Factores De Nutricion
12 de Marzo de 2014
5.340 Palabras (22 Páginas)232 Visitas
factores:
El Factor biológico, según algunos estudios está relacionada la predisposición a padecer ansiedad, perfeccionismo y comportamientos compulsivos con niveles anormales de determinados componentes químicos en el cerebro. Estas personas son más vulnerables a sufrir un trastorno alimentario.
El factor psicológico, ciertos trastornos psicológicos suelen ser los causantes del desajuste nutricional. Una desestructuración familiar o familias sobreprotectoras suelen ser causas en la aparición de este tipo de trastornos. Por otro lado, un niño que padece un desajuste alimentario tiene muchas probabilidades de desarrollar algún tipo de trastorno psicológico relacionado.
El factor nutricional adquiere gran importancia, ya que se ingieren excesivos alimentos grasos de origen animal, dulces, bebidas azucaradas y platos precocinados, los cuales son causa del desequilibrio nutricional. La dieta infantil suele ser escasa en hidratos de carbono complejos (pan, pasta, arroz,…) y excesiva en hidratos de carbono sencillos (azúcares) y ciertos alimentos como los lácteos. Además no se debe hacer un uso indiscriminado de los suplementos vitamínicos, ya que pueden ser perjudiciales y sólo en ocasiones señaladas pueden resultar necesarios.
El factor social que parece no tener importancia en este tipo de trastornos es el que más va a influir en el desarrollo sano del niño. En la actualidad se han establecido ciertos estereotipos de belleza poco saludables, en los que se observa un culto al cuerpo desproporcionado, desarrollando cierto tipo de comportamientos muy perjudiciales para su salud.
Por último, aludiendo al factor deportivo son diversas las causas que han dado lugar a una disminución de la actividad física por parte de los niños, entre otras cabe destacar la aparición de nuevas tecnologías, hábitos de comportamiento sedentarios, reducción de los espacios polideportivos, etc.
Una vez que conocemos cuáles son los desencadenantes de este tipo de trastornos estableceremos una serie de soluciones atendiendo a diversos puntos de vista:
Desde un punto de vista psicológico y social incidiremos en la importancia de que el niño adquiera una serie de hábitos saludables y que estos se consoliden con la práctica y el refuerzo positivo. Esto resultará más fácil si tenemos una fuente de motivación que nos permita avanzar y comprobar que vamos logrando nuestros objetivos, además de resultar más ameno si se procede a ello de una forma lúdica y con propuestas adaptadas a sus necesidades. Las relaciones con los compañeros y familiares cobran gran importancia en el desarrollo sano del niño. Es imprescindible que el niño juegue en la calle, practique deporte, salga con los amigos, etc.
Desde el punto de vista nutricional debemos hacer hincapié en la importancia del desayuno como la comida más importante del día, cubriendo el 25% de las necesidades nutritivas del niño. Los padres deben ser pacientes y no convertir la hora de la comida en algo desagradable para el niño, comprendiendo que su apetito será distinto según la fase de desarrollo en la que se encuentre. Hay que tener presente que no se trata de una cuestión cuantitativa sino cualitativa, donde lo importante no es la cantidad, sino la calidad. Al niño le resultará más agradable la comida si participa en su elaboración y sobre todo si la presentación del plato es atrayente, tanto a la vista como al gusto. Además, debemos respetar los horarios de las comidas, estableciendo una sistematización en sus conductas alimentarias.
Desde el punto de vista deportivo es imprescindible que adquiera una actitud positiva y agradable con respecto a la práctica física, para que esto ocurra es aconsejable que conozca la multitud de posibilidades deportivas que tiene a su disposición. El deporte tiene que ser algo divertido y nunca una obligación, cada niño tiene unas preferencias y unas cualidades que lo predisponen a practicar una modalidad deportiva u otra. Los padres, como máximos responsables, tienen la obligación de inculcarle unos valores y unos principios apropiados para la práctica deportiva.
Los familiares deben estar presentes en este proceso acompañándolos, animándolos y reforzando este tipo de conductas. Con esto no sólo lograremos que se sienta más seguro y se mantenga en su peso ideal, sino que estos beneficios se pueden extrapolar a otras áreas de su vida como el ámbito escolar, las relaciones familiares, la interacción con los compañeros, la adaptación social, etc.
El niño para crecer sano debe llevar una alimentación equilibrada y saludable, comiendo todo tipo de alimentos, además de practicar actividad física con regularidad y establecer unas relaciones sociales adecuadas.
