Los virus.
ceciliaherculesExamen2 de Marzo de 2013
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Los virus.
Son partículas pequeñas, su tamaño oscila entre los 24 nanómetros a los 300 nanómetros, se pueden considerar como moléculas grandes, es como una pequeña bolsa de proteína que encierra material genético en su interior. En los años treinta se descubrio, que los virus se componen principalmente de ácido nucleico y proteínas, estas últimas forman la cápside, que se conoce también como envoltura proteínica.
La siguiente foto nos muestra al virus de la influenza, de un ancho de 200 nm, responsable de enfermedades respiratorias,
Al hablar de material genético se piensa que es un ser vivo, cuando estas partículas se purifican en el laboratorio, forman cristales y los Las células son los seres vivos mas pequeños que existen, los virus son los parásitos de las células, fuera de las células no crecen ni se reproducen, pero cuando uno de ellos infecta a una célula se produce una transformación, se adhiere a la superficie celular e inyecta en ella su material genético, el material genético del virus destruye su interior y utiliza la maquinaria celular para copiarse a si mismo, en pocos tiempo la célula infectada se convierte en un medio poblada de cientos de nuevos virus, luego la célula se rompe y esparce al medio a estos nuevos virus.
mismos pueden ser considerados como medios sin vida, estas partículas se abren paso entre los seres vivos y pueden causar daño en los mismos.
Los virus son muy abundantes, como en la biomasa de los océanos, que esta formadas por ellos, son además muy diversos genéticamente hablando y son capaces de llevar genes nuevos a otras células y de proporcionarles con ellos nuevas facultades, en la evolución que tiene su base en la adaptación al medio y la lucha por la supervivencia un nuevo gen puede tener un gran valor y el virus que lo transmite tendría facultades que pueden modificar las propiedades de otros seres vivos.
Un virus no es más que un agente infeccioso que vive y se reproduce dentro de las células vivas. Son tan diminutos que ni siquiera se ven directamente con microscopios de luz. Pueden infectar a cualquier tipo de organismo, animales, plantas e incluso bacterias. Al parecer se les haya en todos los ecosistemas del planeta y son los más abundantes entre los conjuntos biológicos.
Características
La estructura de un virus es muy simple. Se compone de dos o tres partes: el material genético a partir del ADN o ARN, una capa proteica protectora de estas moléculas genéticas, y en ocasiones una cubierta de lípidos que rodea a la proteína cuando está fuera de la célula.
Los virus tienen formas helicoidales que pueden variar hasta ser mucho más complicadas. Se cree que estas estructuras tuvieron su origen en fragmentos de ADN que se mueven entre las células (plásmidos) o en la evolución de algunas bacterias.
El tamaño y forma de los virus son muy variables. Hay dos grupos estructurales básicos: isométricos, con forma de varilla o alargados, y virus complejos, con cabeza y cola (como algunos bacteriófagos). Los virus más pequeños son icosaédricos (polígonos de 20 lados) que miden entre 18 y 20 nanómetros de ancho (1 nanómetro = 1 millonésima parte de 1 milímetro). Los de mayor tamaño son los alargados; algunos miden varios micrómetros de longitud, pero no suelen medir más de 100 nanómetros de ancho. Así, los virus más largos tienen una anchura que está por debajo de los límites de resolución del microscopio óptico, utilizado para estudiar bacterias y otros microorganismos.
Muchos virus con estructura helicoidal interna presentan envueltas externas (también llamadas cubiertas) compuestas de lipoproteínas, glicoproteínas, o ambas. Estos virus se asemejan a esferas, aunque pueden presentar formas variadas, y su tamaño oscila entre 60 y más de 300 nanómetros de diámetro. Los virus complejos, como algunos bacteriófagos, tienen cabeza y una cola tubular que se une a la bacteria huésped. Los poxvirus tienen forma de ladrillo y una composición compleja de proteínas. Sin embargo, estos últimos tipos de virus son excepciones y la mayoría tienen una forma simple.
historia
La existencia de los virus se estableció en 1892, cuando el científico ruso Dmitry I. Ivanovsky, descubrió unas partículas microscópicas, conocidas más tarde como el virus del mosaico del tabaco. En 1898 el botánico holandés Martinus W. Beijerinck denominó virus a estas partículas infecciosas. Pocos años más tarde, se descubrieron virus que crecían en bacterias, a los que se denominó bacteriófagos. En 1935, el bioquímico estadounidense Wendell Meredith Stanley cristalizó el virus del mosaico del tabaco, demostrando que estaba compuesto sólo del material genético llamado ácido ribonucleico (ARN) y de una envoltura proteica. En la década de 1940 el desarrollo del microscopio electrónico posibilitó la visualización de los virus por primera vez. Años después, el desarrollo de centrífugas de alta velocidad permitió concentrarlos y purificarlos. El estudio de los virus animales alcanzó su culminación en la década de 1950, con el desarrollo de los métodos del cultivo de células, soporte de la replicación viral en el laboratorio. Después, se descubrieron numerosos virus, la mayoría de los cuales fueron analizados en las décadas de 1960 y 1970, con el fin de determinar sus características físicas y químicas.
