Medicina Ojo y Oido
JoseFlowers22Apuntes6 de Noviembre de 2017
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Nombre:
Cristhian Andree Flores Flroes
Tema:
Ojo y Oido
Materia:
Embriología
Docente:
Dr. Ramiro Duran
Gestión:
2016
La Paz – Bolivia
OJO Y OIDO
Objetivo general
Identificar los procesos por el cual pasan el ojo y oido
Objetivos específicos
- Reconocer el desarrollo del ojo y oído respectivamente
- Dar a aclarar que el oído y los conductos auditivos
- Como esta formada ojo
- Identificar las características de cada uno de ellos
Marco teórico
En el adulto, el oído forma una unidad anatómica que sirve tanto para la audición como — para el equilibrio. No obstante, en el embrión se desarrolla a partir de tres partes distintas y bien diferenciadas: /) el oído externo, el órgano que capta los sonidos; 2) el oído medio, un conductor del sonido desde el oído externo hasta el interno, y
3) el oído interno, que convierte las ondas sonoras en impulsos nerviosos y registra los cambios en el equilibrio.
OÍDO INTERNO
La primera indicación del desarrollo del oído puede observarse en embriones de aproximadamente 22 días como un engrosaniiento del ectodermo superficial, a cada lado del rombencéfalo (fig. 1^-1). Estos engrosamientos, las placodas óticas, se in- vaginan con rapidez y forman las vesículas óticas o auditivas (otocistos) (. Duraiite el
desarrollo posterior, cada vesícula se divide en: 1l un componente ventral que da origen al sáculo y al conducto coclear, y 2) un componente dorsal que forma el utrículo, los conductos semicirculares y el conducto endoliníatico En conjunto, estas estructuras epiteliales forman el laberinto membranoso.
Sáculo, cóclea y órgano de CortI
Durante la sexta semana del desarrollo, el sáculo forma una evaginación tubular en su parte interior. Esta prominencia, el conducto coclear, penetra en el mesénquima circundante formando una espiral hasta el final de la octava semana, cuando ha completado 2,5 vueltas (fig. 19-3 D, £). En ese momento, la conexión con la porción restante del sáculo se limita a un caiial estrecho, el conducto de Hensen
l‘)urante la décima semana, este caparazón cartilaginoso experimenta una vacuolizacióii y se forman dos espacios perilintaticos, la rampa vestibular y la rampa timpánica.A continuación, el conducto coclear se separa de la rampa vestibular mediante la membrana vestibular y de la rampa timpánica mediante la membrana basilar . La pared lateral del conducto coclear se mantiene unida al cartílago que la rodea mediante el ligamento espiral, mientras que su ángulo mediano está conectado a una apófisis cartilaginosa larga parcialmente sostenida, el modiolo, que constituye el ftiwro eje do la cóclea ósea.
Al principio, las células epiteliales del conducto coclear son similares (fig. 19-4 .4). Sin embargo, durante el desarrollo posterior forman dos bordes: el borde interno, que es el ftituro limbo espiral, y el borde externo (fig. 19-4 B). El borde externo torma una tila interior y tres o cuatro filas exteriores de células pilosas, las células sensitivas del sistema auditivo (fig. 19-5). Estas células están rcciibiertas por la membrana tectoria, una sustancia gelatinosa t'ibrilar unida al limbo espiral cuyo extremo descansa sobre las células sensitivas (fig. 19-5). En conjunto, las células sensitivas y la membrana tectoria constituyen el órgano de Corti. Los impulsos recibidos por este órgano son transmitidos al ganglio espira! y. después al sistema ner\‘¡oso, por las fibras auditivas del par craneal VIII (figs. 19-4 y 19-5).
Utrículo y conductos semicirculares
Durante la sexta semana del desarrollo, los conductos semicirculares tienen el aspecto de eva- ginaciones aplanadas en la parte utricular de la vesícula ótica (fig. 19-6.4,5). Las porciones centrales de las paredes de estas evaginacioncs se unen entre sí (tig. 19-6 B, C) y desapai'eccn, lo que origina tres conductos semicirculares (fig. 19-6; v. también fig. 19-8). Mientras que un extremo de cada conducto se dilata para formar las ramas amputares, el otro extremo, el de las ramas no ampulares, no se ensancha (fig, 19-6). No obstante, dado que dos de estas últimas se fusionan, en el utrículo sólo entran cinco ramas, tres con una ampolla y dos sin ella.
Las células de las ampollas forman un borde, la cresta ampular que contiene las células sensitivas células de este gangjio se originan en la cresta neu- ral. Posteriormente, el ganglio se divide en porciones cocleares y vestibulares, que inervan las células sensitivas del órgano de Corti y del sáculo, el utrículo y los conductos semicirculares, respectivamente.
