Maestría en Ciencias en Biodiversidad y Ecosistemas Tropicales

Ensayo Río+20

Lic. Maritza Tawas Penagos

Maestría en Ciencias en Biodiversidad y Ecosistemas Tropicales

El movimiento político Río+20 puede considerarse como una alternativa que puede ser exitosa para terminar con todo este desastre ecológico global que estamos generando. En el que necesitamos construir una nueva estructura de organización social, económica y política, partiendo de las experiencias de luchas reales de estos sectores quienes están verdaderamente siendo afectados por las decisiones de las grandes potencias y países desarrollados. Necesitamos separar lo bueno de lo malo, es decir, aquello de lo que podamos sacar fruto como la investigación y la ciencia, basándose en el bien del pueblo, ligado a la naturaleza. Por lo que la ciencia deberá dirigirse y establecerse en base a las necesidades locales y el uso responsable de los recursos naturales, dejando de lado la “economía verde” quien solo se basaba en beneficiar a los países desarrollados, sin importar las consecuencias que afectarían a los países subdesarrollados de donde se explotan estos recursos naturales.

La crisis económica presente en Europa y los demás países desarrollados, así como la demanda de recursos naturales, por el alto crecimiento poblacional de estos países repercuten fuertemente en la crisis ambiental global y profundizan las desigualdades sociales, por lo que generan nuevas crisis humanitarias. Todas estas demandas exigen una modificación profunda del sistema económico, social, cultural y político vigente.

En la actual estructura de poder mundial, controlada por los intereses de los países “desarrollados” y “emergentes”, no existe interés por poner en riesgo el “negocio del desarrollo”.

El capitalismo global funciona en dos velocidades. Por un lado, los países ricos están siendo golpeados por el estancamiento y por la crisis, sin embargo, las corporaciones acumulan dinero, los especuladores tienen garantizadas sus ganancias; pero a su vez, la mayoría de la población enfrenta problemas debido a las enormes tasas de desempleo, aumento de las desigualdades y fortalecimiento de las corrientes e iniciativas políticas de grupos racistas y xenófobos europeos.

La expansión económica de la economía global se realiza profundizando en sus contradicciones, tales como la desigualdad de derechos y concentración  de ingresos, superexplotación y carencia de trabajo, deterioro ambiental,  estructura agraria concentrada, crecimiento de los barrios pobres, servicios sociales nulos.

Ante la ausencia de otro paradigma de civilización que la confronte, la máquina capitalista se mueve con los mismos objetivos y la misma lógica de siempre: crecer más, ampliar las exportaciones e importaciones, producir y consumir más bienes industriales. A medida que millones de personas se adentran en la sociedad de consumo y buscan alcanzar el modo de vida que  el capitalismo exportó como ideal de felicidad, las personas exigen una  cantidad creciente de bienes, creados en la lógica de la obsolecencia programada, del uso privado, desperdicio y descarte. Y tiende a consumir cada vez más recursos. Este crecimiento trae consigo nuevas y futuras crisis  que aceleran las emisiones de gases efecto invernadero y/o calentamiento global.

El simbolismo que porta la conferencia de la cumbre Rio+20 ofrece, la oportunidad para que la sociedad civil se encuentre, plantee propuestas y organice sus luchas, presentando otro paradigma de economía, sociedad y política en el cual los graves problemas que se acumulan en esta crisis de civilización puedan ser confrontados y, eventualmente, superados.

Se trata de reorganizar las estructuras bajo las que nos movemos en beneficio de todos, basándose en las necesidades de cada una de las comunidades, tomando en cuenta los saberes autóctonos de cada localidad y no basarse en una estructura general global, basada en un modelo europeo o asiático, debido a que nuestras necesidades, nuestros recursos y nuestras visiones de un mundo, son totalmente diferentes. Siendo para los países desarrollados una estructura de producción masiva y consumismo, basados en lo que ellos llaman una visión de la vida ideal.

La cumbre del Río+20 agrupa las propuestas de trabajo en cuatro títulos:

1. Fundamentos éticos y filosóficos: subjetividad, dominación y emancipación
2. Derechos humanos, pueblos, territorios y defensa de la Madre Tierra  
3. Producción, distribución y consumo: acceso a la riqueza, bienes comunes y economía de transición  
4. Sujetos políticos, arquitectura del poder y democracia.  

Los fundamentos éticos y filosóficos son un desafío del orden filosófico y político, puesto que se trata de desarticular y descentralizar el pensamiento y la acción que ya se han convertido en parte del sentido común, siendo pilares de la civilización capitalista industrial, productivista y consumista, machista y racista que invade nuestras vidas, moldea nuestras cabezas y valores éticos y organiza la economía y el poder en la sociedad. Para ello los principios y valores éticos del cuidado, de la convivencia y del compartir deben estar en el centro de la reconstrucción de nuestra relación con la naturaleza, considerada como base indispensable para la vida humana, para toda vida.

Asociar la lucha por la justicia social a la lucha contra la destrucción ambiental es fundamental, puesto que una depende de la otra. Para hacerse titular de los derechos, de todos los derechos, la condición es reconocer la misma titularidad a todos los demás.

Los derechos y las responsabilidades se apoyan en el reconocimiento de la interdependencia ecológica y social como condición indiscutible para restablecer las bases de sustentabilidad de la vida y del planeta. Es mediante la cultura diversificada, que valoriza el potencial de la gente que la constituye, que es posible avizorar la sustentabilidad de la vida y del planeta. En este sentido, la paz no es solamente un objetivo para la biocivilización, sino una condición ética y política estratégica, ineludible para una sustentabilidad que dé lugar a todas las formas de vida.

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