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La REvolucion Ambiental

monoba22 de Mayo de 2014

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La Revolución Ambiental

La reestructuración de la economía global según los principios de la ecología representa la mayor oportunidad de inversión de la historia. En escala, la Revolución Ambiental es comparable a las revoluciones Agrícola e Industrial que la precedieron.

La Revolución Agrícola cambió la faz de la Tierra.

El Sol y otras energías renovables protagonizarán la Revolución Ambiental.

Enero, 2007. La Revolución Agrícola implicó reestructurar la economía alimentaria, cambiando desde una forma de vida nómada basada en la caza y la recogida aleatoria de frutos, a una forma de vida basada en la labranza del suelo. Aunque la agricultura se inició como complemento a la caza y a la recolección, finalmente la substituyó casi completamente. La Revolución Agrícola aclaró de hierba y árboles una décima parte de la superficie de la Tierra para que pudiera ser arada y plantar las cosechas. A diferencia de la cultura de cazador-recolector que tenía poco efecto en la tierra, esta nueva cultura del cultivo transformó literalmente la superficie del planeta.

La Revolución Industrial ha estado en marcha durante dos siglos, aunque en algunos países todavía está en sus primeros estadios. Desde sus incios el punto clave fue el cambio de la madera a los combustibles fósiles, un cambio que marcó el inicio de la etapa de extensión masiva de la actividad económica. De hecho, la característica que la distingue es el apropiamimento de extensas cantidades de energía solar almacenadas debajo de la superficie de la tierra en forma de combustibles fósiles. Mientras que la Revolución Agrícola transformó la superficie de la Tierra, la Revolución Industrial está transformando la atmósfera de la Tierra.

Revolución Ambiental vs. Revolución Industrial

La productividad adicional generada por la Revolución Industrial posibilitó la liberación de enormes cantidades de energías creativas. Y también dio a luz a nuevas formas de vida y a la era más ambientalmente destructiva de la historia humana, poniendo el mundo en dirección a un eventual declive económico.

La Revolución Ambiental se parece a la Revolución Industrial en el hecho de que cada una es dependiente del cambio a una nueva fuente de energía. Y como ambas revoluciones anteriores, la Revolución Ambiental afectará el mundo entero.

Hay diferencias en la escala, la sincronización, y el origen entre las tres revoluciones. Pero a diferencia de los dos primeras, la Revolución Ambiental debe comprimirse en cuestión de décadas. Las otras revoluciones fueron generadas por nuevos descubrimientos, por avances en la tecnología, mientras que esta revolución, que también será facilitada por las nuevas tecnologías, está siendo generada por nuestra necesidad de hacer las paces con la naturaleza.

Oportunidades en la Revolución Ambiental

No ha habido antes una situación para la inversión como ésta. Los 1,7 billones de US$ que el mundo gasta actualmente cada año en petróleo, la principal fuente de energía, proporciona cierta información sobre cuánto podría gastarse en energía en la sociedad de la eco-economía. La diferencia entre las inversiones en combustibles fósiles y ésas en energía eólica, celdas solares y energía geotérmica es que se basan en fuentes inagotables.

Para los países en vías de desarrollo dependientes del petróleo importado, las nuevas fuentes de energía prometen liberar el capital para la inversión en fuentes de energía domésticas. No muchos países tienen sus propios yacimientos de petróleo, pero todos tienen viento y energía solar que están esperando a ser aprovechados. En términos de extensión económica y de generación de trabajo, estas nuevas tecnologías de la energía son un don del cielo. Las inversiones en eficiencia energética crecerán rápidamente simplemente porque reducen gastos y hasta generan beneficios. Supuestamente, en todos los países la energía ahorrada es la fuente más barata de la nueva energía.

Todos los sectores de la economía global serán tocados por la Revolución Ambiental. En esta nueva economía, algunas compañías saldrán ganadoras y algunas serán perdedoras. Los que participan en la construcción de la nueva economía serán los ganadores. Los que se aferren al pasado se arriesgan a formar parte de él.

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Adaptado del capítulo 12, " Building a New Economy", de Lester R. Brown, Plan B 2.0: Rescuing a Planet Under Stress and a Civilization in Trouble (New York: W.W. Norton & Company, 2006), disponible en www.earthpolicy.org/Books/PB2/index.htm Publicado en internet: 23 Enero 2007.

