Etica Y Medio Ambiente
hedacadi3 de Junio de 2014
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INTRODUCCIÓN
Hoy en día, el problema del medio ambiente se ha convertido en un desafío de supervivencia para la humanidad. El hombre se está enfrentando al holocausto medioambiental y está siendo obligado a formar una conciencia ecológica frente a la devastación de la tierra, el agotamiento de los recursos naturales y el deterioro de la biosfera.
Durante la segunda mitad del siglo XX, el desarrollo tecnológico y las consecuencias que éste desencadenó llevaron a diferentes pensadores a centrar su reflexión ética en un nuevo tema, del que hasta ahora no se habían ocupado de un modo específico: la naturaleza. Surge así la ética ambiental, cuyo crecimiento y expansión es en nuestros días incuestionable. La aparición de nuevos problemas y amenazas en la naturaleza provocados por la acción del hombre ha terminado convirtiendo a esta rama de la ética en una de las que más atención acapara, tanto por la actualidad de los problemas que aborda, como por la urgencia de encontrar soluciones teóricas y prácticas a los retos planteados.
Es por esto, que uno de los mayores compromisos de todo emprendedor debe ser, manejar sustentablemente en coherencia con los ecosistemas los proyectos de inversión y creación de nuevas empresas. Este compromiso, debe entenderse como de responsabilidad social frente al acelerado desgaste de las condiciones del ecosistema, que está afectando gravemente la supervivencia del hombre, en esta su única casa: La tierra.
ÉTICA Y MEDIO AMBIENTE
¿QUÉ ES LA ÉTICA?
La ética es la ciencia que estudia la moral del comportamiento del ser humano en los diferentes estados o acciones de su vida en sociedad. Es un saber de la praxis ya que hace referencia a una actividad práctica. El individuo ante una situación reflexiona, aprecia y elige cuál deberá ser su comportamiento porque las enseñanzas que ha recibido a través de su vida le permiten escoger la opción más acertada para su vida evitando perjudicar a los seres que están a su alrededor. Las personas con ética, son personas felices y de buen vivir, porque actúan correctamente.
EL MEDIO AMBIENTE
Algunos especialistas definen el medio ambiente como el espacio o entorno donde el ser humano realiza sus diferentes actividades a nivel personal o en sociedad, interactuando en el campo espiritual, físico, científico, cultural y recreativo. Estos comprenden los valores naturales, sociales y culturales existentes en un lugar y un momento determinado, que influyen en la vida del hombre y en las generaciones venideras. Es decir, no se trata sólo del espacio en el que se desarrolla la vida sino que también abarca seres vivos, objetos, agua, suelo, aire y las relaciones entre ellos, así como elementos tan intangibles como la cultura.
Con el rápido avance de la tecnología producido tras la edad media y que culminó en la Revolución Industrial los seres humanos empezaron a darle un cambio negativo al planeta, destruyendo poco a poco la atmósfera y contaminando todo a su paso. Ante esto se hace necesario y urgente educar al ser humano desde su niñez con los parámetros de una Ética Ambiental para frenar la destrucción total de nuestro planeta Tierra.
ÉTICA AMBIENTAL
La ética ambiental es la rama de la filosofía que permite reflexionar sobre la buena acción del hombre con sus ambientes naturales.
A mediados del siglo pasado, comenzó a denunciarse públicamente los daños ocasionados por las grandes industrias y por los hombres con escasa conciencia en cuanto al respeto por el medio ambiente.
Por lo tanto, esta creciente situación disparó la necesidad de la creación de un espacio específico que vele por el cuidado de nuestra naturaleza y que en caso contrario castigue a quienes no obran en este sentido.
Es decir, la ética ambiental propone una normativa moral que exige responsabilidad por parte de las empresas y de los hombres en cuanto al cuidado del entorno natural. La propuesta fundamental de esta rama de la ética es procurar el bienestar entre la sociedad y la naturaleza para que los seres humanos puedan desarrollarse en un ambiente natural cuidado por ellos mismos.
Entre otras, la ética ambiental procura responder a preguntas tales como: si la naturaleza debe ser materia moral; si existen obligaciones y deberes a los que los hombres deban adecuar sus conductas cuando se relacionan con animales, plantas o los espacios naturales en general; si la ética debe ser un objeto privativo del ser humano o debe también ser atribuida a seres no humanos, en especial los más semejantes a nosotros desde el punto de vista del desarrollo zoológico; si el origen de tales obligaciones debe estar en la naturaleza o en el propio Hombre.
