El rol del enfermo. La enfermedad como desviación
ladyrebel1Apuntes17 de Diciembre de 2018
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Tema 7- El rol del enfermo
La definición de enfermedad en cada sociedad está institucionalizada en el contexto de sus modelos culturales, de modo que un patrón de desarrollo social es la concepción cultural de la salud y la enfermedad.
Hoy en la enfermedad es definida como un estado o una condición de sufrimiento como consecuencia de una dolencia. Esta definición se basa en las teorías científicas modernas de que una enfermedad es un estado biológico o mental anormal con una causa, unos síntomas característicos, y un método de tratamiento.
La enfermedad como desviación
La perspectiva médica ve la enfermedad como una desviación de la salud y el bienestar. Esta perspectiva implica la presencia de un mecanismo patógeno en el cuerpo que puede ser conocido de forma objetiva. El diagnostico de una enfermedad, es resultado de una correlación entre los síntomas observables y los conocimientos sobre el funcionamiento fisiológico del ser humano. Lo ideal sería que una persona fuera considerada enferma cuando sus síntomas, dolencias, o los resultados de un examen físico indicaran una anormalidad.
Los criterios tradicionales para la identificación de una enfermedad son:
- La experiencia del paciente de sensaciones subjetivas de enfermedad.
- El descubrimiento por parte del médico de que el paciente tiene una alteración en el organismo.
- Que los síntomas del paciente se ajusten a un cuadro clínico reconocible.
El cuadro clínico es una representación de un modelo o teoría de la enfermedad reconocido por el médico. En la realización del diagnóstico, la lógica es la herramienta básica.
La función del médico en el tratamiento de la enfermedad implica:
- Hacer el diagnóstico.
- Aplicar alguna acción para solucionar el trastorno y que el paciente vuelva a la normalidad en la medida de lo posible.
La valoración de la enfermedad por parte del médico incluye la definición médica de lo que es bueno, deseable y normal, en contraste con lo malo, indeseable y existentes y en la experiencia del médico. Sobre esta base, la profesión médica formula reglas que definen la desviación biológica y busca imponerlas en virtud de su autoridad para tratar a las personas identificadas como enfermas.
En la Sociología de la Medicina:
- Disease: La enfermedad se considera como un estado físico adverso, consistente en una disfunción fisiológica en el individuo, es decir, un mal funcionamiento del organismo humano.
- Illness: Una enfermedad o dolencia es un estado subjetivo que tiene que ver con la percepción psicológica del individuo de tener una enfermedad y suele hacer que esa persona modifique su conducta.
- Sikness: Mientras que enfermedad o malestar es un estado social, lo que significa un papel social disminuido para aquellas personas que están enfermas.
A pesar de que un área de la Sociología de la Medicina es el comportamiento del enfermo, el concepto de la enfermedad tiene un interés especial, las expectativas y la conducta de acuerdo a normas que son asignadas a las personas consideradas enfermas por la sociedad en general.
Tradicionalmente, los sociólogos han considerado la enfermedad como una forma de conducta desviada. Esta perspectiva se formuló inicialmente por Parsons (1951) en su concepto de sick role (rol del paciente).
Las conductas características adoptadas por un enfermo en función de las exigencias de la situación. Parsons opinaba que estar enfermo era un trastorno en la condición “normal” del ser humano, tanto biológica como socialmente.
Antes, el estudio sociológico de la salud y la enfermedad se había fundamentado en la perspectiva médica, los esfuerzos se limitaban a la correlación de factores sociales con los biológicos, basándose sólo en referencias procedentes del profesional sanitario. Este enfoque de orientación médica enfatiza la realidad fisiológica del organismo humano, pero deja de lado la realidad sociológica de que una persona está enferma cuando se comporta como un enfermo.
La base para la descripción de la enfermedad como forma de conducta desviada reside en la definición sociológica de la desviación como “cualquier acto o conducta que perturbe las normas de un sistema social determinado”. De esta manera, la conducta desviada no es simplemente una variación de la media estadística. Más bien, la determinación de conducta desviada implica hacer un juicio social sobre lo que es la conducta correcta y apropiada de acuerdo a una norma social.
Las normas reflejan expectativas de comportamiento adecuado que son compartidas por personas en contextos sociales diferentes, o pueden ser expectativas más generales de comportamiento comunes en distintas situaciones sociales. La conformidad a las normas se suele recompensar con aceptación del grupo y la aprobación de la conducta, la desviación de la norma puede conducir a la desaprobación de la conducta, castigos u otras formas de sanción social.
