Nutricion En El Paciente Oncologico
bmalave5 de Diciembre de 2012
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Capítulo XII
Soporte Nutricional
en el Paciente Oncológico
Nutrición parenteral
S. Celaya Pérez
Hospital Clínico de Zaragoza
RESUMEN
La nutrición parenteral consiste en administrar nutrientes
al organismo por vía extradigestiva. En la calidad
y cantidad necesaria para cada individuo. Sin embargo,
es una técnica no exenta de complicaciones, que
supone una carga asistencial y con un coste económico
elevado. Por ello debemos ser estrictos en sus indicaciones
y valorar en todo momento los beneficios, riesgos y
costes que se derivan de la misma. Como premisa fundamental
hay que tener presente que siempre que sea
posible, por existir un tracto digestivo funcionante, debe
utilizarse la nutrición enteral
La razón que sustenta el uso de la NP en los pacientes
cancerosos se basa en asumir que, aunque la evolución
final de estos pacientes refleja principalmente el
pronóstico del tipo de tumor y sus posibilidades de terapia
oncológica, la desnutrición concomitante puede
afectar negativamente a la supervivencia por un incremento
de las complicaciones derivadas de la propia terapia.
De los 40 estudios prospectivos, controlados y randomizados
y sus dos metaanálisis realizados hasta ahora,
se concluye que el beneficio de la nutrición parenteral
en pacientes oncológicos es muy dudoso. En general,
los resultados fracasan en demostrar su eficacia clínica
en pacientes con cáncer. Los datos disponibles de la amplia
revisión sugieren que la NP puede tener un efecto
terapéutico en pacientes cancerosos, pero éste es limitado
y sólo se demuestra en poblaciones concretas de pacientes.
Por ello lo fundamental es “identificar que enfermos
pueden beneficiarse del soporte nutricional”.
La NP debe ser utilizada cuando: existe buena respuesta
a la terapia oncológica, el tracto digestivo no es
utilizable y la desnutrición existente pronostica una
morbilidad elevada.
La NP es una técnica cuyo resultado dependerá de la
correcta utilización de un protocolo previamente establecido,
en el que se determinen claramente los pasos a
seguir desde que se plantea la posible indicación, cálculo
de requerimientos y controles, hasta los cuidados estrictos
del catéter, preparación de bolsas y prevención y
manejo de las complicaciones.
La malnutrición es una complicación común en el
paciente oncológico que afecta a su calidad de vida y a
la supervivencia. Todos los pacientes que mueren por
cáncer presentan pérdida de peso en el momento de la
muerte. Pese al desarrollo actual de las técnicas de nutrición
artificial, la esperada mejoría en el estado nutricional
de estos pacientes no se ha logrado satisfactoriamente.
El debate actual acerca del soporte nutricional
no se centra tanto en la calidad y cantidad de los nutrientes
como en la indicación o no de nutrición artificial
y en su eficacia.
NUTRICIÓN PARENTERAL:
CONCEPTO Y GENERALIDADES
La nutrición parenteral (NP) consiste en el aporte
de nutrientes al organismo por vía extradigestiva.
Aunque en la actualidad la NP forma parte de la
práctica médica general en los pacientes médicoquirúrgicos,
sólo hace unos 25 años que se han
conseguido los avances apropiados y es capaz de
aportar con las máximas garantías de seguridad todos
los sustratos nutritivos esenciales1.
De la NP cabe esperar los beneficios que prop
o rciona el reposo del aparato digestivo y mantener
un adecuado estado nutritivo. Sin embargo, el
aporte de los nutrientes por vía parenteral re v i s t e
unas características especiales: a) Aporta nutrientes
directamente al torrente circulatorio, sin el
proceso digestivo y filtro hepático; b) Cuando es
la única vía utilizable, debe aportar todos los nutrientes
esenciales; c) Se obvian los mecanismos
de regulación de la ingestión y absorción de nutrientes,
por lo que debemos evitar desequilibrios
en la administración; d) Se utiliza en pacientes
con alteración de los mecanismos de regulación
del medio interno: e) Gran facilidad para la incidencia
de infección: fácil desarrollo de gérmenes
en la mezcla nutritiva, ruptura de barreras defensivas
cutáneas, aporte directo a la sangre con fácil
diseminación, suele utilizarse en pacientes con
afectación inmune por la propia desnutrición o
enfermedad de base.
