Henry Judá Heimlich

El nombre de éste cirujano está íntimamente ligado a la maniobra de su invención para desobstruir la vía aérea en caso de atragantamiento, también está ligado a una gran cantidad de innovaciones en el campo de la medicina y la cirugía. No obstante, su nombre también está ligado a la polémica sobre la originalidad de sus invenciones, la autoría de las mismas o la legalidad de sus acciones. No cabe duda de que se trata de una figura muy importante no solo por las polémicas que protagonizó a lo largo de su existencia sino por la divulgación de las técnicas que salvan multitud de vidas al al año.

Henry Judá Heimlich nació el 3 de febrero de 1920 en Wilmington, Delaware, EEUU. Sus abuelos fueron inmigrantes judíos que huyeron de Rusia y Hungría a finales del siglo XIX. Su padre, Phillip Heimlich, era trabajador social en prisiones y su madre, María Epstein ama de casa. Se trasladaron a Nueva York durante la infancia de Henry y gracias a ello pudo estudiar en escuelas públicas; a la edad de 23 años se graduó en medicina por la Universidad de Cornell e inmediatamente comenzó la residencia de cirugía pero la interrumpió para alistarse como cirujano en la Marina, corría el año 1943.

Durante la Guerra, Heimlich sirvió en las fuerzas chinas que resistían al ejército japonés en el Desierto del Gobi, en Mongolia Exterior. Durante éste periodo, Heimlich entra en contacto con las heridas producidas por las armas de fuego y la metralla, especialmente en el tórax, en una ocasión observóimpotente cómo un neumotórax mataba rápidamente a un soldado chino en la mesa de operaciones sin que pudiera hacer más que insertar un tobo torácico conectado a una botella de vacío. Durante su estancia en Mongolia también entró en contacto con un tipo de infección ocular conocida como tracoma, que dejaba ciegas a muchas personas en Asia, incluso en la actualidad. En una época donde la penicilina aún era muy cara de producir e incluso se consideraba un secreto que ocultar a los países del eje, los únicos antibióticos disponiblesson las sulfamidas, que se fabrican en polvo para aplicarlas en las heridas de bala.Heimlich usa la sulfamida para tratar los ojos de las víctimas del tracoma pero se encuentra con problemas para que el polvo se aplique correctamente en el ojo por lo que decide mezclarlos con espuma de afeitar, que ayuda a administrar mejor el antibiótico obteniendo buenos resultados con éste tratamiento.

Después de la guerra regresa a Nueva York y realiza residencias en varios hospitales hasta que consigue una plaza de cirujano en el Hospital Montefiori, en el barrio del Bronx. Un año más tarde se casa con su novia, Jane Murray, hija de un acaudalado empresario con la que tendrá 4 hijos.

En 1955 propone una técnica de reconstrucción del esófago en casos de pacientes con daño esofágico severo a partir de una sección del estómago. Ésta técnica persigue recuperar la capacidad de deglución de los pacientes pero pasa sin pena desapercibida por los demás cirujanos. Un colega Rumano, llamado Dan Gayruliu se pone en contacto con Heimlich y le explica que él ha estado 4 años haciendo reconstrucciones usando una técnica similar. En 1956, Heimlich es invitado por la Academia de Ciencias de Rumanía para visitar el país e intercambiar conocimientos. A su vuelta a los EEUU, la técnica es bautizada como Heimlich-Gayriliu y se convertirá en una técnica muy empleada en cirugía de reconstrucción del esófago. Heimlich nunca entró en discusiones sobre la autoría de la técnica y siempre admitió que el doctor Gayriliu fue el primero en usarla; aun así, la técnica también fue bautizada con su nombre.

A principios de los años 60, Heimlich comienza a investigar para la creación de un dispositivo que permita descomprimir de forma segura neumotórax que se producen tras un traumatismo en el tórax. Debido a su intervención en la guerra, Heimlich observó cómo los soldados morían por esta causa sin posibilidad de más tratamiento que una botella de vacío conectada a un tubo torácico, una técnica invasiva, que requiere una pequeña intervención quirúrgica consistente en la apertura de una abertura en el tórax y la inserción de un largo tubo conectado a una botella de vacío que no asegura la extracción correcta del aire, sobre todo en circunstancias no controladas como un hospital de campaña o una ambulancia. Según cuenta Heimlich, la inspiración le llegó al ver en una tienda una trompeta de juguete elaborada a partir de dos membranas de caucho y conectadas a un tubo estrecho. Éstas membranas chillan cuando el aire pasa por ellas en una dirección pero hacen resistencia cuando se sopla del lado contrario, creando de ésta forma una válvula anti reflujo. Mediante ésta innovación, el aire que se encuentra en el espacio pleural, y que colapsa el pulmón dañado, puede salir al exterior mientras que el aire del exterior no puede entrar, porque la válvula solo permite el flujo de aire en una dirección, de dentro del tórax al exterior. Heimlich patentó la válvula en 1962 bautizándola como Válvula de Heimlich, rápidamente se extendió su uso convirtiéndose en un dispositivo ampliamente utilizado en el campo de batalla, sobre todo en la Guerra de Vietnam, dando lugar a que los cirujanos y los sanitarios de combate tuvieran la posibilidad de salvar de vidas con un dispositivo barato, con un precio que rondaba un dólar. Se estima que se venden unas 250.000 válvulas de Heimlich al año y en la actualidad se continúa usando en los servicios de emergencias de todo el mundo.

En 1969 nombran a Heimlich director del departamento de cirugía del Hospital Judío de Cincinnati, durante éste periodo comienza a interesarse por un problema que causa cerca de 4.000 muertos al año en los EEUU, la obstrucción de la vía aérea por cuerpos extraños, que causan la muerte por asfixia mecánica y que puede ser reversible si se actúa rápidamente. En un artículo publicado por el New York Times ese año se indica que casi 4.000 personas pierden la vida cada año y que es habitual dar golpes en la espalda, lo que, según los médicos de la época, puede ser perjudicial.

Heimlich comenzó a investigar con perros sabuesos a los que se sedaba e introducía un pequeño tubo endotraqueal por la boca, al llegar a la tráquea inflaba el balón hasta que el perro daba muestras de estar atragantándose. Inmediatamente se aplicaban diferentes técnicas de desobstrucción de la vía aérea como las compresiones en la pared torácica, que hacían que el diafragma bajara hacia el abdomen y no se impulsará aire por lo que no se conseguía expulsar el objeto de la tráquea. Heimlich descubrió que la técnica más eficaz para expulsar el objeto que ocluía la tráquea era la compresión abdominal dirigida hacia el

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