Nacimiento de la bioética
brigitt19Tesis16 de Marzo de 2014
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Nacimiento de la bioética
Fundamentación de la bioética
Principio de la vida humana
Técnicas de frío
Aspectos morales de la reproducción asistida
Maternidad sustituida o vientre de alquiler
Regulación de la natalidad
La manipulación de individuos humanos
Cuándo comienza la vida humana
Calidad de la vida humana
Relación médico – enfermo
Formas irregulares de procreación
Huelga de hambre
Fin de la vida
1.- NACIMIENTO DE LA BIOÉTICA
Van Rensselaaer Potter es considerado como el primero en emplear el término bioético en su obra "Bioethics: Brindge to the future" (1971). Potter emplea el término bioética en el sentido de la aplicación de las ciencias biológicas con la finalidad de mejorar la calidad de la vida.
El término "bioética" tiene una raíz griega: "bios" (vida) y "éthnos" (ética). La acuñación de este término denota su campo de estudio: la reflexión ética sobre la vida humana.
La bioética es la reflexión sistemática sobre la conducta humana en el campo de la vida y de la salud, a la luz de los valores y principios éticos.
El contenido de la bioética es proporcionado por los datos científicos relacionados con la ida y la salud.
El enfoque específico que distingue la bioética de otras ciencias es constituido por la perspectiva ética que plantea el interrogante por el sentido humano.
La metedología que se impone es la interdisplinariedad entre la ética y las distintas ciencias relacionadas con la vida y la salud, incluyendo las ciencias sociales que arrojan luz sobre aquellas condiciones que repercuten sobre la vida y la salud.
La consolidación de la "bioética" como ciencia nueva es facilitada por el carácter "holístico" de la racionalidad moderna que siente la necesidad de una visión integral e inclusiva de la realidad humana, asumiendo la interdependencia y la relacionalidad entre los múltiples aspectos de lo humano".
El urgente desafío de la "bioética" consiste en una defensa de la vida humana, entendida como una totalidad; a la vez, tiene que emprender el camino de un discernimiento ético, capaz de evitar dos extremos:; una actitud reaccionaria frente a las innovaciones o una aceptación ingenua y acrítica frente a todo lo nuevo.
Por intentar sistematizar el contenido de la bioética, teniendo en cuenta que es una reflexión sobre la vida humana.
a.- El comienzo de la vida humana
b.- La calidad de la vida humana
c.- Fin o término de la vida humana
El sujeto y objeto de la reflexión ética es la persona humana que vive y se desarrolla con otras personas humanas. Esta persona, un ser social por su misma naturaleza, constituye el desafío de la reflexión ética en su intento de orientarla hacia su realización en comunidad: hominización y humanización.
La realización de la persona humana, o como se suele decir en filosofía "ser en devenir", y la construcción de una comunidad justa y humana son dos polos inseparables.
Para hablar de persona y sociedad humana hay que tener en cuenta un presupuesto básico y fundamental: la vida. Sin vida no podemos hablar de personas ni de sociedad.
La vida es un valor en sí, este valor constituye la base, el soporte y el fundamento para cualquier otro valor moral pueda desarrollarse en su proyección personal y social.
La vida es un valor sagrado, el cristianismo entiende la vida como un don, porque es considerado como creatura. Su vida y la vida de los demás no es una propiedad privada sino un regalo, de modo que él se considera mero administrador de algo más grande que él mismo. Esto no significa desprecio a la vida, sino una reverencia frente a la vida, sino una recerencia frente a la vida y la vida entra dentro de un plan o proyecto divino, dentro del cual encuentra sentido la vida y realización plena aunque a veces también misteriosa.
La vida terrena es un valor básico pero no necesariamente primario, las palabras, los gestos y la misma vida de Jesús constituyen un paradigma de que la vida, siendo un valor básico, no es un valor absoluto. "El que encuentre su vida la perderá y el que pierda su vida por mí la encontrará" (Mt. 10,39) Esto no significa tomar la vida con ligereza ni un deseo de suicidio, sino que subraya lo central de nuestra fe de nuestro seguimiento de Cristo; la vida terrena para el cristianismo es una entrega constante a los demás, porque los demás son un sacramento de lo divino, el punto de encuentro con Dios en su creación tan querida.
