La Diabetes y como afecta al ser humano
IrwintorresmDocumentos de Investigación28 de Enero de 2016
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Introducción
La diabetes mellitus tipo 1 (formalmente conocida como insulinodependiente) es una enfermedad autoinmune en la cual las células β de los islotes pancreáticos son destruidos causando una disminución de la producción de insulina, que es una hormona que ayuda a transportar la glucosa desde el torrente sanguíneo hasta el interior de las células para suministrarles energía. La deficiencia de insulina en el organismo causa eventualmente altas concentraciones de glucosa en la sangre, produciendo daño a muchas estructuras del cuerpo, especialmente a vasos sanguíneos, corazón, ojos, riñones, encías, dientes y nervios. Esta forma de diabetes se desarrolla más frecuentemente en niños, adolescentes o adultos jóvenes, por lo que es conocida también como diabetes juvenil.
La diabetes mellitus tipo 1 fue reconocida desde tiempos muy antiguos por los egipcios, ya que ellos podían observar la pérdida de peso y el aumento de micción frecuente en los afectados, además pudieron ver que el sabor de la orina de estas personas era dulce, lo que no era normal en comparación con la gente sana. Más tarde se pudo determinar la cantidad de glucosa en sangre, lo que permitió a la medicina avanzar sobre esta enfermedad y encontrar diversos tratamientos para mantener a los afectados controlados y evitar complicaciones. Hoy en día se puede sospechar de la enfermedad por los signos y síntomas que se presentan con ésta, incluyendo polidipsia, poliuria, pérdida de peso, entre otros síntomas que son característicos de hiperglucemia.
Se pueden usar varios tipos de pruebas para el diagnóstico de la diabetes mellitus tipo 1, éstos muestran la concentración de glucosa en el torrente sanguíneo, y son de utilidad para el diagnóstico temprano de la enfermedad y así establecer un tratamiento, así también estas pruebas sirven de control para las personas que ya han sido diagnosticadas anteriormente para evitar cualquier complicación.
El tratamiento de la diabetes mellitus tipo 1 está enfocado al aumento de concentración de insulina en el cuerpo, ya sea inyectándole dosis de insulina al paciente y así sustituir la función del páncreas, o evitando la destrucción de las células productoras de insulina. Es importante que los afectados lleven una vida activa y con una alimentación saludable. La prevención de la enfermedad es útil para los pacientes que están predispuestos a desarrollar la enfermedad, o que se les ha diagnosticado en etapas tempranas y se puede interrumpir o retrasar el proceso.
En este trabajo se describe detalladamente toda la información sobre la diabetes mellitus tipo 1, comenzando por su historia, su epidemiología, patogenia, sus signos y síntomas, los procesos para el diagnóstico de la enfermedad, su tratamiento y su prevención.
Marco Teórico
- Historia
La diabetes fue reconocida por primera vez alrededor de 1500 A.C. por los antiguos egipcios, que lo consideraron una condición rara en la cual una persona había orinado excesivamente y perdió peso. El término, diabetes mellitus, reflejando el hecho de que la orina de los afectados tenía un sabor dulce, fue usado primero por el médico griego Areteo, quien vivió de cerca de 80 a 138 D.C. Sin embargo, no fue hasta 1776, que Matthew Dobson en realidad midió la concentración de glucosa en la orina de tales pacientes y encontró que ésta estaba aumentada.
La diabetes era una entidad clínica reconocida cuando el New England Journal of Medicine and Surgery fue fundado en 1812. Su prevalencia en el momento no estaba documentada, y esencialmente no se sabía nada sobre los mecanismos responsables de la enfermedad. Ningún tratamiento efectivo estaba disponible, y la diabetes era uniformemente fatal dentro de semanas o meses después de su diagnóstico debido a la deficiencia de insulina. En los 200 años transcurridos, se hicieron grandes avances fundamentales en nuestra comprensión de las causas subyacentes de la diabetes y el enfoque para su prevención y tratamiento. Aunque la diabetes aún es asociada con una menor esperanza de vida, el pronóstico para los pacientes con esta enfermedad ha mejorado dramáticamente y los pacientes generalmente llevan una vida activa y productiva por muchas décadas después de que se ha realizado el diagnóstico. Muchas terapias eficaces están disponibles para el tratamiento de la hiperglucemia y sus complicaciones. El estudio de la diabetes y aspectos del metabolismo de la glucosa ha sido tan fértil para la investigación científica que 10 científicos han recibido el Premio Nobel por investigaciones relacionadas con la diabetes desde 1923. Por lo tanto, como resultado de los esfuerzos de los últimos 200 años, hay buenas noticias para divulgar sobre diabetes.