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l deseo de salvaguardar los múltiples espacios naturales y especies salvajes en peligro de desaparición, estimuló la creación de las principales organizaciones para proteger la naturaleza que se fundaron durante la primera mitad del siglo XX. Entre ellas destaca el National Trust británico, organizado al estilo de una fundación, que ha logrado salvar infinidad de parajes naturales del Reino Unido.

Paul Sarazin convocó, como presidente de la Liga Suiza para la Protección de la Naturaleza, una primera Conferencia Internacional sobre tal asunto, que se celebró en Berna (1913) y que cristalizaría años más tarde en la Unión Internacional para la conservación de la Naturaleza y de sus Recursos (UICN), organización independiente que agrupa a centenares de otras organizaciones públicas y privadas, al mismo tiempo que convoca sus famosas conferencias internacionales.

El impacto tecnológico y el desarrollo de la ecología política

El impacto de la tecnología sobre la Tierra no es sólo una preocupación para los "ecólogos ambientalistas", sino que prepara el futuro desarrollo de la ecología política. Podemos citar el ejemplo de Fairfield Osborn como ilustración de la evolución de una mentalidad simplemente ambientalista hacia unas posiciones más comprometidas y militantes, a medida que aumenta el convencimiento de que la mal llamada civilización industrial es la responsable máxima del deterioro del medio ambiente. Osborn publicó en 1948 Nuestro planeta saqueado, auténtica obra pionera de la ecología política, estudiando las consecuencias catastróficas hacia las que necesariamente debía llevar la malversación de los recursos naturales. En 1956 se publicó El papel del hombre en el cambio de la faz de la Tierra, interesante trabajo de W. L.Tomas, referente al impacto cada vez mayor del hombre sobre la naturaleza.

Durante largos años, los estudiosos preocupados por el constante aumento del nivel de contaminación como consecuencia del desarrollo industrial, sólo encontraban comprensión entre los grupos más sensibles al equilibrio armonioso de la naturaleza. La tónica general era la de un optimismo desmesurado en favor del "desarrollo", entendido básicamente como un constante crecimiento económico de todas las naciones. Esta filosofía se plasmó de modo evidente al iniciarse la década de 1960, con la proclamación por parte de la ONU del llamado "decenio del desarrollo", durante el cual se multiplicaron las iniciativas, presionadas las más de las veces por los países del Tercer Mundo, que no querían continuar siendo naciones parias en un mundo cada vez más rico.

Las catástrofes que revolucionaron la opinión mundial

Sin embargo, lo que difícilmente era escuchado en boca de los científicos más responsables, se impuso en la opinión internacional debido a cierto número de catástrofes ecológicas que acapararon la atención mundial. La primera fue la del naufragio del superpetrolero Torrey Canyon, al chocar a toda máquina contra los arrecifes de Seven Stones, en el archipiélago de las Scilly, situado al SO. de Cornualles, el 18 de marzo de 1967. En pocos días se formó una inmensa "marea negra" con las 120.000 toneladas derramadas de los tanques, que manchó costas y playas de Cornualles, isla de Guernsey y litoral francés de la Bretaña, principalmente en la comarca de Tréguier.

El siniestro del superpetrolero Torrey Canyon, generó una honda preocupación

mundial en una época en que no existía compresión hacia los temas medioambientales.

Los esfuerzos realizados para atajar el desastre, a menudo improvisados sobre la marcha, se demostraron todavía más perniciosos que la propia marea negra, sobre todo el vertido de más de 15.000 toneladas de detergente para disolver la mancha de hidrocarburo, con peores efectos que el petróleo sobre la flora y fauna de la zona.

A principios de 1969, otra importante marea negra amenazó las costas californianas, contaminando una extensa zona del canal de Santa Bárbara, al producirse un accidente, el 28 de enero, en una de las plataformas offshore que trabajaban frente a las playas norteamericanas. Nuevamente se conmocionó la opinión mundial, y de modo muy especial, la americana. Sin embargo, el pozo responsable del desastre entraba nuevamente en servicio en junio del mismo año. Desgraciadamente, las mareas negras se fueron repitiendo, provocando una sensación de impotencia en la opinión pública, que adivinaba que la contaminación deviene un auténtico peligro a escala mundial, confirmando las predicciones de los científicos más clarividentes.

Kyushu Isla de Japón, la más meridional de las cuatro grandes, entre el mar de la China Oriental (O) y el Pacífico (E), separada de Hondo por el estrecho

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