Las normas permiten diferentes comportamientos dentro de lo permitido, pero la conducta desviada cae fuera de ese ámbito permitido y provoca la respuesta de otras personas con el objetivo de controlar esa conducta. La mayoría de las teorías sobre conducta desviada tienen que ver con trastornos mentales, alcoholismo y toxicomanía.
Es importante destacar que no todas las formas de conducta desviada conducen a consecuencias indeseables para la sociedad. La enfermedad como desviación es habitualmente considerada como una circunstancia indeseable, tanto para el enfermo como para la sociedad. Para el enfermo, una enfermedad puede suponer, una incomodidad y/o un trastorno permanente o temporal del funcionamiento del grupo social u organización en cuanto a la relación de sus tareas habituales y sus funciones normales.
Aunque los sociólogos han sugerido que la explicación de la enfermedad como suceso social puede encontrarse fuera del campo de la biología médica mediante la inclusión de la enfermedad en la categoría general de conducta desviada, este enfoque es relativamente reciente. Las primeras teorías causales sobre la desviación procedente de la sociología eran básicamente modelos biológicos que definían el origen de la desviación como algo intrínseco en ciertos individuos. Se pensaba que la conducta indeseable tenía orígenes genéticos de rasgos criminales o quizás una combinación genética aleatoria. La perspectiva biológica sobre la desviación ha sido generalmente rechazada por los sociólogos contemporáneos y no tiene en cuenta la implicación de las normas y valoraciones sociales sobre su conducta.
A su vez, estas valoraciones sociales se ven influidas por varios aspectos del cambio social. Era algo habitual, y el rol del enfermo (o atender al enfermo) formaba parte de una serie de roles que incluían variaciones previsibles en la conducta en relación con la conducta “normal”. Sin embargo, se han producido cambios importantes en la sociedad industrializada: el declive de la familia numerosa, cambios en las teorías sobre el tratamiento de las enfermedades, y la evolución de técnicas médicas complejas que suponen, en muchos casos, la hospitalización. Estos cambios han tenido el efecto de sacar la enfermedad del dominio de lo usual y situarla en un contexto institucionalizado y altamente especializado.
El enfoque funcionalista sobre la desviación
Sobre la desviación, el funcionalismo moderno, que da más importancia a procesos sociales, sistemas, equilibrio, y a las relaciones entre personas, representa una versión moderna de una teoría homeostática (propiedad de los organismos que consiste en su capacidad de mantener una condición interna estable compensando los cambios en su entorno mediante el intercambio regulado de materia y energía con el exterior) de la desviación. Este modelo no es orgánico.
No encuentra las causas de la conducta desviada en las necesidades individuales, los impulsos, los instintos, las combinaciones genéticas, u otro modelo simplemente individual. En cambio, encuentra la fuente de las conductas desviadas en la relación entre los individuos y el sistema social.
Este enfoque está basado en la idea de que la sociedad se mantiene en un estado de equilibrio mediante la articulación de modelos armoniosos de valores y normas compartidas. Este proceso es “funcional” porque da lugar a la armonía social y sirve para contrapesar los sistemas “disfuncionales”-la enfermedad mental-, que son fenómenos que alteran el orden social. La tendencia de la sociedad hacia el mantenimiento del sistema a través del equilibrio es muy parecida al concepto biológico de la homeóstasis donde el cuerpo humano procura regular las condiciones fisiológicas (internas) constantes con el fin de mantener las funciones corporales.
Asimismo, la perspectiva funcionalista ve a la sociedad como algo que mantiene su función mediante la regulación de sus componentes de forma constante. Un sistema social puede tener situaciones de crimen y delincuencia pero mantenerse “sano” por su capacidad global de seguir funcionando con eficacia.
Los teóricos funcionalistas perciben los cambios sociales como una serie de elementos estrechamente relacionados, señalan que los cambios, decisiones y definiciones producidos en una parte del sistema repercuten inevitablemente en todos los demás. La posición de una persona dentro del sistema social se ve sometida a sucesos y tensiones que se pueden producir en partes lejanas de ese sistema. El comportamiento que es “adaptativo” desde la perspectiva personal y en circunstancias determinadas puede ser considerado como desviado por la sociedad. El individuo puede optar bien por continuar con el comportamiento delictivo y ser tenido por desviado, o por intentar cambiar ese comportamiento a pesar de que él lo considere necesario para su supervivencia. Este tipo de personas corre el riesgo de enfrentamientos con las autoridades, representadas por los psiquiatras; es decir, los estamentos encargados del control o de la eliminación de procesos sociales disfuncionales. El nivel de desviación en un sistema social se reduce de esta forma a través de la aplicación de sanciones sociales contra el infractor. Estas sanciones incluyen estancias en cárceles y hospitales psiquiátricos para “apartar” al desviado de la sociedad y así garantizar el orden y la cohesión social.
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