El Hambre En Los Países Andinos, Carencia De Recursos O Desigualdad De Acceso
dianabuelvas2 de Diciembre de 2012
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El hambre en los países Andinos, carencia de recursos o desigualdad de acceso.
Al año 2002, existían 221 millones de pobres en América Latina, de los cuales 97 millones eran pobres extremos y no contaban con los recursos necesarios para cubrir una canasta básica de alimentos. Entre 1998 y 2000, 11% de la población latinoamericana estaba subnutrida, no tenía acceso suficiente a los requerimientos calóricos mínimos. A finales de los 90, 8% de los niños y niñas menores de 5 años tenía insuficiente peso para la edad y 21% presentaba baja talla.
El contexto sociocultural y económico los países andinos no conforman un cuerpo homogéneo. La variedad de grupos étnicos y regiones geográficas conforma una subregión rica en expresiones socioculturales diferentes.
La desigualdad en la distribución del ingreso es una de las principales causas de la pobreza y el hambre en la región, Relación entre el ingreso por habitante del 10% más rico y el 40% más pobre de la población alrededor de 2002.
Aun cuando el gasto social ha crecido en la región. En los países andinos se mantiene en niveles bajos. Sólo en Colombia supera los 300 dólares por habitante; En la mayoría de los países los programas alimentarios no superan el 1% del gasto social.
En cuanto a la relación entre hambre y extrema pobreza, al finalizar los años noventa, en América Latina 18.5% de la población era extremadamente pobre, 11% de la población estaba subnutrida y, entre los niños menores de 5 años, 7.9% presentaban bajo peso para la edad.
El combate a la pobreza es parte importante del abatimiento del hambre y la desnutrición, pero sólo ayudaría a resolver la mitad del problema.
Junto con tener altos niveles de pobreza extrema, en los países andinos la probabilidad de desnutrición es significativa; (desnutrición crónica en grupos de países 1995/2001: 2.13 millones de niños con baja estatura para su edad y 801 mil con bajo peso).
Sin embargo, la oferta de alimentos presenta un crecimiento progresivo y estable, llegando a más de 40% sobre el requerimiento mínimo. En conclusión el problema no es de insuficiencia sino de desigualdad de acceso
En los ‘90, América latina avanzo proporcionalmente en la meta de extrema pobreza, pero al 2002 había retrocedido 1/3 de lo avanzado. Dicha volatilidad está muy presente en los países andinos.
En subnutrición algunos países ya lograron la meta para el 2015. Entre los andinos, Bolivia es el más rezagado, pero en caso de disminuir las desigualdades de acceso podría alcanzar el desafío. Entre los países andinos sólo Perú y Ecuador podrían lograr la meta de la Cumbre de la Alimentación de 1996: Bajar a la mitad la cantidad de personas subnutridas.
La desnutrición global muestra avances importantes, algunos ya alcanzaron la meta en menos de la mitad del tiempo, pero el esfuerzo debe seguir. De lo contrario los países andinos corren el riesgo de no tener éxito de aquí al 2015.
La probabilidad de que los niños y niñas en extrema pobreza sufran desnutrición es significativamente superior al promedio. La incidencia de insuficiencia ponderal es entre 40% y 130% más alta, el déficit de talla lo es entre 50 y 90%.
En las zonas rurales los menores tienen entre 1.6 y 3.7 veces más probabilidad de desnutrirse que en las urbanas. Sin embargo, algo más del 40% de los desnutridos vive en ciudades.
La educación de la madre es un factor clave: disminuye la vulnerabilidad y las diferencias entre los países, pero ésta no modifica las brechas étnicas.
El acceso a agua potable y alcantarillado también disminuye significativamente la desnutrición y sus enfermedades asociadas. Los dos primeros años de vida son cruciales. Entre los 18 y 24 meses de vida se alcanzan los niveles más altos de desnutrición, haciendo muy difícil revertirlos a futuro.
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