Este trabajo tiene la intención de atacar la problemática de relacionada al difícil acceso para créditos públicos en el estado de Nuevo León, contribuir en la solución para el desahogo de la burocracia existente en los procesos de asignación de re
ahm138718Ensayo27 de Marzo de 2017
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INTRODUCCIÓN
Este trabajo tiene la intención de atacar la problemática de relacionada al difícil acceso para créditos públicos en el estado de Nuevo León, contribuir en la solución para el desahogo de la burocracia existente en los procesos de asignación de recursos.
En el estudio de los bancos de desarrollo emplea una variedad de términos con los que se refiere a estas instituciones. Los más citados son “bancos de desarrollo”, “bancos de fomento”, “banca de desarrollo” o “bancos propiedad del Gobierno” (State-Owned Banks). Algunos autores los llaman “Instituciones Financieras de Desarrollo” o “Instituciones Financieras de Fomento”. Estas son algunas de las definiciones aceptadas para el termino de banco de desarrollo; Diamond (1957) Instituciones con la misión de financiar y proveer servicios de apoyo para las empresas del sector privado. Boskey (1959) Instituciones que deben ofrecer financiamiento principal o únicamente de largo plazo a la industria privada y canalizar ahorro y habilidades empresariales para la inversión productiva en la industria. Naciones Unidas (2005) Promover el desarrollo económico, tomando en cuenta propósitos de desarrollo social e integración regional, proveyendo financiamiento de largo plazo o facilitando el financiamiento de proyectos que generen externalidades positivas. Levy et al. (2007) Instituciones involucradas con el financiamiento de capital de largo plazo en proyectos generadores de externalidades positivas, con largos periodos de arranque, y donde existan fallas de mercado derivadas de información asimétrica. También deben diseminar experiencia y conocimientos para promover el desarrollo financiero.
Considerando todas las definiciones antes mencionadas, podemos llegar a la conclusión de que la Banca de Desarrollo tiene como finalidad canalizar recursos de largo plazo para impulsar el desarrollo del país por medio de entidades financieras a cargo del Estado. Las siguientes son las principales propulsoras de desarrollo:
- BANCOMEXT
- BANJERCITO
- BANOBRAS
- BANSEFI
- NAFIN
- BANRUARL
- SHF (PATRONATO DEL AHORRO NACIONAL)
CAPÍTULO I
1.1 ANTECEDENTES
La historia de la banca de desarrollo data desde los años de la colonia, muchos autores coinciden que el primer banco oficial fue el Nacional Monte de Piedad autorizado por el rey Carlos II en el año 1774, pero no fue hasta 1879 que se convirtió en una entidad crediticia. Hasta antes de la revolución mexicana, todos los bancos eran controlados por el estado para la gente rica, es decir, no cumplían con su labor de impulsar el desarrollo nacional. El gobierno del presidente Álvaro Obregón (1920-1924) procuró, desde su inicio, restablecer los bancos expropiados y devolver a sus dueños los activos líquidos sustraídos. Una vez pacificado el país, convocó a la Primera Convención Bancaria, reunida en febrero de 1924, para discutir los dictámenes sobre la Ley de Instituciones de Crédito expedida ese año. Dicha Ley, reconocía la figura de banca especializada con bancos de descuento y depósito, hipotecarios, refaccionarios, de fideicomiso, agrícolas e industriales, orientados a la pequeña y mediana empresa. A decir de Villalpando (2006), al presidente Obregón se le sugirió, y él aceptó, revivir el concepto de banca de desarrollo puesto en práctica durante el siglo xix (Villalpando, 2006: 45).
El Banco de México, que abrió sus puertas el 1 de septiembre de 1925, fue la consumación de un anhelo largamente acariciado por los mexicanos. Su creación cerró un largo periodo de inestabilidad y anarquía monetaria, iniciado desde principios del siglo XIX, y durante el cual reinaba un sistema de pluralidad de bancos de emisión; sistema que, además, fue agravado por el conflicto revolucionario de 1910, y con el que sobrevino la desconfianza en el papel moneda y la destrucción del sistema monetario vigente hasta ese momento. Banco de México nace en momentos de grandes retos y aspiraciones para la economía del país. A la necesidad de contar con una institución de esa naturaleza, la acompañaban otros imperativos: propiciar el surgimiento de un nuevo sistema bancario, reactivar el crédito en el país y reconciliar a la población con el uso del papel moneda. (Este último no era una tarea sencilla, sobre todo después de la traumática experiencia inflacionaria con los "bilimbiques" del periodo revolucionario). Por todo ello, además de los atributos propios de un banco de emisión, al Banco de México se le otorgaron a su vez facultades para operar como institución ordinaria de crédito y descuento.