Irónicamente, aunque los avances científicos han llevado a estrategias efectivas para prevenir la diabetes, el camino hacia la cura ha permanecido elusivo. Hace dos siglos, la deficiencia de insulina severa dominó la presentación clínica de la diabetes. Aunque es posible que algunas personas tuvieran formas más leves de la hiperglucemia en aquel momento, en gran medida escaparon de la detección clínica. En 2012, el espectro común de diabetes es muy diferente. Aunque la deficiencia de insulina severa ocurre todavía, ahora representa sólo 10% del total de casos y puede ser fácilmente tratada con insulina. La mayoría de los pacientes con diabetes tiene sobrepeso y tiene una combinación de resistencia a la insulina y la secreción de insulina deteriorada. La prevalencia de esta forma de diabetes ha aumentado dramáticamente, particularmente en las últimas tres o cuatro décadas, resultando en una epidemia mundial que ha hecho a la diabetes una de las condiciones médicas más comunes y graves que la humanidad ha enfrentado.
- Epidemiología
Desafortunadamente, la mejora en los resultados para los pacientes con diabetes no ha resultado en mejoras similares desde la perspectiva de salud pública. La prevalencia de diabetes en todo el mundo ha seguido aumentando dramáticamente. La dificultad en la aplicación de los principios del cuidado de la diabetes del paciente individual a la población refleja los desafíos únicos de implementar resultados de la investigación y efectuar el cambio del comportamiento. Según un artículo publicado por CDC (Centers for Disease Control and Prevention), durante el periodo entre 1980 y 2010, el número de casos diagnosticados de diabetes aumentó de 5.6 millones a 20.9 millones, representando el 2.5% y 6.9% de la población, respectivamente. Casi el 27% de las personas mayores de 65 años de edad tienen diabetes. Si continúan las tendencias actuales, 1 de cada 3 adultos en Estados Unidos podrían tener diabetes en el año 2050. La Asociación Americana de Diabetes estima que el costo de la diabetes diagnosticada en los Estados Unidos fue de $ 174 billones en 2007, y los esfuerzos para prevenir y tratar la diabetes amenazan con abrumar a los sistemas de salud en todo el mundo.
- Patogenia
La diabetes mellitus tipo 1, diabetes juvenil o diabetes dependiente de insulina, que representa sólo un 5 – 10% de las personas con diabetes, resulta de una selectiva destrucción autoinmune de las células β del páncreas. Los marcadores de la destrucción inmune de las células β incluyen autoanticuerpos de la célula del islote pancreático, autoanticuerpos a la insulina, autoanticuerpos a decarboxilasa del ácido glutámico (GAD65) y los autoanticuerpos a las fosfatasas de tirosina IA-2 y IA-2β. Generalmente estos autoanticuerpos están presentes en 85-90% de las personas cuando la hiperglucemia en ayunas es detectada por primera vez. Además, la enfermedad tiene fuertes asociaciones HLA, con vinculaciones a los genes DQA y DQB, y es influido por los genes DRB. Estos alelos de HLA-DR/DQ pueden ser predisponentes o protectores.
En esta forma de diabetes, la tasa de destrucción de células β es bastante variable, siendo rápida en algunos individuos (principalmente los bebés y niños) y lenta en otros (principalmente adultos). Algunos pacientes, especialmente niños y adolescentes, pueden presentar cetoacidosis como la primera manifestación de la enfermedad. Otros tienen modesta hiperglucemia en ayunas que puede cambiar rápidamente a hiperglucemia severa o cetoacidosis en presencia de infección o estrés. Sin embargo otros, particularmente los adultos, pueden retener función de las células β residuales suficiente para prevenir la cetoacidosis durante muchos años; tales individuos eventualmente se vuelven dependientes de insulina para sobrevivir y corren el riesgo de cetoacidosis. En esta última etapa de la enfermedad, hay poca o ninguna secreción de insulina, como manifestación por niveles bajos o indetectables de péptido C plasmático. La diabetes inmunitaria ocurre comúnmente en la infancia y la adolescencia, pero puede ocurrir a cualquier edad, incluso en la octava y novena décadas de la vida.
La destrucción autoinmune de las células β tiene varias predisposiciones genéticas y también se relaciona con factores ambientales aún pobremente definidos. Aunque los pacientes son raramente obesos cuando presentan este tipo de diabetes, la presencia de obesidad no es incompatible con el diagnóstico. Estos pacientes también son propensos a otras enfermedades autoinmunes tales como la enfermedad de Graves, tiroiditis de Hashimoto, enfermedad de Addison, vitíligo, esprúe celíaco, hepatitis autoinmune, miastenia gravis y anemia perniciosa.
Cuadro clínico
Los síntomas de la diabetes pueden ser pronunciados, leves, o incluso ausentes. A menudo no se diagnostica la diabetes porque muchos de sus síntomas parecen inofensivos. Estudios recientes indican que la detección temprana y el tratamiento de los síntomas de la diabetes pueden disminuir la posibilidad de tener complicaciones de diabetes.
Los síntomas de diabetes mellitus tipo 1 incluyen poliuria, polidipsia, pérdida de peso, a veces con polifagia, y visión borrosa. El deterioro del crecimiento y la susceptibilidad a ciertas enfermedades también puede acompañar a la hiperglucemia crónica. Las consecuencias que pueden poner en riesgo la vida de una diabetes incontrolada son la hiperglucemia con cetoacidosis o el síndrome hiperglucémico hiperosmolar no cetósico.
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