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IGLESIA VS CIENCIA

Pamy271129 de Abril de 2015

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1.- CONCEPCION DEL HOMBRE

El hombre ha sentido siempre la necesidad de comprender la naturaleza y el origen de las cosas que le rodean, y de esta forma llegar a hacerlo también del conjunto de todas ellas, es decir, del universo y de una manera especial de la vida y de sí mismo. Un problema importante es considerar las concepciones que el hombre ha tenido de la naturaleza y origen del universo a lo largo de la historia y la imagen que nos da de ellas hoy la ciencia actual, y ver como se relacionan con lo que las religiones nos dicen sobre el mismo tema. El problema tiene que ver con las relaciones que se establecen entre el mundo y la divinidad en cada pensamiento religioso.

Existen varias versiones de la concepción del hombre de la cual 3 de ellas son las más utilizadas o nombradas por así decirlo.

1.-Concepcion religiosa:

La concepción judeo-cristiana no es, obviamente, un resultado de la filosofía o de la ciencia. En sus líneas fundamentales esta concepción se encuentra en el Génesis. Allí el hombre, en cuerpo y en alma, es una creación de un Dios personal, que lo ha conformado a su imagen y semejanza. De Adán< y Eva, la pareja primitiva, descienden todos los hombres. Ambos vivían en un estado paradisíaco en el que todo les era dado o concedido. Así fue hasta que el hombre pecó violentando la voluntad divina. Ese pecado llevó a la caída, a la pérdida del paraíso, de la inmortalidad, y de la gracia divina.Sin embargo la

doctrina cristiana, Jesucristo, con su venida y su sacrificio, ha de conseguir para el hombre la redención. Jesús, Dios y hombre, restablecerá la relación filial con Dios.

Además, según el relato del Génesis, la divinidad entregó a los hombres el dominio y la posesión de los animales y del resto de las criaturas, de toda la naturaleza, por lo cual la condición humana posee un sitio privilegiado en la totalidad de la creación.

2.-Concepción griega:

La segunda concepción clásica sobre el hombre, puntualizada en la obra de Scheler que acabamos de mencionar, es la griega. Aquí el hombre es entendido como un ser dotado de razón. Un homo sapiens. La racionalidad diferencia al hombre del resto de los animales y lo encumbra por encima de toda la naturaleza.

El agente específico que separa al hombre de todo el resto de los entes, es la razón o logos. Y es mediante esta razón que el hombre puede enseñorearse con el conocimiento de todos los seres: la divinidad, la totalidad de los objetos del mundo, y a sí mismo. Puede obrar libremente y escoger y puede, también, operando sobre la naturaleza, transformarla por los artificios de la técnica.

El logos humano, para muchos filósofos griegos, es entendido como parte del logos divino. Por este motivo el hombre es un ser en el cual anida una chispa de la divinidad.

Estas nociones son las que más han predominado en Occidente. Y con algunas variaciones las hallamos en Sócrates, Platón, Aristóteles, Descartes, Kant, Hegel...

3.-Concepción naturalista:

La tercera noción del hombre lo ha de caracterizar como homo faber. Esta idea proviene del naturalismo de sesgo positivista o pragmático y ha de recibir un impulso decisivo a partir de la teoría de la evolución de Charles Darwin.

Para esta concepción no hay una racionalidad como facultad separada, y específica del ser humano. No hay entre el hombre y los demás animales diferencias de esencia, sino de grado. Las mismas características del reino animal, son las del hombre, con mayor complejidad. El alma o el espíritu no son entidades autónomas y están vinculadas a la materia. Todo contacto con la realidad opera mediante los órganos de los sentidos. Dotado de instintos es un animal más, cuyo cerebro posibilita una inteligencia técnica. Así Scheler, para esta concepción, ha de decir que entre un mono y Edison, sólo hay variaciones cuantitativas. El hombre es poseedor de un idioma, o conjunto de señales y está posibilitado de manejar útiles e instrumentos por la complejidad de su sistema nervioso.

No obstante, Bacon, Hume, Comte, Darwin, son algunos de los más egregios sostenedores de este pensamiento. También hallamos a Carlos Marx, con su materialismo dialéctico y su materialismo histórico.

1.1.-BIOGRAFIAS Y TEORIAS

1.1.1.-FRANCESCO DE REDI

IMAGEN 1 . Francesco de Redi

Francesco o Francisco Redi; Arezzo, 1626 - Pisa, 1698) Naturalista, médico y poeta italiano. Por la diversidad de ramas del saber que cultivó, aun sin unificarlas, por su agudo ingenio y sobre todo por sus cualidades de sagaz observador de los hechos naturales, Francesco Redi es una personalidad de capital importancia en la vía que Galileo había abierto en su misma época.

