Educar Para Que
yorch324314 de Julio de 2014
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EDUCAR PARA QUÉ
junio 24
2014
JORGE NAVA MORALES 210347325
INTRODUCCION A LA SOCIOLOGIA
INDICE
INTRODUCCION……………………………………………………………………………………2
EDUCAR PARA QUE……………………………………………………………………………..3,4
DESIGUALDAD EDUCATIVA EN MÉXICO…………………………………………………...5,6
FUNCIÓN SOCIAL EN UAMI……………………………………………………………………...7
LA DOCENCIA EN UAMI………………………………………………………………………..7,9
RELACION PEDAGOGICA ENTRE ESTUDIANTE Y PROFESOR…………………….........9,10
CONCLUSION……………………………………………………………………………………11
INTRODUCCIÓN
El presente trabajo trata la problemática que enfrenta el Sistema Educativo Mexicano y que sin duda alguna es parte medular para que el país alcance un mejor status mundial. A pesar de los esfuerzos hechos por el Estado aún no se termina el rezago educativo sin embargo cada vez más es difícil satisfacer las demandas de la sociedad en la cual se den las mismas oportunidades a todos aquellos que integran el país.
Son variadas los elementos que generan que el Sistema Educativo no cumpla con sus propuestas iniciales ejemplo de ello son la falta de recursos económicos proporcionados por el estado y por otra parte la falta de interés en algunos sectores de la población en la que consideran más importante trabajar desde corta edad y no ocupar su tiempo en aprender o acudir a instituciones que se dedican a la enseñanza. En México, 34 millones de personas están en rezago educativo; 7 millones son analfabetas; 1.4 millones de niños no asisten a la escuela; más de 1 millón 324 mil tienen menos de cuatro años de estudio, y hay un número inestimable de analfabetas funcionales.
A nivel mundial, México tiene el lugar 55 en el índice Educación para Todos, que mide el acceso a los servicios educativos. De acuerdo con el informe, tiene el lugar 65 en la cantidad de alumnos que alcanza el quinto grado, y el 66 en alfabetización para adultos. Mientras que en el acceso de las mujeres a la educación, está en la posición 58.
Vernor Muñoz Villalobos, relator especial sobre el Derecho a la Educación de la ONU, advierte que en México existen grandes asimetrías estructurales y desigualdad en la educación. El país “enfrenta dos grandes retos: abatir la exclusión que genera el propio sistema educativo y elevar la calidad”.
Durante la presentación de los resultados preliminares de su evaluación, en su primera misión a México, apuntó que la exclusión de las oportunidades educativas tiene destinatarios muy precisos: “Las poblaciones pobres reciben una educación pobre”.
En México, la población indígena cursa tan sólo 1.5 años en la escuela, mientras que a nivel nacional el promedio alcanza los ocho años.
Ocho de cada 10 indígenas no cuentan con educación básica. La tasa de analfabetismo alcanza hasta al 50 por ciento de la población en las zonas rurales; sin embargo, de los 1.5 millones de indígenas en rezago educativo, sólo se atiende a 66 mil.
A diferencia del 17 por ciento de la población nacional que ingresa a la universidad, únicamente el 1 por ciento de los indígenas que cursan la primaria acceden a estudios a nivel superior.
EDUCAR PARA QUÉ.
Como ya sabemos en estos tiempos, la crisis educativa esta agudizada por cambios en la mentalidad, en la calidad de la educación y de los profesores. Es por eso que nace la idea de ¿Es necesario estudiar? ¿En verdad vale la pena?
A juzgar por las estadísticas históricas, pareciera que cada vez más mexicanos consideran que estudiar una licenciatura sí es una buena decisión. Para 1980 menos de 4% de la población mayor de 25 años había completado estudios de educación superior; desde entonces este porcentaje ha ido en aumento, hasta llegar a casi 14% en 2010. El hecho de que una mayor proporción de mexicanos asista a la universidad responde en buena medida a la ventaja salarial que brinda un nivel de educación más alto en el mercado laboral. Efectivamente, mientras que una persona que completó la preparatoria tiene un salario promedio de 5 mil 126 pesos al mes, un profesionista gana en promedio 9 mil 981 pesos mensuales. Dicho de otra manera, un trabajador promedio con licenciatura puede ganar 95% más que uno que solo tiene título de prepa.
