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La menstruación en la identidad femenina


Enviado por   •  30 de Enero de 2019  •  Ensayos  •  3.036 Palabras (13 Páginas)  •  77 Visitas

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Triana Almaraz Ruiz de Chávez

Universidad Iberoamericana

CDMX a 23 de noviembre de 2017

Persona y Humanismo

La menstruación en la identidad femenina

“No se nace mujer, se llega a serlo.”

– Simone de Beauvoir

En el siguiente trabajo hablaré sobre como la menstruación afecta las diferentes dimensiones vistas en clase en torno a la mujer, especificándonos en la formación del Yo, es decir, en la identidad como tal. Se habla sobre todo de como la dimensión social afecta la visión de la mujer hacia su propia menstruación, teniendo como consecuencia efectos en su vida diaria y en su auto concepto. A lo largo de la historia la menstruación ha sido un tema tabú desde todos los ángulos conocidos, incluso en varias religiones se le ha asociado con el demonio; muchas veces es razón suficiente para excluir a las mujeres de el resto de la población. Actualmente se busca romper estos mitos y educar a la sociedad sobre lo que implica físicamente menstruar, esto se hace por medio de redes sociales, cursos y círculos femeninos, además de educación a lo largo de la vida escolar desde la primaria hasta la preparatoria e incluso en muchas universidades. Pero son pocos los que hablan de las afecciones psicológicas, por lo que en este trabajo veremos como cada dimensión se conecta y afecta a la siguiente, causando así cambios en la identidad femenina.

        Las etapas reproductivas del ciclo vital, como son la menarquia o menarca, la menstruación y la menopausia, son importantes puesto que tienen una influencia en la construcción de la identidad femenina (Gembuel-Tunubalá & López Pardo, 2014).

        La identidad es considerada como un fenómeno subjetivo, de elaboración personal, que se construye simbólicamente en la interacción con el otro (Anónimo, s.f.).

        El ciclo menstrual es un fenómeno multidimensional, ya que en el hay influencias biológicas, psicológicas, sociales, espirituales y culturales, abarcando así todas las esferas que forman al ser humano. Hay de distinguir ciclo menstrual como el ciclo de aproximadamente 28, días dependiendo de la mujer, en el que hay variaciones biológicas y psicológicas, mientras que la menstruación es meramente el sangrado que marca el inicio de este ciclo (Gembuel-Tunubalá & López Pardo, 2014). Las mujeres suelen percibir su menstruación dependiendo de el contexto en el que viven; las creencias y actitudes colectivas no solo intervienen en lo que experimentan las mujeres, sino que se emplean como explicaciones para la conducta femenina (Botello-Hermosa & Casado-Mejia,2015).

        Las conductas e ideologías de una mujer, ante su periodo, ya sea presente o ausente, reflejan una serie de pensamientos acerca de lo que es ser mujer y hacia lo femenino, junto con su realidad siempre cambiante (Strahan, 2013). Por lo cual se puede pensar que la menstruación forma una parte importante de la identidad.

        La menarca puede ser tomada por la niña como la manifestación de que ha madurado y una señal de su femineidad, esto puede ser un evento lleno de alegría e ilusiones. Sin embargo no siempre es tomado de esta forma y llega a ser un evento traumático pues a menudo la menstruación tiene un carácter siniestro (Langer, 1990).

        Los Tabúes que hay al rededor de la menstruación han afectado desde el principio de los tiempo a la mujer y su identidad. Se ha encontrado que muchos de los miedos que tienen las mujeres con respecto a su menstruación tiene que ver con la educación que les dieron sus madres y ancestros. Hoy en día aún hay mujeres que creen y temen a la sangre menstrual ya que en muchas culturas se dice que ésta es tóxica e incompatible con el agua, por lo que su higiene en su periodo baja causando infecciones que solo afirman sus miedos a la toxicidad de este sangrado (Botello-Hermosa & Casado-Mejia,2015). Por ejemplo en la religión judía, la mujer durante su menstruación es considerada como impura, se le prohíbe entrar al templo y pisar tierra sagrada como la de los cementerios, al igual que dormir en la misma cama que su esposo para evitar contaminarlo, y es al final de su sangrado que la mujer debe de darse un baño purificador con agua de lluvia antes de tener relaciones con su cónyuge (Deutsch, 1947), mientras que en el cristianismo, la menstruación es una representación del pecado original de Eva, por lo que una mujer menstruando no puede ser miembro activo de la religión (Gembuel-Tunubalá & López Pardo, 2014).

        Lo primero que escucha una niña al tener su menarca es “ya eres una mujer”, por lo general esta frase proviene de su madre. Según la psicología, este cambio ayuda a la adolescente a poderse identificar completamente con ella, puesto que el  sangrado de la madre siempre fue consciente para la hija, sin embargo, al estar oculto puede causar creencias de que este es una desventaja de la mujer contra el hombre y la menarquía también puede causar una segunda envidia de pene, al igual que en la etapa fálica y se culpa a la madre por hacer a la hija como un ser incompleto igual que ella. Por otro lado, tomado de manera positiva le da un sentimiento de triunfo y alivio proveniente de dejarse de sentir como dependiente y que es capaz de renunciar al seno materno. Es común que para muchas niñas la primera menstruación cause angustia, pues esta significa renunciar a su cuerpo e identidad infantil y tener que formar una identidad nueva de mujer adulta, esta experiencia lleva a la niña, ahora adolescente a un duelo con pulsión de muerte (Langer, 1990).

        La actitud de parte de la mujer a su menstruación tiene que ver con la madurez psicológica que esta posee a la edad de su menarquia. Cuando su madurez es aún infantil, la niña tiende a protestar violentamente contra esta nueva responsabilidad y a ocultar de su familia las ropas sucias en diferentes partes de la casa, por ejemplo: en cajones o debajo de la cama. Además de que esta situación puede significar para ella limitaciones en actividades  diarias como realizar deportes tales como la gimnasia, baile y la natación (Deutsch, 1947), esto puede ser causa de la falta de información sobre productos de higiene femenina o por el tabú de que dichos productos hechos especialmente para realizar actividad física, como son la copa menstrual, la esponja marina y el tampón  afectan biológicamente la virginidad de la mujer.

        Si al tener la primera menstruación “ya eres mujer”, ¿las mujeres que no menstrúan no son mujeres? Al igual que la menarca es asociada con el dejar de ser una niña y ser una mujer, la menopausia suele ser vista socialmente como una etapa en que la mujer pierde su sexualidad, hay decadencia física y psíquica, por lo que causa un cambio más en el Yo y causa el inicio de una última crisis en el sexo femenino (Gembuel-Tunubalá & López Pardo, 2014). Muchas mujeres no sufren su edad sino hasta que se presentan los cambios biológicos que vienen con esta. Dolores de cabeza, engordar sin comer demás, depresiones, todo esto viene de la mano con la menopausia, y esto aterra a la mujer. El hablar de este tema es muy reciente, puesto que antes la expectativa de vida de la mujer era de poco más de cincuenta años y la menopausia se daba a mediados de los cuarenta. A diferencia de hoy en día que la expectativa de vida es de setenta y seis años y entonces la mayoría de las mujeres vive unos 25 años o más desde que se produce la menopausia  (Strahan, 2013), volviéndolo un tema necesario de tratar.

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