Los Guardianes del Océano

Los Guardianes del Océano

¿Te has preguntado alguna vez, que sucedería contigo si alguien de repente altera tu ritmo de vida?, te lleva a vivir a un lugar de donde no podrás salir nunca, se encargue de alimentarte, entrenarte y por si fuera poco prestarte para una especie de espectáculo.

Si algo así nos sucediera a nosotros, sin duda las autoridades correspondientes intervendrían, sin embargo los delfines están completamente indefensos ante esta situación. Ellos son tomados cruelmente de su habitad natural y llevados a reducidos delfinarios para ser entrenados y así poder convertirse en una de las principales atracciones de algunos parques acuáticos.

La vida de los delfines en cautiverio es aparentemente buena, las personas los atienden, los alimentan, juegan con ellos, se encargar de su reproducción etc. Sin embargo, todo esto trae severas consecuencias en los delfines.

Este texto tiene como propósito que analices cada uno de estos daños que los seres humanos les provocamos, para tomar conciencia y hacer lo que esté en nuestras manos para proteger y preservar la vida de estas magnificas criaturas, que solo quieren ser libres.

Hay muchísimas razones por las cuales estas hermosas criaturas no deberían estar en cautiverio, al igual que con los humanos la privación de la libertad es algo traumático, que cambia nuestras vidas para siempre.

Los delfines no solo sufren estando en el delfinario, su estancia ahí implica una captura y un transporte. Los cuales son mortales para muchos de ellos. La mayoría no logran soportarlo y mueren o quedan con daños irreversibles.

Pocos se ponen a pensar en el extenso viaje que estos animales hicieron desde el mar hasta el lugar del espectáculo, casi nadie se interesa en quienes y como los atrapan, o si están cómodos en su cautiverio.

La captura de delfines en un procedimiento muy complicado y delicado, la gran mayoría mueren ahogados en las redes y otros resultan heridos y abandonados al no ser útiles para la industria del cautiverio.

La captura de estas criaturas resulta perjudicial tanto para el animal capturado como para la manada, se sabe que estos animales por naturaleza son sociables, por lo que esta conducta es suprimida desde el momento que el animal entra en las redes, dejando un daño también en la manda.

En ocasiones los delfinarios prefieren capturar animales de poca edad lo que es aún peor para el delfín y su madre, ya que la relación que se establece entre ambos es muy importante para el crecimiento y desarrollo de la mayoría de las capacidades del delfín, es por eso que se dice que un delfín que creció en un cautiverio sin su madre no es tan inteligente y astuto como los delfines silvestres.

La muerte durante la captura de delfines es una gran amenaza para la supervivencia y la estabilidad de las manadas que ahí residen.

Una vez que superan la traumaste captura, tiene que pasar por otro difícil proceso, El traslado, el cual suele ser muy incómodo y peligroso para el animal.

Cuando los animales son atrapados en las redes, se les aplican algunos sedantes para manejarlos más fácilmente, dosis que en muchas ocasiones son usadas en exceso, lo que hace que el animal llegue muerto a su destino.

Se sabe que este trayecto es muy estresante para el animal ya que se han presentado increíbles casos de delfines que voluntariamente dejan de respirar o de comer hasta morir, lo cual debería ser una importante razón para detener el cautiverio de delfines, sin embargo, la falta de conciencia del ser humano no deja de sorprendernos.

Dejando de lado los problemas previos a la vida en cautiverio, analizaremos los serios problemas que ocurren dentro de los delfinarios, problemas que hoy en día son ignorados por la gran mayoría de hombres que tiene una ambición mucho más grande que el sentimiento de compasión hacia los seres vivíos con los que compartimos nuestro planeta tierra.

Se sabe que más del 50% de los delfines que entran a los delfinarios mueren en el llamado periodo de adaptación, esto sucede ya que ellos no tienen más remedio que limitar sus movimientos por los reducidos espacios con los que cuentan, ni el tanque más grande del mundo se asemeja a su verdadero hogar.

Los delfines están acostumbrados a recorrer varios kilómetros al día y sumergirse aproximadamente unos 400 kilómetros, además ellos cuentan con diferentes estímulos sensoriales, ya sea las vibraciones que recibe de las diferentes especies del mar o de los mismos miembros de su manada, estímulos que en su vida en cautiverio no tienen, es por eso que al llegar a los delfinarios sufren ataques de desesperación y estrés por el espacio del que carecen.

En muchos casos, especialmente en delfines de alta mar, la primera reacción de los animales es nadar directamente hasta estrellarse con las paredes da la alberca, muriendo en el acto. Otros golpean su cabeza contra las paredes del tanque una y otra vez intentando salir de esa jaula.

Ya que el cautiverio altera por completo la vida de los delfines, es importante mencionar que también altera muchas conductas que los delfines tienen en su habitad natural remplazándolas por conductas nuevas, por ejemplo, la reproducción, la socialización y la capacidad de capturar a sus propias presas de acuerdo a sus gustos y preferencias.

Uno de los increíbles métodos de alimentaciones del humano hacia el delfines es el que se lleva a cabo por medio de tubos introducidos en el estómago del delfín, esto se practica ya que los delfines no reconocen los

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