OÍDO MEDIO Cavidad timpánica y conducto auditivo
La cavidad timpánica, que se origina en el en- doderniü, proviene de la primera bolsa faríngea (ñgs. 19-2 y 19-7). Esta bolsa se expande en dirección lateral y entra en contacto con el suelo de la primera hendidura faríngea. La parte distal de la bolsa, el seno tubotimpánico, se ensancha y origina la cavidad
timpánica primitiva; la parte proximal se mantiene estrecha y forma el conducto auditivo (trompa de Eustaquio) (ñgs. 19-7 B y 19-8), que comunica la cavidad timpánica con la nasofaringe.
Huesecillos
El martillo y el yunque se originan a partir del cartílago del primer arco faríngeo y el estribo, a partir del cartílago del segundo arco (fig. 19-9 .^4). Aunque los huesecillos aparecen durante la primera mitad de la vida fetal, se mandenen incrustados en el mesén- quima hasta el octavo mes (fig 19-9 B), momento en que el tejido circundante se disuelve (figs. 19-7,19-8 y 19-9 fi). A conrinuación, el revestimiento epitelial endodérmico de la cavidad timpánica primitiva se extiende a lo largo de la pared del nuevo espacio que se forma. Ahora, el tamaño de la cavidad timpánica se ha duplicado, como mínimo. Cuando los huesecillos se liberan por completo del mesénquima que los rodea, el epitelio endodérmico los conecta con la pared de la cavidad mediante estructuras parecidas aJ mesenterio (fig. 19-9 B). Los ligamentos de soporte de los huesecillos se desarrollan más tarde, en el interior de estos mesenterios.
Dado que el martillo deriva del primer arco faríngeo, su músculo, el tensor del tímpano, está inervado por la rama maxilar superior del nervio trigémino. El músculo estapedJo, que está unido aJ estribo, está inervado por el nervio facial, el nervio del segundo arco faríngeo.
Durante la vida fetal de las últimas etapas, la cavidad timpánica se expande en dirección dorsal mediante vacuolización del tejido circundante para formar el antro timpánico. Después del nacimiento, el epitelio de la cavidad timpánica invade el hueso de la apófisis mastoides que se está desarrollando y se forman sacos de aire revestidos de epitelio (neumatización). Más adelante, la mayor parte de los sacos mastoideos entran en contacto con el antro y la cavidad timpánicos. La extensión de inflamaciones del oído medio hacia el antro y las células de aire mastoideas es una complicación frecuente de las infecciones del oído medio.
OIDO EXTERNO
Conducto auditivo externo
£1 conducto auditivo externo se desarrolla a partir de la porción dorsal de la primera hendidura faríngea (fig. 19-7 /4). AI principio del tercer raes, las células epiteliales del fondo del conducto proliferan para formar una placa epitelial sólida, el tapón meatal (tlg. 19-7 B). En el séptimo mes,este tapón se disuelve y el revestimiento epitelial del suelo del conducto participa en la formación del tímpano definitivo. En algunos casos, el capón meatal persiste hasta el nacimiento, lo cual provoca sordera congénita.
Tímpano o membrana timpánica
El tímpano consiste en: 1) un revestimiento epitelial ectodérmico en el fondo del conducto auditivo:
2) un revestimiento epitelial endodérmico de la cavidad timpánica, y 3) una capa intermedia de tejido conjuntivo (fig. 19-9 B) que forma el estrato tibroso.
La mayor parte del tímpano está unida con firmeza al manubrio del martillo (figs. 19-8 y 19-9 B) y la porción restante forma la separación entre el canal auditivo externo y la cavidad timpánica.
Pabellón auricular
El pabellón auricular se forma a partir de seis proliferaciones mesenquimatosas en los extremos dorsales del primer y segundo arcos faríngeos, y rodea la primera hendidura faríngea (fig. 19-10). Estas prominencias (montículos auriculares), tres a cada lado del conducto externo, se Iñasionan más tarde y forman el pabellón auricular definitivo (fig. 19-lü). Dado que la fusión de los montículos auriculares es complicada, las anomalías en el desarrollo del pabellón auricular son fi’ecuentes. En un principio, los oídos externos se encuentran en la región inferior del cuello (fig. 19-10 A, B), pero con el desarrollo del maxilar inferior, ascienden hasta los lados de la cabeza, a la altura de los ojos.
CUPULA OPTICA Y VESICULA DEL CRISTALINO
En el embrión, los ojos aparecen a los 22 días como un par de surcos poco profundos a los lados del prosencéfalo . Al cerrarse el tubo
neural, estos surcos forman unas CN-aginadones del prosencéfalo, las vesículas ópticas. Posteriormente, estas vesículas entran en contacto con el ectoder- mo superficial e inducen cambios en el ectodermo que son necesarios para la formación del cristalino (íig. 20-1). Poco tiempo después, la vesícula óptica comienza a ínvaginarse y forma la cúpula óptica de pared doble (figs. 20-1 y 20-2 A).
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