En 1952 toma las riendas del Banco de México un hombre que habría de prestar servicios de inestimable valor a México y que habría de dar lustre y prestigio a las finanzas mexicanas: Rodrigo Gómez. Don Rodrigo —como se le conoció en vida— estuvo a la cabeza del Banco hasta su muerte, durante 18 años, habiéndose manifestado a lo largo de su gestión, tanto en hechos como en pensamiento, como un enemigo acérrimo de la inflación. En este periodo es cuando la banca de desarrollo toma mucha fuerza y hace su aparición, de tal manera que entra dentro de las políticas públicas de nuestro país.
1.2 DESCRPCIÓN DEL PROBLEMA
Los factores que atribuyen a la problemática actual de la Banca Desarrollo destacan por lo menos tres:
- En primer lugar, la adversa situación económica que vivió el país durante las crisis en 1982 y en 1994 provocaría una aguda descapitalización de los bancos de fomento, en particular, durante los episodios de devaluación del peso frente al dólar estadounidense.
- En segundo lugar, a partir de la década de 1970, las deficiencias en la gestión de los propios bancos de desarrollo se hicieron evidentes, colocando al sistema en una frágil situación financiera.
- En tercer lugar, puede afirmarse que la reforma del sistema financiero, la reforma del sector público, la nueva definición de las relaciones comerciales con el exterior y la desregulación de la actividad económica, influyeron en la reforma que emprendería el sistema bancario de desarrollo.
Debilidades de Banca de Desarrollo
Uno de los factores de carácter económico que explica la problemática actual por la que atraviesa la banca de desarrollo radica en su deficiente administración, la cual se ha caracterizado principalmente por controles internos deficientes, un volumen excesivo de operaciones crediticias, políticas de crédito inadecuadas y mala planificación. Estas causas han conducido a pérdidas recurrentes, erosión de capital e insolvencia de las entidades bancarias.
- Deficientes controles internos. La deficiencia de controles internos ha sido una constante en la actuación de las entidades de fomento. Esta falla se presenta en materia de decisiones de préstamos o de sistemas de seguimiento, y en mecanismos de auditoria interna o sistemas de información gerencial, en los que la información no es oportuna o suficiente para realizar un buen control.
- Volumen excesivo de préstamos. Los bancos de desarrollo con frecuencia otorgan préstamos en un nivel excesivo en relación con su capital y su valor en depósitos, ocasionando que se encuentren descapitalizados y que su base para absorber pérdidas resulte insuficiente ante problemas de deterioro en su cartera de préstamos.
- Alta concentración de los préstamos. Debido a la función que está llamada a desempeñar la banca de desarrollo en atención a sectores prioritarios, sus actividades están concentradas en sectores específicos de prestatarios. En tal caso, la crisis de determinado sector representa un riesgo latente para la calidad de cartera que esta banca concentra y por tanto para efecto de su solvencia. La concentración de riesgos es especialmente peligrosa, cuando la concesión de apoyos se basa en una evaluación errónea de la calidad del prestatario.
- Deficiente recuperación.84 Las tasas de recuperación de los préstamos han constituido un difundido problema. Este se relaciona directamente con préstamos vinculados y prácticas fraudulentas, particularmente cuando el beneficiario presupone que nunca se adoptarán medidas para la recuperación de los préstamos. Adicionalmente al mantenerse obsoletas las prácticas legal y judicial sobre quiebra y ejecuciones, la recuperación de los préstamos a través de los canales legales resulta difícil y demorada. Es posible que la falta de recuperación crediticia pueda estar propiciada por factores que alientan la falta de cumplimiento de los deudores. No obstante, hay que reconocer que los bancos públicos, en ocasiones, otorgaron créditos inadecuados con tasas, comisiones y plazos que aparentemente les daban alta rentabilidad, pero que ponían a sus clientes en serios aprietos de liquidez y solvencia. La privatización de los intermediarios a principios de los noventa, la apertura económica y la política de control macroeconómico sacaron a relucir a diversos clientes en esa condición.
- Mal diseño de tasas efectivas de interés y frecuencias de pagos. Los bancos de desarrollo obtienen recursos con fuentes de financiamiento cuya frecuencia de pago es mayor a la que cobran a sus acreditados, es decir, los bancos de desarrollo proporcionan descuentos a intermediarios financieros con ritmos de vencimiento menores al mensual, inclusive hasta al anual, pero al hacerlo, crean distorsiones en perjuicio de su nivel de solvencia y rentabilidad.