La vida es un concepto y una realidad a la vez persona, comunita y ambiental, la vida humana no es tan sólo una realidad personal, sino también una realidad colectiva y una realidad ambiental (ecología).
La vida humana incluye el concepto de calidad, con vida humana no entendemos tan sólo el hecho de existir, la existencia en contraposición con la muerte, sino también una vida que tenga la calidad y la dignidad de ser llamada humana. Es necesario que se facilite al hombre todo lo que éste necesita para vivir una vida verdaderamente humana, como son: el alimento, el vestido, la vivienda, el derecho a la libre elección de estado y la de fundar una familia, a la educación, al trabajo, a la buena fama, al respecto, a una adecuada información, a obrar de acuerdo con la norma recta de su conciencia, a la protección de la vida privada y a la justa libertad religiosa.
2.- FUNDAMENTACIÓN DE LA BIOÉTICA
A lo largo de la historia de la cultura occidental han existido dos grandes vías de fundamentación de la ética, la religiosa y la metafísica.
La primera vía piensa que no hay moral sin religión positiva y que la fundamentación de la moral ha de ser siempre, de una y otra forma, teónoma; más aún, que los grandes principios rectores que fundamentan la vida moral, como los diez mandamientos, o el imperativo de la caridad, le vienen dictados a la oral desde la religión y por tanto son previos a ella.
Al menos desde el tiempo delos griegos, los filósofos han intentado siempre justificar los grandes principios morales por la sola razón, y de esta forma ofrecer fundamentación estrictamente racionales o filosóficas de la moralidad.
El problema de estos tipos de criterios es que por más que gocen o crean gozar de universalidad, son difícilmente universales, pues no todo el mundo acepta los mismos credos religiosos o sostiene idénticas posturas metafísicas.
En la antigüedad la movilidad humana no solía darse más que en el interior de grupos sociales relativamente pequeños que tenían las mismas creencias religiosas y similares convicciones metafísicas.
Este ha sido el modo en que los criterios morales religiosos y metafísicos pudieron ser generalizados a todos los individuos de una nación o Estado hasta los siglos XVIi y XVIII.
A partir de la Revolución Francesa se hace evidente la dificultad de generalización o universalización de sus criterios al conjunto de las sociedades o de los individuos de las sociedades. Esto significa que la racionalidad imperante en la sociedad ya no es la religiosa ni la metafísica sino la científica, y que sólo desde ella pueden formularse proposiciones y dictarse normas fácilmente aceptables por todos, y por tanto, generalizables al conjunto de una sociedad.
Augusto Comte a lo largo de su historia de la Humanidad habría pasado por tres tipos de racionalidad la religiosa, la metafísica y la científica, como consecuencia, en cada uno de esos estadios el ser humano pone en juego un modo distinto de comprender lo que es la verdad, la bondad o la belleza.
Los profesionales médicos, los biólogos y los políticos, confrontados con el desafío de tener que tomar decisiones sobre casos prácticos, incluso urgentes, vieron la necesidad de encontrar un lenguaje ético comúnmente aceptado, respetuoso de las distintas cosmovisiones y religiones, para poder estudiar y resolver los casos presentados.
Al considerar que los tratados clásicos de moral deontológico no eran aptos para solucionar los problemas modernos en el área de la ética médica y de la biotecnología, surgió la iniciativa de fundamentar un a nueva ética.
Después de algunos intentos infructuosos se encargó esta tarea a la Comisión Presidencial, constituida por personas de distintos credos y cosmovisiones, la cual estableció los tres grandes principios de beneficiencia, autonomía y justicia sobre los que debe basarse la actividad médica y biotecnológica.
2.1.- Principio de Beneficiencia:
El principio de beneficiencia expresa de manera positiva la actitud y la obligación de hacer el bien al otro y la obligación de hacer el bien al otro .
En la práctica médica el principio está ya establecido en el Juramento Hipocrático: " A cualquier casa que entrare, llegaré por utilidad de los enfermos ", los profesionales deben mostrar una actitud de benevolencia hacia sus pacientes por encima de motivaciones
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