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Moral, Historia y Cultura


Enviado por   •  19 de Octubre de 2015  •  Tareas  •  2.335 Palabras (10 Páginas)  •  478 Visitas

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Moral, historia y cultura[1]

Si partimos del presupuesto que el hombre es, por condición, un ser histórico, social, político, cultural..., habremos de reconocer, entonces, la condición histórica, social, temporal y cultural de la moral. Cuando nos encontramos arrojados al mundo, querámoslo o no, nos hallamos frente a un conjunto de normas, costumbres, valores, virtudes, vicios, modos de ser y acontecer, que forzosa y paulatinamente, vamos incorporando a nuestra existencia y en nuestra cotidianidad. Ello nos conduce a pensar en el carácter -histórico y cultural- de la moral; esto es, que la moral, la ética, los valores, las costumbres..., son construcciones humanas.

1. El carácter histórico de la moral

"Si por moral entendemos un conjunto de normas y reglas de acción destinadas a regular las relaciones de los individuos en una comunidad social dada, el significado, función y validez de ellas no pueden dejar de variar históricamente en las diferentes sociedades. Así como unas sociedades suceden a otras, así también las morales concretas, efectivas, se suceden y desplazan unas a otras". Esto nos puede facultar para hablar de moral en la antigüedad, en la edad media, en la modernidad, en la actualidad; de la moral de los griegos, de los egipcios, de los indios, de los colombianos, de las colectividades, de los individuos; de morales heterónomas y morales autónomas; en fin, de morales en el seno de las diversas sociedades y culturas.

La moral es histórica, porque designa un modo particular de comportarse un ser humano, una comunidad, una sociedad; realidades estas que naturalmente son históricas, por estar en constante proceso de constitución.

La ética, como reflexión sobre la moral, debe partir de la moral efectiva, esto es, de la multiplicidad de factores que constituyen el fenómeno moral, en condiciones particulares, concretas y determinadas; y no, de supuestos y principios absolutos, a priori, meta o trans históricos y culturales (Dios, la naturaleza, una sociedad ideal, el hombre como esencia eterna e inmutable) que desconocen la realidad del fenómeno moral, social y cultural del agente o de los agentes morales. Frente estas concepciones, se debe subrayar el carácter histórico-social-cultural de la moral, en virtud del propio carácter histórico-social del ser humano.

El comportamiento moral se manifiesta en el hombre desde que esté ha cobrado conciencia de su existencia como tal, desde la organización de las comunidades primitivas, la moral cambia y se desarrolla con el cambio y con las mutaciones que se operan en las diferentes sociedades. Ello se demuestra con el desplazamiento de unos principios y normas por otros, la emergencia de nuevos valores o virtudes morales, con el cambio del contenido moral a través del tiempo. Estos cambios plantean dos cuestiones: el de las causas o factores que determinan los cambios; y, el del sentido o dirección de los mismos.

2. Orígenes de la moral

La moral emerge cuando el hombre toma conciencia de su naturaleza social, cuando forma parte de una colectividad (clan, gens, tribu...), con el objeto de regular la conducta de los individuos entre sí, y de estos con la comunidad, posteriormente, con su entorno. La moral demanda, necesariamente, que el ser humano esté en relación con los demás y con lo demás y, en concordancia con ciertas normas o prescripciones que la determinan; la moral surge con el fin de asegurar la concordancia de la conducta de los individuos con sus respectivas colectividades. El ajuste o desajuste de la conducta (moral) individual a los intereses de la comunidad, determina que se considere como bueno o beneficioso todo aquello que contribuya reforzar la unión por la actividad común, y, por el contrario, que se vea como malo o peligroso lo que contribuye a debilitar dicha unión. Surge con ello, una concepción o una división entre lo que puede considerarse como bueno o malo, justo o injusto, aceptable o reprobable, así como una jerarquía de deberes u obligaciones basada en lo que se considera bueno y beneficioso para la comunidad.

La moral colectiva, propia de las sociales primitivas, que no conoce la propiedad privada ni la división de clases, impone una moral única y válida para todos los miembros de dicha comunidad, limitada por marcos sociales-culturales, más allá de los cuales, carece de vigencia. Este tipo de moral, puede catalogarse como heterónoma, por cuanto no da espacios para el desarrollo de cualidades morales personales, sino en relación con la comunidad.

En la actualidad, hay dos corrientes que se debaten por la fundamentación de la moral: los individualismos y los comunitarismos. Los primeros sugieren que la moral efectivas se hace realidad en los individuos (libres, autónomos, responsables...), en tanto que los comunitarismos señalan la importancia de los principios y valores referidos a las comunidades a que pertenecen los individuos.

3. Cambios históricos-sociales-culturales y cambios morales

Las comunidades primitivas desarrollaron una moral común, heterónoma; sin embargo, con la desaparición del régimen de la comunidad primitiva se da la desaparición de la unidad de la moral.

Las sociedades antiguas (India, China, Grecia...) se hallaban generalmente divididas en dos clases antagónicas, lo cual se tradujo en una división de la moral. La moral dejó de ser un conjunto de normas aceptadas por toda la sociedad, para convertirse en una moral de clases: una moral dominante, la de los hombres libres (que se tenía por verdadera) y otra, la de los esclavos, que era considerada una seudo-moral.

El feudalismo atestigua  una nueva moral determinadas por la división social: la de los señores feudales y la de los campesinos y siervos; los primeros poseían la tierra gozaban de una propiedad relativa sobre los siervos adscritos a sus villas. Los siervos se hallaban sujetos a la autoridad del feudal, en una relación de dependencia o vasallaje, como en una pirámide en cuyo vértice se halla el señor más poderoso: el rey, el Papa, el emperador. La moral medieval respondía a sus características económico-sociales y espirituales, era una moral impregnada de un contenido religioso, debido al poder de la iglesia; en apariencia una moral unificada por la doctrina, pero en la práctica, a una pluralidad de morales, según la condición social de los grupos (señores feudales, nobles, caballeros, gremios, artesanos, siervos...).

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