Francesco Redi fue sincera y escrupulosamente religioso, alegremente bondadoso e íntegro, y supo pese a ello manejarse muy bien en medio de la difícil sociedad contemporánea. Como científico, sus experiencias e investigaciones en algunos campos de la biología y la medicina constituyen el punto de arranque de progresos modernos, entre ellos dio mayor importancia en la historia de la ciencia tendría su obra Experimentos en torno a la generación de los insectos (1668), donde adoptó por primera vez en la historia una posición contraria a la teoría de la generación espontánea, aceptada desde tiempos de Aristóteles. La afirmación según la cual de la carne en putrefacción nacen larvas de dípteros, basada sobre la comprobación empírica, fue desmentida por Redi, que emprendió rigurosos experimentos, aislando cadáveres y carne expuestos al aire en envolturas de gasa y de papel. Ello le permitió concluir que las larvas nacen de huevos que los insectos ponen en la carne y no de su putrefacción. Pese a ello, cuando se descubrieron un siglo más tarde los primeros microorganismos, se haría una nueva llamada a la generación espontánea para demostrar su pululación en sustancias y líquidos putrefactos

La vía experimental tomada por Redi se aprecia también en obras como Observaciones acerca de las víboras (1664), en la que desacreditó mediante experiencias muchas falsas ideas sobre el origen y propiedades de ciertos venenos. En un campo afín se encuentran las Observaciones acerca de los animales vivos que se encuentran en los animales vivos (1684), cuyo valor consiste esencialmente en la exactitud de las descripciones de las especies (hasta el punto de que podemos fácilmente clasificarlas con nuestros actuales sistemas) y en la interpretación del fenómeno parasitario determinado por la presencia de helmintos (lombrices) en los animales o en el hombre. Es precisamente este último aspecto el que hace considerar la obra de Redi como el primer tratado de helmintología general y por lo tanto la primera base de aquella ciencia que hoy se llama parasitología.

1.1.2.- CHARLES DARWIN

IMAGEN 2. Charles Darwin.

Charles Robert Darwin nació en Sherewsbury el 12 de febrero de 1809. Fue el segundo hijo varón de Robert Waring Darwin, médico de fama en la localidad, y de Susannah Wedgwood, hija de un célebre ceramista del Staffordshire, Josiah Wedgwood, promotor de la construcción de un canal para unir la región con las costas y miembro de la Royal Society. Su abuelo paterno, Erasmus Darwin, fue también un conocido médico e importante naturalista, autor de un extenso poema en pareados heroicos que presentaba una alegoría del sistema linneano de clasificación sexual de las plantas, el cual fue un éxito literario del momento; por lo demás, sus teorías acerca de la herencia de los caracteres adquiridos estaban destinadas a caer en descrédito por obra, precisamente, de su nieto. Además de su hermano, cinco años mayor que él, Charles tuvo tres hermanas también mayores y una hermana menor. Tras la muerte de su madre en 1817, su educación transcurrió en una escuela local y en su vejez recordó su experiencia allí como lo peor que pudo sucederle a su desarrollo intelectual. Ya desde la infancia dio muestras de un gusto por la historia natural que él consideró innato y, en especial, de una gran afición por coleccionar cosas (conchas, sellos, monedas, minerales) el tipo de pasión «que le lleva a uno a convertirse en un naturalista sistemático, en un experto, o en un avaro».

En octubre de 1825 Darwin ingresó en la Universidad de Edimburgo para estudiar medicina por decisión de su padre, al que siempre recordó con cariño y admiración (y con un respeto no exento de connotaciones psicoanalíticas); la hipocondría de su edad adulta combinó la desconfianza en los médicos con la fe ilimitada en el instinto y los métodos de tratamiento paternos. Sin embargo Darwin no consiguió interesarse por la carrera; a la repugnancia por las operaciones quirúrgicas y a la incapacidad del profesorado para captar su atención, vino a sumarse el creciente convencimiento de que la herencia de su padre le iba a permitir una confortable subsistencia sin necesidad de ejercer una profesión como la de médico. De modo que, al cabo de dos cursos, su padre, dispuesto a impedir que se convirtiera en un ocioso hijo de familia, le propuso una carrera eclesiástica. Tras resolver los propios escrúpulos acerca de su fe, Darwin aceptó con gusto la idea de llegar a ser un clérigo rural y, a principios de 1828, después de haber refrescado su formación clásica, ingresó en el Christ's College de Cambridge.

Más que de los estudios académicos que se vio obligado a cursar, Darwin extrajo provecho en Cambridge de su asistencia voluntaria a las clases del botánico

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