ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Metodos Para La Hipoacusia

monchitex23 de Agosto de 2013

14.265 Palabras (58 Páginas)359 Visitas

Página 1 de 58

INTRODUCCION

La pérdida de audición es uno de los problemas de salud crónicos más comunes, afectando a personas de todas las edades, en todos los segmentos de la población y de todos los niveles socioeconómicos. La pérdida de audición afecta aproximadamente a 17 de cada 1.000 niños y jóvenes menores de 18 años. La incidencia aumenta con la edad: aproximadamente 314 de cada 1.000 personas mayores de 65 años sufre pérdida de audición. Ésta puede ser hereditaria o puede ser el resultado de una enfermedad, traumatismo, exposición a largo plazo al ruido, o medicamentos. La pérdida de audición puede variar desde una leve, pero importante disminución de la sensibilidad auditiva, a una pérdida total. La enfermería constituye una profesión que requiere de una profunda entrega y sacrificio a favor del paciente con un alto sentido del humanismo y la responsabilidad que harán de él, un ser humano más sensible y más capaz de enfrentarse a todas las adversidades y patologías que se presenten durante su camino como profesional y entre ellas está la sordera o hipoacusia (audición disminuida) que es un trastorno relativamente común que puede empezar en cualquier época de la vida y tener muchas causas. Aproximadamente la mitad de los casos de sordera se debe a causa de genética.

El conocimiento es el elemento más importante que posee un individuo para poder desarrollar la percepción de riesgo necesaria para proteger su salud, los métodos educativos que promuevan la identificación del trastorno auditivo (sordera) con el objetivo de preservar su salud y contribuir a proteger la del paciente. La sordera congénita es la que está presente desde el nacimiento (aunque rara vez es detectada antes de los seis meses) afecta a uno de los cuatrocientos bebes que suelen por lo demás normales, sin ninguna característica que los diferencie de otros (sordera aislada o no sindrómica).

Alrededor de un tercio de los casos es heredado, esto incluye aquellos en que los padres son oyentes, pero portadores sanos de una mutación determinante de sordera. Esta forma de herencia se llama recesiva.

En relación a la estructura del proyecto de investigación la misma consta de tres capítulos, los cuales se describen a continuación:

Para la realización de esta investigación se estructuró en varios capítulos:

En el capítulo I. El Problema, formado por: Planteamiento del Problema, Objetivos, Justificación, Alcances y Limitaciones.

En el capítulo II. Marco Teórico, se describen los Antecedentes que tienen relación con el estudio y las Bases Teóricas que dan sustento a la variable

En el capítulo III, Marco Metodológico: se definen el Tipo y Diseño de la Investigación, Población y Muestra, Sistema de Variables. Operacionalización, Instrumentos de Recolección de Datos, Validez del Instrumento, Procedimiento para la Recolección de Datos, Plan de Tabulación y Análisis Estadístico de los datos.

En el capítulo IV. Presentación de Datos y Análisis de los Resultados, los cuales se representan a través de tablas los resultados obtenidos y se realiza el análisis y discusión de los mismos

En el capítulo V. Conclusiones y Recomendaciones

Y por último las Referencias Bibliográficas y los Anexos.

CAPITULO I

EL PROBLEMA

1.1. Planteamiento del Problema.

Considerando la prevalencia de esta enfermedad a nivel mundial la organización mundial, la Organización Mundial de la Salud (OMS) (2010), sostiene en su informe epidemiológico que “la sordera y otras patologías asociadas a la audición como Otitis Serosa, Otosclerosis presviacusia, cortipatia, neurinoma, los traumatismos propician en los problemas escolar-educativo y social” (p. 82), así como enfermedades por la diversidad funcional constituye un apreciable porcentaje de los casos registrados en las instituciones de salud. Lo señalado por la Organización Mundial de la Salud de la sordera revela “que las patologías auditivas son un problema de salud pública que deben ser tratados ampliamente en una forma integral en las instituciones de educación” (p.97).

En el marco de los problemas de salud enmarcado en la audición se encuentra la sordera, esta patología o discapacidad en la últimas décadas se ha incrementado a cifras elevadas con los indicadores de morbilidad siendo una preocupación no solo en el ámbito de las instituciones de salud sino también en las organizaciones educativas donde se registran altos índices en la población escolar de acuerdo a Chermax y Musiels (2009), la sordera:

Es un trastorno de la audición y consiste en una disminución de la habilidad del cerebro de procesar las señales auditivas entrantes. Este trastorno puede ocurrir en niños adultos pero es mucho más común en los niños de hasta 3-5% y es dos veces más común en los varones el trastorno de procedo de audición (A.D.P.9 es más común que la perdida de la audición, p.26).