Una vez conocido el origen será mucho más fácil establecer soluciones. Para modificar este tipo de comportamientos negativos los padres deben ser conscientes de que el problema existe, siendo ésta una labor difícil, ya que la mayoría piensan que todo se solucionará por sí solo al llegar a la edad adulta.
De no tomar medidas a tiempo se corre el riesgo de que aparezcan fobias sociales, trastornos en el aprendizaje, tendencias al aislamiento y miedo asumir responsabilidades. De ahí la importancia de detectar este tipo de trastornos a tiempo.
“Me interesa el futuro porque es el sitio donde voy a pasar el resto de mi vida”.
La anemia se produce por diversos motivos:
- Pérdida de hematíes (producida, por ejemplo, por una hemorragia).
- Destrucción de glóbulos rojos (hemólisis).
- Menor producción de hematíes o de hemoglobina por deficiencias en la dieta.
La causa más frecuente de anemia es la nutrición deficiente (falta de hierro) pero ésta también puede deberse a infecciones, a enfermedades de la sangre, al efecto de algunos medicamentos o a hemorragias. La anemia, asimismo, puede derivar de algunas enfermedades crónicas como la intolerancia al gluten (celiaquía) o de algunos problemas congénitos que hacen que el hematíe sea más débil, se rompa con mayor facilidad o envejezca prematuramente, como en el caso de la talasemia.
Síntomas de la anemia:
La mayoría de los síntomas se presentan como consecuencia de la disminución del oxígeno en las células. Si la anemia es leve no hay síntomas o éstos pasan desapercibidos porque el resto del organismo puede compensar la merma de hematíes o de hemoglobina. Los síntomas de la anemia pueden variar de un niño a otro pero los más frecuentes son:
- Palidez anormal o pérdida de color en la piel. Ésta se observa por el color más pálido de algunas partes del cuerpo que dejan ver mejor la circulación sanguínea, como el color de los labios, la piel de debajo de las uñas o la conjuntiva ocular (cara interna del párpado).
- Falta de energía o cansancio injustificado.
- Pérdida de apetito.
- Dolores de cabeza.
- Menor capacidad de concentración y aprendizaje; disminución del rendimiento escolar.
- Irritabilidad y falta de interés.
- En las chicas, menstruaciones irregulares o ausencia de las mismas.
¿Qué hacer ante un caso de anemia?
En primera instancia es importante identificar la causa de la anemia antes de administrar cualquier tratamiento. Si la anemia se debe a una falta de hierro el pediatra indicará que, además de reajustes en la dieta si ésta tenía carencias, el niño tome suplementos de hierro que suelen curar fácilmente la anemia ferropénica. En ocasiones a este aporte suplementario de hierro se le añadirán otros complementos de vitaminas y minerales. Se recomienda:
- La administración de hierro normalmente mediante gotas, jarabes o comprimidos que deberán tomarse siguiendo las indicaciones del pediatra.
- Se deberán evitar las molestias gástricas ya que algunos preparados pueden ocasionar molestias gástricas es recomendable tomarlos junto con las comidas.
- Mejorar la absorción de hierro. Ello se consigue no administrando al niño el hierro junto con la leche y sí junto algunos productos que contengan vitamina C, como el zumo de naranja, los kiwis y las fresas.
- Deposiciones más oscuras. Es normal que mientras se toma el hierro las heces sean de color más oscuro.
- El medicamento debe mantenerse fuera del alcance de los niños.
- Normalmente la anemia debe tratarse con hierro y suplementarse a la vez con otras vitaminas como el ácido fólico, la vitamina B12, etc.
Los bebés toman la mayor fuente de hierro de la madre durante las últimas semanas de embarazo, por ello si el bebé nace antes de tiempo o tiene que compartir la ingesta de hierro con algún hermano gemelo o mellizo es necesario completar su alimentación a partir del cuarto mes de vida con unas gotas de hierro, que deberán ser prescritas por el pediatra.
Se recomienda que la alimentación del lactante sea con leche materna o con leche artificial suplementada con hierro.
A los cinco o seis meses de edad se deberá introducir las frutas, los cereales y la carne en la dieta del niño.
No se recomienda dar leche de vaca al niño hasta que cumpla el año. Ya que la leche de vaca contiene poco hierro y éste es de difícil absorción. Además, puede producir irritaciones intestinales en el lactante, lo que originaría pequeñas pérdidas de sangre a través de las heces y, por ello, déficit de hierro.
Si se trata de niños mayores que comen alimentos sólidos, su dieta debe ser equilibrada y variada. Los alimentos con mayor contenido
...