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El Estado De Excepción En La Migracion


Enviado por   •  1 de Julio de 2014  •  2.437 Palabras (10 Páginas)  •  157 Visitas

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La globalización de la migración

Como todos sabemos la globalización es un término para el que no existe un concepto claramente definido, en gran medida porque en la actualidad comprende un sinnúmero de perspectivas y ámbitos que la ubican en un plano multidimensional; de esta manera y por el tema que nos ocupa se constituye a su vez como uno de los elementos principales en la migración a nivel internacional. Este fenómeno es considerado de carácter global ya que no existe país que no esté involucrado en él, tanto como un punto de partida, como de llegada, dentro de este se incluyen las categorías de migración regular como irregular o indocumentada, e incluso forzada que es la que esta integrada por las personas con carácter de refugiados o desplazados.

De igual manera, existen muchos factores que alimentan el fenómeno de la movilidad humana particularmente en nuestra región, en donde los países en vías de desarrollo presentan crecientes desequilibrios en materia económica, social, e incluso de estabilidad política y que vienen a ser al final algunos de los componentes principales para que se incremente este suceso. La huida de la pobreza, la carencia de alternativas que suplan las necesidades básicas o la búsqueda de una perspectiva mejor son algunos de los motivos para que se aumente el desplazamiento de personas a los países más desarrollados o por lo menos atractivos desde la perspectiva de encontrar un puesto de trabajo.

Actualmente la migración abarca tanto el ámbito espacial que se refiere al territorio, como también lleva implícita una dimensión profesional o cultural; hoy en día no podemos afirmar que hay sectores de la sociedad que estén exentos de dicha situación, por eso no es de extrañar que veamos cada vez más seguido, grupos de migrantes que son profesionales con una alta formación individual que engrosan así el capital humano de las sociedades receptoras en detrimento de sus países de origen.

Todo esto hace prever que, al menos a corto y mediano plazo, la migración seguirá estimulada, en un mundo de fuertes interconexiones, en el que se harán más visibles las profundas brechas económicas internacionales y las agudas insuficiencias estructurales de los países en desarrollo .

Sin embargo, el fenómeno de la migración resulta un poco paradójico, puesto que mientras los Estados poco a poco han ido liberalizando y disminuyendo las regulaciones a los movimientos de flujos de capitales, mercancías, tecnologías e información, como efecto también de la globalización, por otro lado han estado implementando medidas traducidas en políticas de Estado que se manifiestan en el reforzamiento y endurecimiento de los controles fronterizos, así como dificultades impuestas a la fuerza de trabajo y la circulación de las personas.

Las actuales políticas de migración

Ante las circunstancias que anteriormente mencionábamos los Estados han ido adoptando diversos mecanismos orientados a controlar este fenómeno, en algunos casos en materia laboral como respuesta a las presiones migratorias, y reconociendo las necesidades reales de los mercados de capitales. Sin embargo debido a la creciente migración irregular también han ido adoptando mecanismos más fuertes y mayoritariamente contrarios a todo derecho humano a migrar.

Las fronteras nacionales que son consideradas las instancias que representan la soberanía de los Estados son actualmente blindadas a través de legislaciones y políticas migratorias cada vez más duras y restrictivas vulnerando con ello derechos; muchas veces estas políticas suponen importantes réditos políticos generando en los nacionales ciertas emociones que terminan convirtiéndose en las causas de reproducción de actitudes xenófobas y racistas que en muchas ocasiones van acompañadas de violencia creando un claro deterioro del Estado de Derecho.

Entre ellas encontramos la homologación de marcos jurídicos entre los países, deteriorando incluso en algunos casos las políticas orientadas al otorgamiento de refugio y asilo; se imponen nuevos conceptos sobre políticas migratorias, vinculándolos únicamente a las necesidades que el Estado posea en materia económica, de manera que muchas veces sólo se permite la entrada de quien cubre un puesto de trabajo, de quien viene ya con su contrato laboral o su permiso de trabajo, y se introducen mecanismos de visados cada vez menos accesibles ya que se solicitan un sinnúmero de requisitos al peticionario que al final se vuelven casi imposible de cumplir.

En muchos países se estigmatiza la migración, en el sentido que no es un “buen inmigrante” aquel que no satisface las necesidades del mercado laboral o no dejará algún tipo de beneficio económico por cualquier otro motivo, como por ejemplo el turista; así como también se conceptualiza al “mal migrante” como aquel que es considerado “ilegal, indocumentado o sin papeles”. Este tipo de comportamientos traen como consecuencia que al final el único que interesa es el extranjero útil y el que cumple con unos duros requisitos de ingreso y de permanencia. Y se aceptan criterios en los que sólo deben entrar al territorio los inmigrantes necesarios, mientras que los demás deben ser rechazables.

Aparecen junto con ello medidas ejecutadas por los órganos de seguridad de Estado, ya sea la policía o la fuerza armada, con mandatos específicos, dentro de las cuales van implícitas las intenciones de impedir el acceso del ilegal al territorio y que exigen el retorno inmediato al país de origen para quien es capturado sin visado, sin permiso de residencia, sin contrato, etc. Dichas medidas policiales vienen siempre avaladas por el carácter “ilegal” del inmigrante, y generando lo que es mucho peor, que dichos actos migratorios irregulares sean cambiados en su particularidad; es decir, pasando de ser considerados anteriormente como faltas de orden administrativo a ser introducidos como un tipo penal dentro de diversas legislaciones, esto como resultado de políticas en materia de seguridad, otorgando al migrante la clasificación de amenaza.

Todas estas ejecuciones de políticas y prácticas únicamente revelan la inmoralidad de la cual emanan al rechazar con su cumplimiento toda concepción básica de una sociedad democrática, y lo que es mucho peor, que en horizonte, no se visualiza un cambio en la aplicación de las mismas, cada día hay más tendencia a su fortalecimiento de manera negativa con respecto al fenómeno de la movilidad humana.

El “estado de excepción” en la migración

Ya que hablamos un poco y de manera general del fenómeno global de la migración y de algunas medidas que los Estados aplican ante este, es correcto señalar

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