La deficiencia auditiva, además de la incapacidad o disminución de la audición, va a suponer en el niño una serie de consecuencias que estarán condicionadas por factores tan diversos como la edad de aparición de la deficiencia auditiva, el grado de pérdida auditiva, el nivel intelectual del sujeto, la existencia de restos auditivos, la colaboración e implicación familiar, la rehabilitación realizada.

Con mucha frecuencia se comete el error de creer que todos los deficientes auditivos son iguales y que su problema se centra únicamente en su pérdida auditiva, cuando en realidad el problema es mucho más complejo y es el desarrollo integral del sujeto el que se ve afectado de una manera global.

Las implicaciones que pueden aparecer como consecuencia de una deficiencia auditiva, serán más o menos significativas en función del grado de pérdida auditiva, si bien este planteamiento nunca se corresponderá totalmente con la realidad, debido a los factores anteriormente expuestos.

En el hipoacúsico las consecuencias aun siendo notorias, no supondrán alteraciones insalvables, mientras que en el sordo, las consecuencias son tantas y tan importantes que todo su desarrollo personal se ve comprometido.

Para Ehieta (2009) “existen deficiencias que pueden tener una relación con la diferencia en la forma en que se desarrollan en el cerebro del niño también pueden atribuirse a enfermedades neurológicas” (p.45).

Es importante conocer qué significa cada uno de esas definiciones, ya que de cara a una posible intervención, e incluso escolarización, se hará de una manera u otra, de una forma lo más adecuada posible para el niño que padece algún tipo de alteración en la forma de recibir la información que proviene por medio auditivo.

Así, la deficiencia auditiva se refiere a la existencia de una perdida en la audición, sin tener en cuenta el grado de pérdida de la misma. Es decir, cuando hablamos de deficiencia auditiva, nos referimos a un concepto grande que recoge al término de hipoacusia y de sordera.

Si la pérdida auditiva no es igual o superior a 90 decibelios, no referimos a hipoacusia. Si la pérdida auditiva supera ese umbral de audición, hablamos de sordera.

Es muy importante saber distinguir entre hipoacusia y sordera. Este último se suele reservar para aquellos niños que no tienen una audición funcional y, por consiguiente, no les permite la adquisición del lenguaje oral por vía auditiva, aunque si pueden hacerlo mediante la vía visual. De este modo, la visión se convierte en el medio más importante para la comunicación, ya que es el principal vínculo de unión entre el niño y el mundo.

Cuando hablamos de hipoacusia, aunque la audición es deficiente es funcional para la vida cotidiana y permite al pequeño procesar la información lingüística mediante la audición, aunque en su forma de expresarse oralmente podemos encontrar algún problema a la hora de articular o de entonar lo que quieren decir. Este tipo de problemas variará en función del grado de pérdida auditiva.

En la actualidad, es muy poco frecuente podemos encontrar con una pérdida auditiva total, siendo lo más frecuente que el niño tenga algún grado de audición residual. Por ello cada vez emplea más el término de deficiencia auditiva en lugar de sordera que ha estado normalmente relacionado con la pérdida total de audición. Por razones similares, cada vez se está hablando más de niño con pérdida auditiva en lugar de niño sordo.

La Organización Panamericana de la Salud (OMS) (2010) refiere “una prevalencia promedio de hipoacusia del 17% para América Latina, en trabajadores con jornadas de 8 horas diarias, durante 5 días a la semana con una exposición que varía entre 10 a 15 años” (p. 33). Con estos resultados, Chile se convierte en el primer país de Latinoamérica que dispone de una Encuesta Nacional de Salud en que está incluida la hipoacusia (pérdida auditiva). Según el censo del año 2011, “66.524 personas presentaban una discapacidad auditiva, pero sólo se consideraba como discapacidad las sorderas severas y profundas. Según la Encuesta de Salud 2003, la prevalencia de hipoacusia afecta un 28.2% de los encuestados” (p.75).

En otro orden de ideas y a nivel nacional la información suministrada por el Proyecto Nacional Simón Bolívar (2007 – 2013) contempla en sus líneas generales “una transformación de la educación especial y en este sentido se presenta un diagnóstico de la población escolar como uno de los sectores más

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (95 Kb)
Leer 57 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com