. Los virus en la medicina
Los virus representan un reto importante para la ciencia médica en su combate contra las enfermedades infecciosas. Muchos virus causan enfermedades humanas de gran importancia y diversidad.
Entre las enfermedades virales se incluye el resfriado común, que afecta a millones de personas cada año. Otras enfermedades tienen graves consecuencias. Entre éstas se encuentra la rabia, las fiebres hemorrágicas, la encefalitis, la poliomielitis y la fiebre amarilla. Sin embargo, la mayoría de los virus causan enfermedades que sólo producen un intenso malestar, siempre que al paciente no se le presenten complicaciones serias. Algunos de éstos son la gripe, el sarampión, las paperas, la fiebre con calenturas (herpes simple), la varicela, los herpes (también conocidos como herpes zóster), enfermedades respiratorias, diarreas agudas, verrugas y la hepatitis. Otros agentes virales, como los causantes de la rubéola (el sarampión alemán) y los citomegalovirus, pueden provocar anomalías serias o abortos. El síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA), está causado por un retrovirus. Se conocen dos retrovirus ligados con ciertos cánceres humanos, y se sospecha de algunas formas de papilomavirus. Hay evidencias, cada vez mayores, de virus que podrían estar implicados en algunos tipos de cáncer, en enfermedades crónicas, como la esclerosis múltiple, y en otras enfermedades degenerativas. Algunos virus tardan mucho tiempo en originar síntomas, y producen las llamadas enfermedades víricas lentas, como la enfermedad de Creutzfeldt-Jacob y el kuru, en las que se destruye el cerebro gradualmente.
Todavía hoy se descubren virus responsables de enfermedades humanas importantes. La mayoría pueden aislarse e identificarse con los métodos actuales de laboratorio, aunque el proceso suele tardar varios días. Uno de ellos es el rotavirus que causa la gastroenteritis infantil.
5. Propagación
Los virus se propagan pasando de una persona a otra, causando así nuevos casos de la enfermedad. Muchos de ellos, como los responsables de la gripe y el sarampión, se transmiten por vía respiratoria, debido a su difusión en las gotículas que las personas infectadas emiten al toser y estornudar. Otros, como los que causan diarrea, se propagan por la vía oral-fecal. En otros casos, la propagación se realiza a través de la picadura de insectos, como en el caso de la fiebre amarilla y de los arbovirus. Las enfermedades virales pueden ser endémicas (propias de una zona), que afectan a las personas susceptibles, o epidémicas, que aparecen en grandes oleadas y atacan a gran parte de la población. Un ejemplo de epidemia es la aparición de la gripe en todo el mundo, casi siempre, una vez al año.
LA OTRA CARA DE LOS VIRUS
El surgimiento y resurgimiento de los virus se deben en parte a su relativo bajo nivel de complejidad, por lo que pequeños cambios en su información genética ocasionan grandes cambios en su estructura y funcionamiento general, lo cual permite evadir la respuesta inmunológica de los organismos, variar sus comportamientos dentro de las células hospederas y perder su sensibilidad a tratamientos comunes para esas enfer- medades. Un caso típico son los virus de la inmunodeficiencia humana (causantes de SIDA) cuyos tratamientos son generalmente limitados porque los virus que infectan al paciente son sustancialmente diferentes de los que evolucionan en su organismo en un determinado intervalo de tiempo.
Esta variabilidad de los virus, sin embargo, aparte de causarnos los problemas mencionados, se convierte en una herramienta muy útil en el estudio de la evolución de los organismos en el nivel molecular. El estudio de la variabilidad de los virus ha producido conocimientos en el ámbito de la evolución, lo cual puede ser aplicado hasta cierto punto y en diferentes formas a la generalidad de la biología.
Actualmente se considera a los virus no sólo como causantes de enfermedades sino también como agentes muy importantes que colaboran en el mantenimiento del equilibrio ecológico.
En los animales, de modo análogo, los retrovirus y los adenovirus, entre otros, pueden introducir información nueva a la célula infectada y posteriormente llevarse información
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