La NP es una técnica cuyo resultado dependerá
de la correcta utilización de un protocolo previamente
establecido en el que se establezcan claramente
los pasos a seguir desde que se plantea la posible
indicación hasta los controles, pasando por los
cuidados estrictos del catéter, preparación de las
bolsas y manejo de complicaciones. Los pasos a seguir
se especifican en la tabla I.
162 Soporte Nutricional en el Paciente Oncológico
Tabla I
Planteamiento práctico de la nutrición parenteral
1. Sentar la indicación de la Nutrición Parenteral
2. Plantear la ruta de administración más adecuada y
obtener una vía de acceso con plenas garantías
3. Cálculo de los requerimientos del paciente
4. Elección de los preparados para cubrir dichos
requerimientos
5. Preparación de la mezcla nutriente (Servicio de
Farmacia)
6. Dictar claramente órdenes para el inicio y ritmo
de la perfusión
7. Practicar los controles necesarios
8. Reevaluación periódica de la efectividad de la NP
9. Atención a signos de alarma que indican aparición
de complicaciones. Tratar dichas complicaciones
10. Inicio progresivo de la nutrición enteral u oral y
retirada de la NP
INDICACIONES DE LA NUTRICIÓN
PARENTERAL
Todo paciente hospitalizado tiene derecho a recibir
el soporte nutricional más adecuado a su situación
clínica. La NP nos permite en la actualidad
aportar los nutrientes requeridos en cualquier patología.
Sin embargo, es una técnica no exenta de
complicaciones, que supone una elevada carga asistencial
y un coste económico considerable. Por ello
debemos ser estrictos en sus indicaciones y valorar
en todo momento los beneficios, riesgos y costes
que se derivan de la misma. Como premisa fundamental
hay que tener presente que siempre que sea
posible por existir un tracto digestivo funcionante,
debe utilizarse la nutrición enteral. Esta premisa se
fundamenta no sólo en criterios de menor riesgo y
coste económico, sino fundamentalmente en los beneficios
sobradamente conocidos que se derivan del
aporte de nutrientes en la luz intestinal2.
Por ello, y de forma genérica, la NP está indicada
en pacientes cuyo tracto gastrointestinal no es
utilizable para la administración, digestión o absorción
de nutrientes, durante un período superior a
5-7 días o cuando el tubo digestivo es utilizable, pero
se desea mantener en reposo por razones terapéuticas.
La razón que sustenta el uso de la NP en los pacientes
cancerosos se basa en asumir que, aunque la
evolución final de estos pacientes refleja principalmente
el pronóstico del tipo de tumor y sus posibilidades
de terapia oncológica, la desnutrición concomitante
puede afectar negativamente a la
supervivencia por un incremento de las complicaciones
derivadas de la propia terapia.
Perspectiva histórica
En los años 70, la imagen de los pacientes canc
e rosos estaba íntimamente ligada a una pro f u n d a
alteración del estado general con caquexia, alteraciones
hemáticas graves que se sometían a transfusión
de leucocitos y plaquetas, en un intento de
mejorar su situación para poder resistir la terapia
específica. Sin embargo, la NP no se utilizaba por
el temor a la frecuente infección derivada del catéter
en los pacientes inmunodeprimidos y a la sospecha
de que podía estimular el crecimiento del
tumor.
Tras la mejoría en las técnicas en el cuidado del
catéter empezó a abrirse paso la idea de que la NP
presentaba más beneficios que riesgos, los pacientes
podían mejorar su estado general y someterse a terapia
oncológica. A finales de los 70 empezaron a
realizarse estudios que demostraban que el soporte
nutricional no contribuía de forma importante al
crecimiento del tumor. La utilización amplia de NP
en la cirugía oncológica y de forma especial la demostración
de que esta técnica nutricional era capaz
de mejorar la respuesta inmune de mediación celular
afectada por la desnutrición y la propia enfermedad
abrieron nuevos horizontes al soporte nutricional
en oncología. Paralelamente, el uso de la NP
en pacientes con complicaciones derivadas de la radioterapia,
especialmente enteritis actínica y la suposición
ante los
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