grupo a su líder o coordinador, asignándole una conducta de omnipotencia. El lo puede y lo sabe todo. Puede ser que sea el líder quien impone esta característica de omnipotencia, pero desde luego el grupo la acepta.

Esta fase tiene una dinámica evolutiva que le es propia, pudiéndose analizar, al menos, tres períodos que se pueden entender como tres grados de despegue o maduración a partir de la dependencia.

 Período de dependencia

 Período de contra dependencia

 Período de aclaración

El período de dependencia se caracteriza por una verdadera sumisión hacia el coordinador del grupo. Todo lo éste dice o hace se toma como lo verdadero e indiscutible; se espera todo de su función. Pidiéndosele, además, -de manera manifiesta o latente- una relación de autoridad. Normalmente en este período van a destacar los miembros más impulsivos y agresivos.

El período de la contra dependencia es un intento de negar la dependencia. Sería comparable al niño que va diferenciándose e su madre (ya no es una extensión de ella) y que lo afirma con sus “nos” y sus “míos”. En el grupo nos vamos a encontrar con luchas entre distintos miembros y desconfianza para con el coordinador. Es posible que surjan dos subgrupos: el de los líderes contra dependientes (quienes podrían comportarse de forma agresiva, etc.) y del de los dependientes.

El período de aclaración se caracteriza porque el grupo es capaz de dedicarse al trabajo establecido; es capaz de desarrollar un sistema y marcarse unos objetivos. Hay persona que va haciéndose cargo de las tareas directivas y de responsabilidad.

FASE DE LA INDEPENDENCIA

El grupo va asumiendo su propia responsabilidad, tienen una dinámica evolutiva característica y cuenta, igualmente, con tres períodos sucesivos en los que puede observarse una progresiva marcha hacia la madurez y autosuficiencia.

 Período de encanto

 Período de desencanto

 Período de juicio

En el período de encanto se idealiza al grupo. Acaba de reconocer su crecimiento y su independencia y enfoca su futuro con optimismo. Se establece un alto grado de camaradería entre los miembros, un verdadero espíritu de grupo. En la actividad grupal priman las risas, las bromas, el buen humor… junto con un alto grado de dinamismo, interacción y participación.

En el período de desencanto, con la aparición de un cierto nivel de autocrítica se produce una vuelta hacia cuestiones del tipo:

¿Qué hacemos aquí?, ¿sirve esto para algo?, ¿podré aplicar lo que estamos haciendo?... se pone todo en duda y se somete a discusión. Frecuentemente se dan huidas, ausencias o tardanzas en algunos participantes y otras personas optan por pedir ayuda al grupo.

Estos dos períodos podrían parecerse a esa fase adolescente donde todo está muy bien y se hacen grandes cosas con mucho entusiasmo. Pero, de pronto, todo está mal y no sirve. Hay mucha ilusión y, de pronto, surgen miles de dudas. Es decir, por un lado está la idealización, como forma de negar la problemática interna que se está haciendo patente, y por el otro lado están el ataque y la autocrítica como símbolo de un sano reconocimiento de las dificultades.

El período de juicio se caracteriza por que el grupo es capaz e examinar la realidad y evaluarla para poder diseñar pautas de acción positiva. Es la actitud que puede hacer progresar al grupo en su locomoción hacia el objetivo. Correspondería, siguiendo con el paralelismo que emplea Bion, al grado de madurez, al propio de la personalidad equilibrada

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