Los profesionistas de áreas como bellas artes, trabajo y atención social, comunicación y periodismo, matemáticas, historia y arqueología, algunas áreas de la formación docente, diseño y psicología tienen un ingreso promedio que no pasa de los 8 mil 600 pesos mensuales, inferior a lo que gana el resto de los profesionistas. Por su parte, las carreras mejor pagadas se concentran en las áreas de minería y extracción; finanzas, banca y seguros; salud pública; física; formación de pilotos; geología y otras ciencias de la tierra, y medicina. Los profesionistas de estos campos de estudio pueden llegar a ganar más de 15 mil pesos al mes, muy por encima de la remuneración promedio de los demás titulados. En los extremos, los ingenieros de minas y petróleo, quienes tienen el salario promedio más alto (24 mil 863 pesos al mes), ganan más de cuatro veces que los egresados de bellas artes, el campo de estudios de menor ingreso promedio (6 mil 114 pesos mensuales).
Desde el punto de vista de los ingresos laborales, resulta fácil responder a la pregunta inicial pues, en términos generales, contar con educación superior mejora las perspectivas salariales. A lo largo de su vida laboral, un profesionista puede esperar ganar cerca de 4.9 millones de pesos, esto es, 2.1 millones de pesos más que un bachiller que decidió no ir a la universidad. Similarmente, la OCDE estimó, para un conjunto de 29 países miembros entre los cuales no figura México, que el diferencial de ingresos brutos asociado a la educación superior es de 240 mil dólares para mujeres y de 330 mil dólares entre los hombres.
Ahora bien es necesario tomar en cuenta que los gastos de tener una educación de alto nivel en México son grandísimos, además de si estudias dejar de percibir ese salario que podrías obtener en el presente. Ese costo de oportunidad de percibir ese ingreso, por buscar uno mayor en el futuro. Pero para poder determinar qué tan rentable es la inversión de estudiar una licenciatura, es necesario valorar los costos en los que incurren quienes deciden seguir este camino. De estos costos, quizás el más obvio es el pago de inscripciones y colegiaturas, el cual puede ir desde prácticamente cero pesos en una universidad pública, hasta más de un millón de pesos por estudiar la carrera completa en una privada. Adicionalmente, están los gastos en libros y materiales, que son del orden de 360 pesos al mes, y que a lo largo de toda la carrera pueden llegar a sumar cerca de 15 mil pesos. Hacerse de información sobre los costos de las carreras en México es una tarea casi titánica. Vivimos en una era en la que la mayoría de la información es accesible por internet, pero las universidades mexicanas aquellas que preparan a las generaciones futuras para desempeñarse dentro de la economía del conocimiento no divulgan esta información a través de sus portales. Para conocer los costos de estudiar una carrera en México es necesario hacer llamadas, universidad por universidad, facultad por facultad, y cruzar los dedos para que quien responda el teléfono tenga la información a la mano y esté dispuesto a compartirla. Con algo de suerte y mucha paciencia, reunimos información sobre cuotas de inscripción y matrícula para 62 áreas de estudio en 141 universidades públicas y privadas, que representan más de 35% de la matrícula total de licenciatura actual, y cerca de 45% de la matrícula de las áreas de estudio comprendidas en la muestra.
En promedio, el costo total para el estudiante de asistir a una institución de educación superior pública es cercano a los 30 mil pesos; en una universidad privada, la inversión promedio se dispara a 465 mil pesos. Pero es importante tener en cuenta que estos promedios enmascaran una gran diversidad entre carreras, particularmente bajo el régimen privado. En las universidades de este tipo, la carrera más onerosa es medicina (cerca de 930 mil pesos en total), seguida por sociología, bellas artes, historia y física (entre 675 mil y 750 mil pesos). Entre las menos costosas (por debajo de 250 mil pesos) están criminología, deportes, odontología, veterinaria y formación docente para preescolar y primaria. Finalmente, otro costo importante de ir a la universidad es el ingreso que el estudiante deja de percibir por no haber entrado al mercado laboral luego de salir de la prepa. Si bien este no es un costo que deba desembolsar el estudiante, es un costo de oportunidad que es relevante por su magnitud. En promedio, los ingresos no percibidos pueden ascender a más de 275 mil pesos, equivalentes a los cuatro años y medio que tarda una persona en concluir sus estudios universitarios, multiplicados por el salario promedio de los trabajadores que solo terminaron la prepa.
DESIGUALDAD EDUCATIVA EN M ÉXICO
Como
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