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FUNDAMENTOS DE LA INVESTIGACION


Enviado por   •  19 de Julio de 2014  •  1.595 Palabras (7 Páginas)  •  403 Visitas

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LA CARNE DE UN HOMBRE

En este lectura analizando desde mi punto de vista del escenario de la filosófico tiene relación a la tradición de los pueblos, y todo ello en desde tiempos remotos, pues estaríamos de acuerdo con Heródoto, el historiador griego que narra este relato, la costumbre es el Rey absoluto, no se trata que todo sean incorrectas, no existe una respuesta correcta, cada comunidad sociedad tiene su propio código de costumbre y tradiciones. La cultura y las tradiciones de los grupos sociales tiene que ver mucho con la moral, En el caso de esta lectura tiene que ver mucho, la verdad de los casos tiene que ver con la sinceridad, si digo sinceramente que me gusta algo, no puedo equivocarme , pues es verdad para mí. Nuestra Vida moral está llena de razones y censura.

La repetición de una acción crea en nosotros la disposición o facilidad para la realización posterior de dicha acción. Aunque también la filosofía aristotélica aceptaba la existencia de hábitos referidos a las facultades cognoscitivas y que le permiten al sujeto la adquisición de ciencia, el concepto aristotélico de hábito se aplicaba fundamentalmente al mundo moral: los hábitos eran disposiciones de la voluntad para la buena realización de una acción y se relacionaban con la esfera moral (las virtudes eran los buenos hábitos y los vicios los malos hábitos). Sin embargo, en la filosofía humana el papel de los hábitos es inverso pues no se relaciona tanto con la moralidad como con el conocimiento. Al igual que el pensamiento aristotélico, los hábitos a los que se refiere Hume no son hábitos del cuerpo sino de la mente, y se producen por la repetición de un acto, repetición que produce una disposición para renovar el mismo acto. Pero Hume sitúa su función explicativa en el tema del conocimiento: sirve para explicar, por ejemplo, nuestras creencias en la existencia de relaciones causales, o nuestra creencia en la existencia de un mundo exterior.

Esta posesión se explica a menudo a partir de esquemas conceptuales o marcos: Dicho llanamente solo podemos alcanzar una comprensión intelectual de la realidad desde el interior de nuestro propio marco conceptual, determinado a su vez por una completa combinación de factores que incluyen nuestra cultura y nuestra historia. Pero que no podamos sustraernos o salir de nuestra particular esquema conceptual y adoptar una visión objetiva de las cosas, como ejemplo se puede decir la visión de Dios. No significa que no podamos conocer nada. Una perspectiva debe serlo de algo, y compartiendo y comparando nuestras distintas perspectivas podemos esperar compensar nuestras diversas creencias y alcanzar una representación del mundo más completo, más abarcadora.

LA TEORIA DEL MANDATO DIVINO

La teoría del mandato divino esencialmente dice que lo moralmente correcto significa lo ordenado por Dios, y "lo moralmente incorrecto" significa "lo prohibido" por Dios. En el diálogo platónico llamado Eutifrón, hay una discusión acerca de si lo que es éticamente correcto es aquello que los dioses nos ordenan. En él Sócrates es escéptico y formula una de las preguntas más célebres de la Filosofía: "¿es la conducta correcta porque los dioses así la ordenan, o la ordenan los dioses porque es correcta?". El filósofo británico Anthony Flew sugirió que "una buena prueba para la aptitud de una persona para la filosofía es descubrir si puede captar su fuerza y su sentido". En la Biblia (Génesis 22:1-18) podemos leer el clásico ejemplo sobre esta cuestión, cuando Dios ordena a Abraham asesinar a su propio hijo:

Aceptar el mandato divino llevaría a la teología, desde un punto de vista moral, a la arbitrariedad de valores y haría de la doctrina de la bondad de Dios un sinsentido pues no existirían cosas buenas y malas antes de que Dios las ordenara hacer o las prohibiese, por lo tanto, en este caso podríamos dar la vuelta a la cita de Dostoievsky y decir: "Si Dios existe, todo está permitido.". Así lo expresó Gottfried Leibniz en su Discurso de Metafísica en 1686:

"Diciendo que las cosas no son buenas por ninguna regla de bondad, sino sólo por la voluntad de Dios, se destruye sin darse cuenta, me parece a mí, todo el amor de Dios y toda su gloria. ¿Por qué alabarlo por lo que ha hecho si sería igualmente loable habiendo hecho todo lo contrario?" Leibniz

Debido a las consecuencias que trae consigo el mandato divino, éste fue rechazado por Tomás de Aquino, renunciado así a la concepción teológica de lo correcto y lo incorrecto. Rechazar el mandato divino nos lleva a reconocer que el bien y el mal existen objetivamente antes de que Dios nos los señale. Ante tal situación, las autoridades religiosas afirman que Dios nunca se equivoca al señalar el bien y el mal porque posee la sabiduría perfecta, por lo tanto, nunca

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