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Nutricion Y Embarazo


Enviado por   •  8 de Septiembre de 2014  •  1.506 Palabras (7 Páginas)  •  163 Visitas

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Una dieta sana y equilibrada es importante en todas las etapas de la vida, pero todavía lo es más durante el embarazo. La dieta materna debe proporcionar la suficiente energía y nutrientes para satisfacer las necesidades habituales de la madre y del feto, así como permitir que la madre pueda almacenar los nutrientes necesarios para el desarrollo fetal y la lactancia. Las recomendaciones alimenticias para las mujeres embarazadas son, en realidad, muy parecidas a las de los demás adultos, pero con algunas excepciones significativas. La recomendación más importante es seguir una dieta sana y equilibrada. En concreto, las mujeres embarazadas deberían intentar consumir alimentos ricos en hierro y ácido fólico. Actualmente no existen recomendaciones oficiales, en el Reino Unido, con respecto a ganar peso durante el embarazo. Para mujeres con un peso sano antes del embarazo, se ha demostrado que un aumento de 12 kg (entre 10 y 14 Kg) implica un riesgo muy reducido de complicaciones durante el embarazo y el parto, así como pocas posibilidades de tener un bebé con bajo peso de nacimiento. Sin embargo, en la práctica, el aumento de peso de las mujeres bien nutridas con un peso normal antes del embarazo varía mucho durante el embarazo. Cuando hay un aumento de peso insuficiente durante la gestación se incrementa el riesgo de tener un bebé con bajo peso de nacimiento, mientras que un gran aumento de peso durante el embarazo incrementa el riesgo de exceso de peso u obesidad de la madre después del parto. Se ha demostrado que un peso de nacimiento de 3,1 a 3,6 kg está relacionado con resultados óptimos, tanto para la madre como para el feto, en el caso de un bebé no prematuro. El bajo peso de nacimiento (menos de 2,5 kg) está relacionado con un incremento de la mortalidad y morbilidad, así como con un incremento del riesgo de padecer enfermedades durante la edad adulta, como problemas cardiovasculares o diabetes tipo 2. La hipótesis de los orígenes del feto plantea que las enfermedades crónicas en la edad adulta pueden ser consecuencia de la “programación fetal”, según la cual un estímulo o lesión en un periodo crítico o sensible en el desarrollo, ejerce un efecto permanente en la estructura, fisiología o función. Sin embargo, hay pocas pruebas de que en mujeres saludables y bien nutridas se puedan manipular las dietas para prevenir el bajo peso de nacimiento y el riesgo de enfermedades crónicas a lo largo de la vida. El estado nutricional materno en el momento de la concepción es un determinante importante en el crecimiento y desarrollo del feto y, por lo tanto, una dieta sana y equilibrada es primordial tanto antes como durante el embarazo. Asimismo, es importante intentar mantener un peso sano antes de la concepción (IMC de 20-25), pues tanto un peso por debajo como por encima del normal puede afectar a la fertilidad y al nacimiento. En la actualidad está totalmente reconocido que consumir ácido fólico durante el periodo previo a la concepción puede reducir la incidencia de defectos en el tubo neural (DTN), y en algunos países de la UE se aconseja a las mujeres con posibilidades de quedarse embarazadas que tomen un suplemento de ácido fólico antes de la concepción y durante las 12 primeras semanas de embarazo. Durante el embarazo aumentan las necesidades de tiamina, riboflavina, ácido fólico, vitaminas A, C y D, energía y proteínas. En algunos países, como en el Reino Unido, se recomienda tomar suplementos de vitamina D (10µg/día) durante todo el embarazo. Se estima que el coste energético del embarazo es de alrededor de 321 MJ (77.000 kcal), basado en cálculos teóricos y datos de estudios longitudinales. En la práctica, la tasa de metabolismo, la disposición de la grasa y el nivel de actividad física varían según cada mujer, por lo tanto hay grandes variaciones en cuanto a las necesidades energéticas durante el embarazo. En el Reino Unido, se recomienda consumir 200 kcal más al día, tan sólo durante el tercer trimestre. Sin embargo, esta recomendación se basa en el supuesto de una reducción en el nivel de actividad física durante el embarazo, por lo que las mujeres que tienen un peso por debajo del normal o que no reducen su nivel de actividad necesitarían más. Se cree que las adaptaciones fisiológicas ayudan a satisfacer la creciente demanda de minerales, por ejemplo, aumenta la absorción de calcio y hierro. Sin embargo, algunas personas necesitarían más calcio, especialmente las adolescentes, cuyo esqueleto está todavía desarrollándose. Muchas mujeres en edad de concebir en el Reino Unido presentan una carencia de hierro, por lo que corren el riesgo de desarrollar anemia en caso de quedar embarazadas. Además, muchas

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