Materia organica edáfica

INTRODUCCIÓN

La zona de ecotono entre el bosque andino patagónico y la estepa posee aproximadamente 2.200.000 hectáreas consideradas aptas para la implantación de especies exóticas de rápido crecimiento (Díaz 1997). La gran mayoría de estas tierras  se encuentran degradadas por haber sido sometidas en el pasado a un uso intensivo. Debido a esto grandes superficies han sido afectadas por procesos erosivos, que alteran las propiedades del suelo y los procesos biológicos que de él dependen.

A pesar que en la actualidad existen dudas sobre las consecuencias ambientales y los cambios que podrían producirse en las características del medio por la implantación de distintos tipos de bosques (FAO 1987, 1992) en los últimos años, en la región andino patagónica se han emprendido medidas para interrumpir los  procesos degradatorios a los que se ve sometida; mediante la implantación de nuevos bosques  con especies de rápido crecimiento (CIEFAP 2001). Dentro de los posibles efectos se encuentran los originados en el suelo, afectando propiedades físicas y químicas del mismo.

Una de las variables del suelo que se podrían modificar con la introducción de coníferas en el pastizal, es la cantidad y distribución de materia orgánica que se incorpora en el perfil del suelo por debajo del horizonte orgánico. Algunos investigadores han encontrado que al originarse un cambio de vegetación, al reemplazarse la vegetación original, independientemente de la comunidad que se trate, se puede provocar pérdida en el porcentaje total de materia orgánica edáfica y  un  cambio de clase textural a la que se asocia la fracción orgánica (Desjardins et al. 1994, Acosta et al. 2001, Manfrinato et al. 2001, Laclau 2002, 2003).

De la misma forma, la variación en el uso del suelo mediante forestaciones puede evitar la pérdida de materia orgánica causada por los agentes erosivos (Black, Harden 1995). Esta pérdida por erosión podría constituir una de las principales fuentes de emisión de carbono en Patagonia, considerando los antecedentes en ecosistemas similares de Estados Unidos (Lal 2001).

La materia orgánica edáfica, ya sea en forma de residuos orgánicos más o menos reconocibles, o bien en forma humificada y ligada a la fracción mineral, se considera un factor muy importante dado que en condiciones adecuadas mejora los principales parámetros físicos, químicos y biológicos del suelo (Labrador Moreno 1996). Los compuestos orgánicos aumentan la disponibilidad de nutrientes, la capacidad de almacenar agua y reducen las pérdidas por evaporación (Álvarez 2006, Labrador Moreno 1996). Además, las sustancias húmicas, por su alta estabilidad, fijan carbono, que generalmente no es considerado cuando se menciona la problemática del efecto invernadero.

El contenido de materia orgánica  de un suelo es un balance entre los ingresos de materiales principalmente de origen vegetal  y las salidas (Álvarez 2006). Si bien, al producirse un cambio en la vegetación, de pastizal de estepa a bosque de pino, hay un aumento significativo en el aporte aéreo (Buduba 2004) y en la biomasa radical (Huber, Trecaman 2000), esto, no implica por sí solo una ganancia de materia orgánica edáfica. Para que esto ocurra, se tiene que dar un incremento simultáneo en los procesos de humificación que dependen principalmente de la actividad biológica. Es decir, ante un cambio de vegetación la ganancia de materia orgánica edáfica es el resultado de un nuevo equilibrio entre los procesos de acumulación y descomposición.

El contenido de materia orgánica está muy relacionado con la textura del suelo (Álvarez 2006, Buschiazo et al. 1991). Las partículas finas poseen gran superficie específica formando complejos órgano – minerales que protegen al carbono de la oxidación microbiana. Por lo tanto, las arcillas minerales se vinculan y protegen la materia orgánica, mientras que en texturas más gruesas ésta se descompone más rápidamente (Paul et al. 2002).

Esto, sumado a que los suelos estudiados en este trabajo son derivados de ceniza volcánica, y que al meteorizarse, origina arcillas no cristalinas (alofánicas) es la principal causa de la abundante cantidad de materia orgánica que presentan estos suelos en los horizontes superficiales (Egawa 1980, Takahashi et al. 1994, Mora, Canales 1995),

Es decir, que la preexistencia de arcillas alofánicas, cuya formación esta determinada por el material geológico, la vegetación y el clima, permite la conservación en el suelo de altos porcentajes de materia orgánica (Campos Cascaredo et al. 2001).

A su vez, la variación en la constitución de la vegetación puede incidir en la meteorización de la ceniza volcánica (Dubroeucq et al. 2002); creando condiciones al modificar el material originario que favorezcan la formación de complejos órgano – minerales estables que incrementarían el contenido total de materia orgánica en el suelo (Duchaufour 1984).

Debido a la creciente preocupación sobre el medio ambiente y el calentamiento global, las razones antes mencionadas son de especial importancia en la actualidad, ya que varios estudios han mencionado que el suelo es el principal reservorio de carbono terrestre (Huch 2001,Paul et al. 2002).

OBJETIVO

El presente trabajo tiene como objetivo determinar las diferencias espaciales y temporales, en el contenido de materia orgánica a distintas profundidades según el tamaño de las partículas del suelo  en sitios del ecotono estepa-bosque andino patagónico donde existen cambios en el uso de la tierra, al implantarse pino ponderosa en áreas que originalmente eran pastizales.

HIPOTESIS

En base al objetivo planteado se propuso, para el ecotono estepa / bosque andino patagónico, la siguiente hipótesis:

▪ En bosque implantado de pino ponderosa sin sotobosque vivo se produce un aumento en el contenido de materia orgánica edáfica de la fracción limo + arcilla en relación a la estepa adyacente.

Al respecto Desjardins et al. (1994) señalan que ante un cambio de vegetación, la materia orgánica en la parte superior del perfil proveniente de un bosque tropical se asocia a la fracción más arcillosa, mientras que la que se origina en la pastura introducida, se vincula con la fracción más arenosa.

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