- El problema no se limita a tener diferenciales de tasas y subsidios reales que dependen de la periodicidad de las liquidaciones. La dificultad también estriba en que esos factores son afectados por los niveles de inflación y las tasas de interés de referencia (CPP y CETES). Al no acumular mensualmente los réditos, se crea mayor discrepancia entre las tasas simples de los créditos cobradas por los bancos de fomento y las normales del mercado (compuestas, al ser efectivamente pagaderas en forma mensual). Para los bancos desarrollo, el cobro de los intereses en plazos mayores al mensual provocó que éstos no lograran resarcir los costos acordes con los de una captación de fondos que, por su parte, exige el pago mensual de intereses. Este problema es atribuible más que a problemas de ingeniería financiera, a un largo proceso de negociación sectorial.
- Deficientes esquemas de amortización y reestructuración ante riesgos de mercado. La inflación elevada por la que atravesó el país a partir de los ochenta, puso a muchas empresas en graves dificultades de liquidez y en la imposibilidad de cumplir con sus compromisos financieros, debido a que exigió en lo inmediato (por la vía de los intereses) liquidaciones reales mayores que las que tendrían que hacer de haber sido baja.
- Los bancos de desarrollo, generalmente no están en condiciones de aclarar la verdadera situación de las empresas en un medio inflacionario y carecen de instrumentos adecuados que corrijan el fenómeno de amortización acelerada provocado por periodos de alta inflación. Al no ofrecerse un mecanismo estable para la corrección de distorsiones impuestas por la inflación, las empresas con pasivos reestructurados quedan en el mismo camino peligroso de la amortización acelerada y corren el riesgo de tener que solicitar renegociaciones de sus créditos de manera recurrente con grandes sacrificios en las tasas de interés activas de los bancos de desarrollo.
- No obstante que nuevos esquemas de liquidación de créditos han abierto el camino para que las prórrogas de vencimientos puedan realizarse sobre bases sanas y para que las empresas no tengan que solicitarlas recurrentemente, hace falta que la banca de desarrollo aproveche mejor estas oportunidades. Los esquemas de amortización de créditos actualmente se basan en entornos de relativa estabilidad inflacionaria a pesar de las amargas experiencias del pasado. La aplicación de los esquemas de amortización acelerada continúa como una necesidad, aunque pareciera menos apremiante al abatirse la inflación. El instrumento solo ha sido aplicado para postergar las amortizaciones de manera indefinida y fue dejado de lado el criterio de una aceptable rentabilidad potencial de las unidades productivas al momento de su aplicación.
- Alto riesgo cambiario en la composición de fondos. La importancia relativa de los recursos patrimoniales entre las fuentes de financiamiento de la banca de fomento es muy baja respecto del nivel de recursos externos. Tal composición implica riesgos monetarios importantes. En efecto, cuando un banco de desarrollo obtiene como parte de sus fuentes de financiamiento, créditos en moneda extranjera y los convierte en moneda local con el fin de prestar estos recursos, asume el riesgo cambiario. Al producirse una devaluación, la amortización de sus préstamos externos en moneda local resulta al banco mucho más costosa. Este hecho ha sido recurrente en la historia de los bancos de desarrollo. Después de 1960, las devaluaciones (1954, 1976, 1982 y 1994) han producido un problema serio, ya que casi todas las obligaciones externas de los bancos de fomento han sido denominadas en moneda extranjera mientras sus activos lo hacen en pesos, lo cual implica que dicha banca asuma todo el riesgo, y en última instancia, el costo de las devaluaciones. Al contraer estas entidades, deuda en dólares, asumiendo el riesgo cambiario con la confianza derivada de la época de estabilidad, y canalizar créditos en pesos, son objeto de graves quebrantos.
1.3 PREGUNTA DE INVESTIGACIÓN
Una vez planteado el problema, podemos formular nuestras preguntas que van a ser nuestra guía para la investigación.
- ¿Cumple con su finalidad de buscar el desarrollo del estado en cuestiones productivas, industriales y sociales la banca de desarrollo?
- ¿La tramitología es una barrera constante para todas las pequeñas y medianas empresas, y que sirven como obstáculo para adquirir un crédito de la banca pública?
- ¿Existe la intención por parte de la banca pública y de la privada proporcionar más facilidades para la asignación de recursos a las pequeñas y medianas empresas?
1.4 OBJETIVO
Contribuir sobre la problemática actual por la que atraviesa la banca de desarrollo radica en su deficiente administración, la cual se ha caracterizado principalmente por controles internos deficientes, un volumen excesivo de operaciones crediticias, políticas de crédito inadecuadas y mala planificación. Estas causas han conducido a pérdidas recurrentes, erosión de capital e insolvencia de las entidades bancarias.
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