NUTRICIÓN Y EDUCACIÓN

NUTRICIÓN Y EDUCACIÓN

Resumen

La nutrición, como campo de acción educacional, cobra gran relevancia, especialmente en el escenario al que nos vemos enfrentados. Trabajar en torno a la salud mental es el gran desafío. La pandemia ha develado la interacción entre la comida y la ansiedad, razón por la cual, hoy, los/as profesionales de esta área deben sustentar su profesión en educar en la prevención escolar, para lograr equilibrar emociones y rutinas, desde temprana edad.

                                                                Introducción

Los factores de riesgo, asociados a una alimentación desequilibrada, pueden ser revertidos, a partir de un trabajo preventivo, en el ámbito educacional, a través de una intervención intencionada y permanente, desde los primeros años de escolarización.

Cada día los/as nutricionistas cobran mayor relevancia como profesionales de la salud, especialmente en la prevención y manejo de enfermedades crónicas no transmisibles, con origen en hábitos alimentarios deficientes que se asocian generalmente a una mayor prevalencia de sobrepeso y obesidad.

Considerando el escenario actual, donde la pandemia generó mucha afección a la salud mental, sin duda, que la alimentación se vio afectada en gran medida.

Considero, imprescindible, abordar tempranamente los factores de riesgo asociados a una alimentación en desequilibrio. El encierro, la falta de actividad física, el sedentarismo, producto de las largas horas frente a una pantalla, la ansiedad, entre otros; se han vuelto antagónicos a la nutrición humana, como un proceso personal e individual.

Es por ello por lo que, la nutrición clínica como un área de desarrollo del/la profesional nutricionista, la cual se define como la disciplina que exige un abordaje a partir de un paradigma de complejidad creciente, teniendo en cuenta que el estado nutricional de las personas es el resultado de la interrelación de una multiplicidad de factores biológicos, psicológicos y sociales (1), se vuelve fundamental. El campo de acción en el/la cual se desenvuelve, abarca desde la prevención de problemas nutricionales, hasta el desarrollo de un diagnóstico nutricional con un tratamiento adecuado respectivo (2-3). De este modo, el proceso de valoración del estado nutricional, en conjunto con la aplicación de encuestas dietéticas, evaluación antropométrica, indicadores bioquímicos y las intervenciones terapéuticas específicas para cada situación, permiten el desarrollo de la labor del profesional nutricionista (4).  

1.En este sentido, y siendo consciente de los factores mencionados anteriormente, considero que las políticas de estado debieran apuntar a una cobertura más amplia en el campo de la nutrición, puesto que no solo depende del número de profesionales del área, sino como estos educan a la población, desde muy temprana edad.

2.Un nicho para cautivar son los establecimientos educacionales, donde el ámbito formativo está directamente ligado al indicador del desarrollo personal y social, el cual se observa en las mediciones SIMCE. Sin embargo, la labor de los colegios y escuelas no es suficiente, debido al amplio campo que les toca cubrir.

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