También, la ética ambiental propone que el ser humano debe ser responsable de todo el planeta que habita por lo cual deberá actuar en función de cuidarlo a futuro para que sus acciones no afecten su presente inmediato pero tampoco a su prójimo. Tal cuestión únicamente será posible de lograr con el compromiso efectivo de los hombres.
Afortunadamente, en la actualidad y tras décadas de denuncia y de insistencia en la instalación de la problemática en los medios de comunicación masiva, el tema de la crisis medioambiental se ha convertido en un tema mundial, donde estados, individuos y organizaciones de defensa del ambiente, vienen proponiendo diversas soluciones y alternativas, aunque claro, la tarea de educación no es sencilla y requiere de un compromiso concreto.
La degradación ambiental no es sólo un problema que exige soluciones científico técnicas, también requiere del hombre una toma de conciencia y un cambio de actitud.
La pregunta de la ética es entonces ¿cómo debemos vivir?, al menos para sobre-vivir, pero conciliando el imperativo de supervivencia con el de dignidad humana y con el de libertad. Para esto se debe llegar, en definitiva a una ética de la naturaleza, que promocione una relación armónica de equilibrio entre las necesidades, los deseos y las actividades humanas y su interés deberá estar centrado, al menos, en tres objetivos inmediatos:
1. Composición genética óptima de la población.
2. Desarrollo óptimo individual.
3. Ambiente óptimo.
El primero está arribando en muchos aspectos, ya que la eufenesia y la eugenesia son una realidad de la medicina actual, y son necesarias en tanto y cuanto no intenten transformar al hombre en objeto de la ciencia ni lo manipulen en el sentido contrario al orden natural.
Al óptimo desarrollo individual se debe arribar a través de la salud ideal, a su vez lograda por la mejora de factores tales como la nutrición, la prevención, la reducción de accidentes y la creación de un entorno de paz, amor y justicia.
Con respecto al ambiente óptimo, se logrará por la concientización de la población, al menos en cinco niveles básicos:
• Conocimiento del problema del medio ambiente.
• Toma de conciencia de su importancia para la sobrevida del planeta.
• Educación suficiente y real sobre el problema.
• Planificación de soluciones a corto, mediano y largo plazo.
• Decisión política de cumplir con los objetivos propuestos.
LA ÉTICA Y LA EDUCACIÓN EN VALORES SOBRE EL MEDIO AMBIENTE
La educación ética se distingue por su universalidad y atemporalidad. Mientras que la educación en valores involucra elementos universales de los principios éticos definidos, y puede también involucrar costumbres y normas sociales específicas para un contexto o grupo social. Siempre hay diferentes posibilidades o alternativas frente a las intervenciones que una sociedad propone con relación al medio ambiente. Siempre es posible encontrar más de una posibilidad, cuando se trata de un proyecto de intervención; por ejemplo, en la construcción de una central hidroeléctrica, es posible proponer mecanismos alternativos de cogeneración de energía eléctrica, seguramente con menores costos económicos, sociales y ambientales. Entonces se ve que, como en los procesos de Evaluación Constructiva de Tecnologías (ECT), en donde siempre se dispone de varias trayectorias tecnológicas a la hora de tomar decisiones acerca de la elección de una determinada tecnología, (Callon, 1995); en el tema ambiental también hay que tener en cuenta las diferentes posibilidades que se generan al tomar una u otra alternativa de intervención sobre el medioambiente. Esto lleva por consiguiente, al plano no solo de las elecciones, sino de las decisiones y por consiguiente de las responsabilidades. ¿Por qué se toma esta o aquella decisión? ¿Quién la toma y en función de que criterios? ¿Cuáles son los mecanismos de toma de decisiones? ¿Qué consecuencias trae determinada decisión en el corto, mediano y largo plazo? ¿En definitiva, en función de qué sistema de valores ha sido tomada tal decisión? (Giordan y Souchon, 1997).Como se ve se trata de preguntas de mayor importancia para una sociedad, preguntas que la escuela puede promover y desarrollar como mecanismo de aprendizaje para el debate social. La escuela puede ser uno de los mejores espacios para aprender a clarificar el sistema de valores que se oculta detrás de una intervención ambiental. De ahí que, en el caso de la escuela, la educación ambiental no deba ser un dispositivo de transmisión de unos valores predeterminados, no debe ser esa su función primordial; el objetivo de la educación ambiental, con relación al tema
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